De Raíces y Abuelos
Una página web ofrece mucha información sobre una aldea de alemanes de Entre Ríos. Fue creada por descendientes de los primeros pobladores, oriundos de las márgenes del Volga, algunos de los cuales hoy viven en nuestra ciudad.
La historia familiar que relataremos en esta oportunidad en De Raíces y Abuelos tiene mucho de costumbres y viejos acontecimientos de principios del siglo pasado pero que -gracias a la tecnología- no se perderán con el correr de los años.
Ocurre que los actuales descendientes de los alemanes radicados en la zona del Río Volga que emigraron a nuestro país en el 1900 confeccionaron una página web sobre estas primeras familias que se afincaron en colonias argentinas.
María del Carmen Heit (de 21 años, oriunda de nuestra ciudad) se comunicó con esta sección para contarnos sobre la página www.santaanita.com.ar, que fuera confeccionada por su primo Martín Miguel Jacob, quien actualmente vive en Buenos Aires. Ambos se interesaron por De Raíces y Abuelos "porque rescata este tipo de historias" y decidieron comunicarse vía e-mail con nosotros.
Fue así como abiertamente ofrecieron la posibilidad de que reprodujéramos en estas páginas una parte de esta larga historia familiar, que se cuenta a partir de la fundación del pueblo Santa Anita, primera localidad entrerriana fundada por el reverendo Padre Enrique Becher, el 14 de julio de 1900.
Haciendo un poco de historia, se menciona que los verdaderos orígenes de este pueblo se remontan al año 1763, cuando la emperatriz rusa Catalina II promueve -a través de manifiestos- la emigración de alemanes hacia la zona del Río Volga. Les promete la conservación del idioma y la religión, la creación de escuelas, y la posibilidad de establecer y administrar sus propias colonias.
Por este motivo, muchos alemanes decidieron emigrar a Rusia, pero grande fue su sorpresa al ver que las tierras estaban cubiertas de hielo y que las temperaturas eran de 10 grados bajo cero y más. El 29 de junio de 1764 llegó el primer grupo de pobladores y a partir de este evento se toma la fecha como el "Día del cumpleaños de la comunidad alemana del Volga".
Muchas fueron las vicisitudes, desilusiones y frustraciones de esta gente que luchó por el aislamiento sufrido y la persecución de los mismos rusos que acechaban sus viviendas. Sin embargo, pasaron los años y lentamente se fueron afincando y formando familias ruso-alemanas.
Luego de 100 años de estadía en el Volga muere la zarina y con ella también todas las prerrogativas hacia estas familias de inmigrantes, motivo por el cual los jóvenes deben cumplir con el servicio militar y no gozan más de tierras para el cultivo (sólo en Siberia). Por ese entonces, los países americanos comienzan a promover la inmigración de distintos puntos de Europa y Asia.
Por este motivo, el primer grupo de rusos-alemanes partió el 14 de noviembre de 1877 y el 5 de enero de 1878 llegó a orillas del arroyo Hinojo, a la colonia madre en Argentina: Santa María del Hinojo, en la provincia de Buenos Aires. De allí fueron transportados por el río Paraná, algunos hacia la provincia de Santa Fe y otros a la de Entre Ríos. Estos últimos llegaron el 25 de enero de 1878 y se instalaron en carpas en la plaza del pueblo Diamante. De esta manera, comenzaron a formarse nuevas colonias en los departamentos Paraná, Gualeguaychú y específicamente en el departamento Uruguay, creándose la colonia Santa Anita. Con respecto a los primeros pobladores, la página menciona que las familias pioneras fueron -entre otras- la de Gaspar Kippes (viudo) y sus tres hijos Pedro, Matías y Gaspar, con sus propias familias. Sin embargo, agrega que las crónicas afirman que en el mes de agosto de 1900 llegaron de Valle María y Cerrito las familias de Ignacio, Teófilo, Esteban y Cristóbal Heit y Jorge Herrlein con sus hijos Juan, Félix, José e Ignacio, y antes de terminar el año, el número de familias procedentes de Valle María, Crespo y colonias vecinas había llegado a 60.
