Humor inteligente y renovador, dictaminaron las críticas. Después de veintisiete años y luego de multitudinarias temporadas en Buenos Aires y en Punta del Este, Antonio Gasalla y Carlos Perciavalle, los creadores del café concert, vuelven a recorrer juntos los escenarios del país.

En esta oportunidad, ofrecen dos horas de show -Gasalla y Perciavalle (la leyenda continúa)- con su singular estilo de humor, en las que suceden las parodias de escenas de clásicos del teatro, como "Bodas de sangre", de García Lorca, y "El Rosal de las ruinas", de Belisario Roldán, la personificación de populares figuras de la Argentina, de diversos ámbitos, y la aparición de la queridísima Mamá Cora, aquella abuela que nació con "Esperando la carroza' y que perduró luego en varios ciclos de TV.

Como momento cúlmine, las imitaciones de personajes legendarios: Gasalla en el rol de Tita Merello y Perciavalle en el de Liza Minelli.

Las transformaciones de Gasalla y las conversaciones telefónicas de Perciavalle, la sátira y la ironía acompañadas por el despliegue musical y visual son las coordenadas clave de esta propuesta escénica, nostálgica y actual. Diálogos, monólogos y coreografías en una estructura de music-hall que el público viene celebrando.

El espectáculo, que viene recorriendo el país desde el año pasado, lleva la música original de Angel Mahler. Acompaña al dúo protagonista un grupo de veinte bailarines envueltos en una barroca "orfebrería visual".

El libro es de ellos mismos, Gasalla y Perciavalle, con colaboración de Fernando Schmidt. La dirección está a cargo de Gasalla. El productor que insistió para reunir a la dupla es Alejandro Romay.

Fue hace 34 años cuando en un pequeño teatro de Avda. Libertador se lanzaba "Help Valentino!", la obra en la que la dupla Gasalla-Perciavalle cosechaba los primeros y sonoros aplausos, y ponía los cimientos del café-concert, junto a Edda Díaz y Nora Blay.

Y hacía 27 que no volvían a trabajar juntos en Buenos Aires. La última vez fue en un espectáculo que se llamó "La mandarina a pedal", título que parodiaba la célebre película de Stanley Kubrick "La naranja mecánica", prohibida en ese entonces, por lo cual la gente la iba a ver a Montevideo. "Era un sótano y no salíamos en los diarios", supo reconocer Perciavalle.

Antonio Gasalla, Martín Fierro de Oro, es un actor otrora invitado dilecto de la mesa de Mirtha Legrand, que quedó desterrado de los almuerzos justamente por la personificación de la diva que se hace en este espectáculo.

Carlos Perciavalle es un actor uruguayo que muchos se apropian como argentino, que acaba de visitar al ex presidente Menem en la quinta de Don Torcuato, y quien se embandera más en la cuestión estética y artística que en la crítica mordaz.

Se conocieron en el año �60, el día que daban la prueba para ingresar al conservatorio de arte dramático. De implacable frac el uno y de exótica corona el otro en su presentación en escena, una suma que dio resultado, que cultivó consumidores de culto y que combina la mirada impiadosa con el ritmo efervescente.

El desafío es justamente continuar siendo modernos y audaces en los tiempos que corren.

Las entradas anticipadas se consiguen en Tarjeta Naranja, San Jerónimo 2350.