Se llenan las iglesias para compartir el dolor
Los fieles hicieron largas colas para entrar a sus iglesias. Se escucharon esencialmente mensajes de paz.
Nueva York. - Los neoyorquinos, todavía visiblemente conmocionados por los atentados terroristas que derrumbaron las Torres Gemelas del World Trade Center, se volcaron a las iglesias para compartir su dolor y recordar a las miles de víctimas.
Por todo Manhattan, los fieles hicieron largas colas para entrar a sus iglesias y escuchar mensajes de paz, muchos con ramos de flores en sus manos y llevando pequeñas banderas estadounidenses.
Tras los atentados, "aprendimos que la vida es preciosa y nos puede ser robada en cualquier momento, en segundos", dijo el reverendo Thomas D. Tewell en su sermón del mediodía de la Iglesia Presbiteriana de la Quinta Avenida, cerca del Central Park.
"De la maldad más oscura, Dios puede extraer el bien. De la tragedia, Dios puede extraer el triunfo", dijo Tewell a los centenares de personas que atestaban su iglesia.
En momentos en que el gobierno estadounidense promete la venganza, el reverendo llamó a no tomar represalias. "Espero que tratemos a la gente de Medio Oriente y de todo el mundo con respeto, y que no contribuyamos a la maldad que vimos la semana pasada", sostuvo.
También llamó a gente de todas las religiones a unirse. "Ahora es tiempo de que la gente que generalmente no reza junta, empiece a hacerlo", afirmó.
Muchos de los centenares de fieles que atestaron la iglesia lo escucharon con los ojos cerrados. Una madre, con los ojos llenos de lágrimas, colocó una bandera estadounidense en el carrito de su bebé. Un padre abrazó a su hijo durante toda la misa, incluso mientras se cantaron los himnos.
En las puertas de la iglesia, dos amigas se abrazan. Una de ellas, llorando desconsoladamente, le dice a la otra: "Tengo suerte de estar viva; estaba a una cuadra de las torres" gemelas.
En la catedral de Saint John the Divine, la más grande de la ciudad, cerca de Harlem, la misa, prevista inicialmente para instalar un nuevo observador anglicano ante las Naciones Unidas, tomó un significado especial en el primer domingo después de los atentados.
"Rezamos por y en honor de los bomberos, policías, médicos y por todos los socorristas y trabajadores voluntarios", leía un pequeño cartel en el ala derecha de la gigantesca catedral, sobre decenas de velas y rodeado de un intenso olor a incienso.
Dibujos de los niños de las clases de catequismo de la catedral homenajeaban allí a los bomberos que murieron tras los ataques. Uno de ellos mostraba a un bombero como un ángel, con alas, acompañado de dos palomas, sobrevolando las torres gemelas. "Gracias. Estoy muy orgulloso", había escrito su autor. (AFP).