En la parroquia de San Antonio de Obligado, se dio apertura al proceso de beatificación y canonización del padre fray Ermete Constanzi, franciscano evangelizador de esta región, asesinado cruelmente en esta localidad norteña por defender la justicia y el desarrollo integral de los pobladores del entonces Chaco-Santafesino.

Al efecto, se presentó la documentación básica, durante una ceremonia presidida por el administrador de la Diócesis de Reconquista, monseñor Efrén Agretti, organizada por la Municipalidad y el Círculo Católico de Obreros de Avellaneda y que tuvo lugar en el templo, colmado por los habitantes del pueblo, autoridades, funcionarios, invitados especiales y algunos descendientes de indígenas que aún habitan la zona.

Las palabras de apertura estuvieron a cargo del profesor Víctor Braidot, quien brindó aspectos generales de la personalidad de fray Ermete Constanzi y las motivaciones que llevaron a organizar el acto para continuar con las estrofas del Himno Nacional.

Monseñor Agretti rezó junto a los feligreses la oración por la patria, propuesta por los obispos argentinos, luego de la cual se observó un minuto de silencio en memoria de fray Ermete Constanzi.

Asimismo, la investigadora local Rosaura Guastavino de Martinazzo se refirió al acontecimiento, e hizo una semblanza histórica de la vida y obra del sacerdote franciscano, tras lo cual hizo lo propio el presidente comunal anfitrión, Jorge Luis Acevedo, en representación de la comunidad.

Por su parte, el Dr. Mario Cracogna, presidente del Círculo Católico de Obreros de Avellaneda, explicó las razones por las cuales se decidió iniciar este proceso de beatificación y canonización, para luego dar lectura a la solicitud respectiva, firmada previamente por las autoridades y personalidades presentes.

En sus alocuciones, se dirigieron a la multitud presente fray José Carlos Magnago del Colegio San Carlos de San Lorenzo, en representación de la Orden Franciscana a la cual perteneció fray Ermete; el intendente Orfilio Marcón y Mns. Efrén Agretti.

Tras los discursos, las copias del documento fueron entregadas a Mns. Agretti y a fray Magnago por el presidente comunal, el intendente municipal de Avellaneda y el presidente del Círculo Católico de Obreros.

Se leyeron notas y adhesiones recibidas, el músico local Mario Zarza cantó un tema titulado "Melodías a Ermete"; alumnos del primer ciclo de la escuela provincial Nº 6107 P. Ermete Constanzi colocaron una ofrenda floral sobre la tumba del sacerdote, ubicada frente al altar del templo; de segundo y tercer años entregaron recordatorios del acontecimiento a los presentes y finalmente los de quinto, sexto y séptimo años leyeron caligramas y poemas dedicados al sacerdote. Asimismo el grupo de liturgia presentó un poema compuesto por Antonia Toranzo y leído por Natalia Ayala.

Finalizada la ceremonia, los invitados visitaron la capilla antigua y el museo de la localidad y fueron agasajados con un refrigerio.

Este sacerdote, nacido en Montevidone, Italia, el 4 de setiembre de 1831, llegó a la Argentina el 2 de marzo de 1861 para desarrollar su tarea apostólica en el norte santafesino entre las tribus indígenas. Su actividad fue múltiple y sus obras en beneficio de los aborígenes fueron importantes.

El 22 de junio de 1884 fundó una nueva misión con 419 indígenas mocovíes, en el lugar donde hoy está emplazada la localidad de San Antonio de Obligado, y allí sufrió muchas peripecias al desarrollar su actividad sacerdotal, hasta que en la noche del 4 de enero de 1898, al regresar a la capilla luego de visitar a un enfermo, recibió un golpe feroz en la cabeza que le dio muerte instantánea. No conforme con ello, el asesino degolló el cuerpo inerte y lo arrastró hasta otra habitación.