Unos 180 mil niños trabajan
en zonas rurales en el país
| |
Se exponen a enfermedades respiratorias y a abandonar la escuela. Los datos surgen de un diagnóstico realizado por el Ministerio de Trabajo. Los casos de trabajo infantil son difíciles de detectar. En la zafra de yerba mate y té en Misiones trabajan cerca de 20.000 niños.
Alrededor de 180 mil niños menores de 14 años trabajan en zonas rurales contratados como mano de obra barata y jornaleros en la actividad agropecuaria, fenómeno que se da en mayor proporción en las provincias del norte del país, a veces en condiciones infrahumanas y con graves consecuencias para su salud y educación.
Así se desprende de un diagnóstico realizado por la Comisión Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil, dependiente del Ministerio de Trabajo, cuyo titular, Leandro Halperín, reveló a DyN que "alrededor de 180 mil niños menores de 14 años trabajan en la actividad agropecuaria" en distintos puntos del país.
Además, la mayoría de los chicos afectados a estas tareas se expone a graves consecuencias sanitarias y sociales, en particular, a partir del alto nivel de deserción escolar que presentan los niños involucrados en el trabajo infantil, que terminan abandonando la escuela a los 10 años y algunos sólo alcanzan a aprender a leer y a escribir.
Según los datos que maneja el ministerio, en base a datos de la Encuesta Permanente de Hogares que realiza el Indec en aglomerados urbanos y a los proporcionados por sindicatos del sector como la Unión Argentina de Trabajadores Rurales (Uatre), los mayores niveles de explotación laboral infantil se dan en las provincias de Misiones, Santiago del Estero, Chaco, Formosa, Tucumán, Salta y Jujuy.
Sin embargo, los casos de trabajo infantil en menores de 14 años -la edad laboral mínima permitida por ley en el país- son muy difíciles de detectar en las zonas rurales, según señaló Halperín a esta agencia, ya que el trabajo de los niños se realiza en forma escondida en medio de las zonas rurales, donde es muy difícil realizar controles.
El funcionario explicó que el fenómeno tiene "un componente cultural muy fuerte", ya que muchos sectores de la actividad agropecuaria "consideran al trabajo infantil como un aprendizaje del menor para una mejor posición en el mercado laboral", a pesar de que roza lo ilegal, ya que no se trata de un simple aprendizaje de una habilidad u oficio, sino de niños que cobran un jornal por su labor diaria.
Determinados sectores de la actividad agropecuaria pregonan el trabajo infantil como un trabajo más barato porque no se pagan asignaciones familiares ni obras sociales a los niños y esa situación es, de hecho, agravada por la crisis económica que obliga a los jornaleros a llevar a trabajar a sus hijos para aumentar los magros ingresos familiares.
"La zafra de yerba mate y de té en la provincia de Misiones es la que concentra la mayor proporción de mano de obra infantil, con cerca de 20 mil niños que realizan duros trabajos en el campo", indicó Halperín.
Según estimaciones del ministerio, el trabajo infantil se presenta en todas las actividades rurales: se utilizan para recolección de frutas, también se detectaron casos de niños que "trabajan con agroquímicos y presentan problemas respiratorios y de piel, mientras que los que trabajan con algodón, presentan generalmente problemas musculares. Además, en la época de cosecha no van a la escuela, lo que causa muchos casos de repetición de grado y deserción".
En el norte de la provincia de Buenos Aires se da el caso de niños que trabajan en las denominadas "ladrilleras", fábricas de ladrillos, donde realizan tareas que, en muchos casos, son causales de afecciones musculares y respiratorias.
Se trata de una industria afincada, principalmente, en el norte de la provincia de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y la región cuyana, donde los niños manipulan moldes de barro, colocando los ladrillos en el horno para que se cocinen y luego cargando los camiones que los transportan.
Sin embargo, es en las provincias del norte donde el ministerio consideró que "el diagnóstico es más grave", no ya sólo por la "situación cultural y la tradición de los padres de llevar a los hijos" para que aprendan el oficio en el campo, sino, fundamentalmente, por "la pobreza y la situación económica".
"En Misiones hay unos 20 mil chicos trabajando sólo en el sector yerbatero", indicó Halperín. En promedio, el aporte del trabajo de un niño al jornal mensual, representa una cifra que oscila entre los 100 y los 150 pesos.
El funcionario indicó que "aproximadamente a los 9 ó 10 años los niños empiezan a dejar las escuelas, una vez que aprenden las cuatro operaciones matemáticas básicas y a leer y a escribir".
En el Chaco, por ejemplo, el mayor porcentaje de trabajo infantil se concentra en las plantaciones de algodón, en Santa Fe en la producción de frutillas, aunque casi todas las actividades agropecuarias relacionadas con la recolección, como la vid en la región de Cuyo, la cebolla en el oeste y las naranjas en la Mesopotamia, emplean niños como mano de obra. (DyN)