Un destacado nadador santafesino perdió su vida como consecuencia de las graves lesiones resultantes de un choque frontal acontecido ayer sobre la ruta nacional N° 34, altura del kilómetro 206, en jurisdicción de la localidad de Susana, departamento Castellanos.

Se trata de Sebastián Guillermo Lasave Crespi, de 30 años, afincado en nuestra ciudad, a quien la tragedia lo sorprendió en un sector de la citada ruta que ya cuenta en lo que va del año con dos accidentes de características fatales.

En el hecho se vieron envueltos un camión Scania 112, con acoplado, al mando de Andrés Rafael Quinteros, de 22 años, oriundo de la provincia de Tucumán, que venía acompañado por Elsa del Carmen Cajal de Páez, (34), y sus hijos de 15 y 7 años, y un bebé de 11 meses de vida, todos radicados en Villa Soldati, en la provincia de Buenos Aires; y el automóvil VW Golf en el que viajaba el infortunado deportista.

A raíz del encontronazo Lasave Crespi sufrió lesiones de una gravedad extrema, a punto tal que dejó de existir prácticamente en el acto.

Por su parte, los ocupantes del camión resultaron con heridas de distinta consideración. En primer término fueron atendidos por personal de un centro de salud, siendo trasladados luego hasta un nosocomio de la ciudad de Rafaela donde quedaron internados.

Es de hacer notar que el camión transportaba un cargamento de limones, había partido desde Tucumán y se dirigía a Buenos Aires; mientras que se presume que el conductor del automóvil se dirigía hacia nuestra ciudad.

En cuanto a las causas del accidente, hasta el cierre de la presente edición eran inciertas. La única precisión la aportó uno de los hombres que trabajó en la emergencia y quien indicó que, al momento del choque la visibilidad era buena.

Tomando como referencia el punto de impacto entre ambos rodados, el camión volcó a unos 70 metros hacia el sur, en la cuneta este (contraria a la que circulaba), mientras que el auto se ubicó a unos 30 metros hacia el norte, en la banquina este.

Permanecerá en la historia por sus récords, pero en los corazones por lo querible de su persona. Sebastián inició su trayectoria deportiva en el Club de Gimnasia y Esgrima de Santa Fe, bajo las órdenes de Rubén Alvaro. Tenía 9 años aproximadamente, cuando el actual doctor e investigador en neonatología en la Universidad de Manitoba (Canadá), trabajaba como asistente técnico de Raúl Strnad.

Alvaro nadador de espalda, junto a Conrado Porta, lo inició en una correcta técnica de estilo crol y espalda, destacándose desde pequeño (por entonces Seba), en una correcta postura hidrodinámica.

A la edad de los 11 años, Conrado Porta estaba en Argentina de vacaciones (por ese entonces nadaba en USA), y trajo ciertas novedades técnicas, las cuales el Seba no tardó ni minutos para incorporarlas a su repertorio técnico.

Desde los 12 años hasta su retiro de la natación nunca perdió una carrera tanto en los 100 como en los 200 metros estilo espalda.

Cuando apenas tenía 16 años, se realizó el 1� Campeonato Argentino en piscina corta (1986). Sebastián deslumbró con dos récords nacionales impensados en cuanto a los tiempos 0.56.00 en 100m y 2.01.00 en los 200m espalda.

En ese campeonato, estaba presente el reconocido técnico español y director del programa español de natación con vistas a Barcelona '92. Lasave con su corta edad, era mejor que cualquier nadador español de primera categoría, por lo que el técnico internacional se interesó por él a los efectos de llevarlo a España, radicarlo y prepararlo para ese evento del '92 (correría por España).

Sebastián estuvo bajo la tutela de Raúl Strnad hasta 1989, período en el que se radicó en Buenos Aires bajo la Dirección de Osvaldo Arsenio en el Club Obras Sanitarias de la Nación.

Siguió un par de años compitiendo a nivel nacional y en carreras de piscinas cortas en Europa con buen suceso.

Entre sus anécdotas deportivas, nadie podrá olvidar aquella que hoy cuenta Raúl Araya cuando a sus 14 años, antes de correr los 200m espalda, escribió sobre el vidrio empañado de los vestuarios de GyE, 2.06.81. En esa misma competencia, Sebastián cronometraba poco tiempo después 2.06.89, récord nacional que permaneció por muchos años.

Nadie podrá olvidar jamás su andar en el agua, su estilo fue un sello de la natación argentina.

Su sonrisa y su simpatía quedarán por siempre en el recuerdo de sus cercanos y en cada rincón por donde anduvo su jerarquía.

Desde edad prematura, Seba demostró un talento especial para nadar y para todo deporte que encaraba.

Desde el punto de vista técnico era insuperable, desde el punto de vista de su competitividad, igual; según su estado de entrenamiento, regular o bueno, no entraba en su cabeza perder. Era un ganador.

Tenía un talento tan especial para la adquisición de destrezas acuáticas que no creo haber observado en nadador o deportista alguno en mi vida.

Tenía todo para ser un grande, lo difícil era haber nacido en este país.

Tenía una gran capacidad para hacer amigos; una gran capacidad para ejercer sobre el grupo de nadadores de su equipo, una gran influencia positiva para conseguir resultados.

Sus actuaciones descollantes hacían crecer al equipo al punto de llevarlo a la victoria en muchos eventos.

Era contagiante.

(*) Entrenador de Sebastián Lasave hasta 1989