La Virgen de los ladrones
Un ícono muestra a las Virgen de pompeya flaqueada por dos figuras. Santa Catalina de Siena es una de ellas. La doctora de la iglesia intercedió ante la madre de Dios por un joven condenado a muerte. Un anillo de oro que perteneció a un ladrón reproduce la escena.
Alan Breck, memorable personaje de Stevenson, se valió de un botón de plata para escapar de los Casacas Rojas que le pisaban los talones. En los '70 conocí a una chica que disimulaba ciertas imperfecciones de su documento con una sonrisa perfecta y un billete de cien doblado junto al sello apócrifo. Don Raúl, prófugo de la Justicia, me confió que su reloj de oro se quedó con el último comisario que le puso una mano encima... todavía sigue en libertad.
Pero los perseguidos siempre necesitarán algo más que de recursos materiales para remover los obstáculos que encuentren en el camino. Si al capitán Breck lo sostenía su fe en la justicia de la causa jacobita y a la chica del documento su pasión revolucionaria, al común de los choros nunca faltará quien los oriente y ampare. Para eso, tanto pueden ser fieles devotos del Gauchito Gil como de María Santísima, abogada de los pecadores.
José Luis Pagés