Lima. - Alejandro Toledo asumió ayer la presidencia de Perú en la sede del Congreso, prometiendo una lucha frontal contra la pobreza e invitando a sus compatriotas "a fortalecer la frágil institucionalidad del país", subrayando que se inicia "un nuevo amanecer democrático irreversible" para la Nación.

Toledo, economista de 55 años de origen indígena, anunció también que su gobierno realizará una reestructuración integral de las fuerzas armadas y policiales y designará autoridades de alto nivel para investigar los casos de corrupción, narcotráfico y lavado de dinero.

Además, en su primera actividad pública como presidente, Toledo declaró héroes de la democracia a seis trabajadores que hace un año murieron durante actos de violencia e incendios que se produjeron cuando Fujimori juramentaba su segunda reelección.

Al iniciar su mensaje en el Congreso con el cual inauguró su período de cinco años, recordó que hace un año era casi imposible imaginar los acontecimientos acelerados que llevaron a los peruanos a las conquistas democráticas y "a levantar el manto de corrupción y mentira" del gobierno del destituido ex presidente Alberto Fujimori.

Aprovechando la presencia de 12 mandatarios de América Latina que asistieron a la ceremonia de juramentación, Toledo invitó a declarar "una inmediata congelación de la compra de armas ofensivas en la región".

"Si todos los países del subcontinente hemos declarado nuestra firme voluntad pacifista, no tiene sentido que sigamos restando recursos al desarrollo y gastando en armas", subrayó al puntualizar que la prioridad en la región debe ser la lucha contra la escasez y la miseria.

Por su parte, se comprometió a "iniciar una guerra frontal contra la pobreza" para lo cual se propuso convocar "una marcha hacia los cuatro suyos (regiones en quechua)" para devolver "a los pobres de los últimos rincones del Perú olvidado la posibilidad de salir de su pobreza y marginación".

La "marcha de los cuatro suyos" fue una movilización que encabezó Toledo hace un año para protestar por la juramentación para un abortado tercer período presidencial consecutivo de Fujimori, quien permanece autoexiliado en Japón.

Como parte de su estrategia contra la pobreza Toledo prometió crear 400.000 puestos de trabajo en los próximos dos años, ofreciendo una economía con rostro humano, como prometió en su campaña.

Visiblemente nervioso, juró por "Dios, por la patria y por los pobres de Perú" en medio de los aplausos de los asistentes al salón de sesiones del Congreso.

Una vez culminado el juramento frente a una biblia y un crucifijo, el presidente del Congreso, Carlos Ferrero, le impuso la banda presidencial roja y blanca.

Luego tomó juramento a sus ministros en el Palacio de Gobierno de Lima, haciéndoles jurar a todos por "Dios, por la patria y por los pobres".

Horas antes de tomar las riendas del país, Toledo repartió y tomó desayuno con niños de un barrio pobre de Lima, acompañado de algunos de sus más cercanos colaboradores.

Previamente, en un acto informal, los dirigentes del barrio habían ungido a Toledo como presidente al ponerle una banda presidencial confeccionada por las madres del lugar, en medio de aplausos de los vecinos de un cerro en el distrito El Agustino, a un costado del antiguo cementerio en el este de Lima.

Toledo cumplió así una promesa que hizo hace un año en ese lugar en el sentido que si ganaba las elecciones volvería allí. "Les prometí esa vez que si nos convertíamos en gobierno regresaría al cerro El Agustino", dijo al enfatizar que su único objetivo serán "los pobres del Perú".

Toledo viajó hoy, en compañía de los presidentes visitantes hacia el santuario arqueológico incaico de Machu Picchu, en el surandino departamento de Cusco, para realizar una juramentación simbólica.

Durante la tarde de ayer, los mandatarios de Ecuador, Bolivia, Colombia, Perú y Venezuela, que forman la Comunidad Andina de Naciones (CAN) suscribieron la Declaración de Machu Picchu, documento que será difundido esta noche después que Toledo juramente en Machu Picchu.