El fundador de Santa Anita había nacido en Morsbach, diócesis de Colonia, Alemania, el 11 de diciembre de 1857. Con su alma visionaria y emprendedora, el sacerdote de la Congregación del Verbo Divino vio la necesidad de fundar un pueblo para todos estos nuevos inmigrantes llegados a la Argentina, que carecían de todo pero que tenían enormes deseos de trabajar, de conservar su idioma, su religión y costumbres. El Padre Becher los interpretó y se puso a trabajar con ahínco. No le fue fácil pero lo logró y el 14 de julio del año 1900 cumplió su sueño.
Santa Anita cuenta con un templo que es visitado por muchos turistas por sus características monumentales y su estilo gótico-romano. Como anhelo del Padre Becher y de toda la población, éste se comenzó a construir en el año 1910, en el centro de la aldea y se inauguró provisoriamente en 1913. Luego se retomaron las tareas el 13 de marzo de 1922.
Coronaban el templo unas campanas que -con sus repiques- invadían de fe a todos estas familias que habían partido desde tierras tan remotas, dispuestas con el valor que les daba Dios a construir en esta patria nuevos hogares.
Otra de las preocupaciones del sacerdote fue la construcción de una escuela para que los niños recibieran una educación religiosa. Así fue como se creó la Escuela Parroquial, para la cual se trajo un maestro para los varones y una maestra para las niñas, hasta tanto llegaran las hermanas misioneras Siervas del Espíritu Santo. Posteriormente se creó un club deportivo, el hospital rural que lleva el nombre de su fundador. Por último, se destaca el empeño y la voluntad que pusieron estos pobladores a lo largo de toda la historia de Santa Anita en el amor al trabajo, base del crecimiento de todo pueblo y por la profunda fe en Dios.
Cabe agregar que en la página se brinda mayor información sobre la actualidad del pueblo y de la comunidad de alemanes del Volga, una galería de fotos antiguas y modernas de sus pobladores, además de ofrecer una búsqueda de datos sobre esos inmigrantes (por apellidos) y links o enlaces en Internet referidos a este tema.
Según se menciona en la página web, Santa Anita hoy es un pueblo de 1.100 habitantes que se dedican -en su gran mayoría- a la producción avícola y arrocera. Cuenta con un molino arrocero que realiza el trabajo y circuito del arroz hasta su venta definitiva, dos amplios supermercados, tres panaderías, dos carnicerías, peluquerías, regalerías, mercerías, verdulerías, club deportivo de fútbol, etc.
En 1984 se creó como legítima aspiración de padres un instituto secundario (Instituto San José N° 96), y para conmemorar los 100 años de la fundación del pueblo se formó la Comisión Pro Centenario, integrada por representantes de todas las entidades. También se formó en San Miguel (provincia de Buenos Aires) una Comisión de Hijos de Santa Anita residentes en esa localidad, que apoyaron mucho todas las actividades llevadas a cabo, porque sienten aun a la distancia la tierra de su infancia como suya.
El 14 de julio pasado -verdadero día de la fundación- se realizaron festejos alusivos a la fecha. En la oportunidad se presentó el libro escrito por María de Los Angeles Jacob de Hoffman y Holga Ester Honeker de Pascal, titulado "Santa Anita: nuestras raíces... una historia apasionante". Allí se narra la historia de este pueblo y se hace referencia a los años que vivieron los antepasados en Rusia, en la zona del río Volga. Incluso se describe la llegada a la Argentina y el destino final de estos inmigrantes en las diferentes colonias o aldeas donde se fueron radicando. También se brindan datos sobre la política inmigratoria aplicada por el gobierno nacional a fines del siglo XIX.
Mariana Rivera.