Nosotros: NOS-04
Nosotros

La Virgen de los ladrones

Un ícono muestra a las Virgen de pompeya flaqueada por dos figuras. Santa Catalina de Siena es una de ellas. La doctora de la iglesia intercedió ante la madre de Dios por un joven condenado a muerte. Un anillo de oro que perteneció a un ladrón reproduce la escena.


Alan Breck, memorable personaje de Stevenson, se valió de un botón de plata para escapar de los Casacas Rojas que le pisaban los talones. En los '70 conocí a una chica que disimulaba ciertas imperfecciones de su documento con una sonrisa perfecta y un billete de cien doblado junto al sello apócrifo. Don Raúl, prófugo de la Justicia, me confió que su reloj de oro se quedó con el último comisario que le puso una mano encima... todavía sigue en libertad.

Pero los perseguidos siempre necesitarán algo más que de recursos materiales para remover los obstáculos que encuentren en el camino. Si al capitán Breck lo sostenía su fe en la justicia de la causa jacobita y a la chica del documento su pasión revolucionaria, al común de los choros nunca faltará quien los oriente y ampare. Para eso, tanto pueden ser fieles devotos del Gauchito Gil como de María Santísima, abogada de los pecadores.

  • Pero hablemos de la Virgen, el oro y el ladrón. Por ejemplo, el penalista Rodolfo de Aguirre guarda de uno de sus defendidos un recuerdo revelador.
  • "El anillo es de oro, sí, y tiene una imagen de la Virgen", dice. "Me lo regaló un muchacho, de profesión ladrón. Me lo regaló para que lo usara siempre, porque me iba a proteger. Dijo que esta es... la Virgen de Pompeya. La Virgen de los ladrones".-A prueba de robos, debe ser...-Puede... íNunca me han cortado el dedo..! Todavía lo tengo conmigo.-Y lo protege.-Siempre me ayudó. Estuve a punto de venderlo. En una oportunidad viajé a Trenque Lauquen, me quedé sin plata y se me rompió el auto.-Y estuvo tentado...-Más que tentado, porque hasta lo pesaron. Había entrado a una compra-venta de oro, así que era más que una tentación. Ya estaba decidido a venderlo. Tenía que hacerlo para volver a Santa Fe, pero no fue necesario.-�Obró un milagro?-Yo diría que sí. Allá no conocía a nadie. Había ido a Tribunales. Presenté unos escritos, asistí a una audiencia y se me rompió el auto. La gente que estaba conmigo había regresado a Buenos Aires. Así que entré a vender el anillo... pero en el preciso momento en que lo pesan... en el momento que me dicen: trece gramos y medio... en ese momento, entra a la compra-venta una persona que había estudiado conmigo. Esa persona me abraza, me besa, me saluda y me dice �qué hacés? Y le cuento.-�Y entonces?-Entonces esa persona me facilitó más que los trece gramos de oro para que yo pudiera arreglar el auto y volverme a Santa Fe. Sentí que el anillo me había protegido, allá en Trenque Launquen. Desde entonces le guardo mucho afecto, como a la persona que me lo regaló.-�Quién y por qué le hizo ese regalo?-Esa persona había tenido un problema grave en Santa Fe y ya no vivía acá. Un día volvió y lo buscó la policía. Yo -digamos que fui partícipe de la huida- lo llevé hasta Rosario. Cuando lo llevaba le manifiesto: qué linda cadena y medalla tenés. Se la sacó y me dijo: pruébesela, se la regalo. No por favor -le dije- Yo no hago esto por el oro. Por nada del mundo la voy a aceptar. Entonces me dice: Esto no se paga con nada, pero le voy a pagar con algo que me ha acompañado siempre. Y saca de su dedo anular de la mano derecha el anillo que tiene la imagen de la Virgen de Pompeya.-Y de Santa Catalina, cuando pedía a la Virgen por un condenado a muerte... �Qué fue de ese hombre?-Era de Santa Fe. Ríos, de apellido. Mundi, le decían. Sentí por él siempre un especial afecto... Fue muerto en Buenos Aires, en San Fernando. Cuando bajaba una escalera con su pareja, la policía lo cortó con una ametralladora. Lo mataron a él y a la persona que lo acompañaba.-�Una mujer?-Una mujer. Este muchacho vivía en La Boca. Tenía un sauna y una casa de masajes en la Capital Federal. Tenía muy buenos autos para la época... manejaba mucho dinero. Había ganado mucho.-�Siempre en el oficio?-Siempre en el oficio... íde ladrón! Pero era un tipo con mucho código, muy respetado por la gente del ambiente.-Hay ladrones buenos y malos, dicen. Bueno, el que se arrepiente, el otro, no. �Cómo era éste?-Si lo tengo calificar será por los hechos que cometió y le salieron bien.-Profesional...-Era un tipo con mucho código. No era de robarse una bicicleta o de arrastrar a una mujer por la calle para sacarle una cartera. Iba a lo grande. Robo de bancos, casas de cambio, cosas así. Nunca una chuchería, eso no.-�Un caso?-Se la bancaba. Si tenía que tirar contra la policía, tiraba. Pero en una oportunidad tuve que concurrir a la comisaría de Lanús y en la Brigada -mentada y conocida en aquella época por peligrosa-, cuando el comisario se enteró que yo era de Santa Fe me mostró una serie de fotos en las que estaba este muchacho y le dije que sí, que lo conocía. El comisario me dijo: con éste tuvieron problema un oficial y un suboficial que no lo conocían. El los desarmó. Les robó las armas a los dos en medio de una discusión, a punta de pistola. Pero no les pegó ningún tiro, no los mató. Les llevó las armas, nada más.-Rápido, pero medido.-Era un tipo de huevos, digamos.-Y creía en la Virgen...-Este anillo... Varias personas que han concurrido a mi escritorio -gente grande- me han preguntado qué Virgen es y cuando les digo, me dicen: íAh..! es la Virgen de los ladrones. Los chicos jóvenes, no.-�Y se puede creer en el oro..?-En este momento no tanto... pero andar con un buen reloj... Andar con oro siempre ayuda, porque en cualquier momento te podés quedar sin dinero... En una disparada podés apelar al banquito propio que llevás encima. Ahora el oro está a un precio muy bajo, creo que se paga a seis o siete pesos el gramo, pero en otros momentos... No vas a solucionar el precio de tu vida, pero cuando estás en huida cualquier plata es buena, aunque sea para un boleto de ómnibus.
  • Acorralada en el jardín, para salvar el cuerpo, la lagartija se desprende de la propia cola.

    José Luis Pagés