Una lluvia de papeles y un aplauso precedió anoche el ingreso de Gerardo Crespi al local de Gutiérrez, casi Aristóbulo del Valle. Faltaban pocos minutos para las 23, y para el dirigente de Mesas de Trabajo, su lugar en el Concejo no estaba en discusión.

Hasta ese momento había más clima de expectativa que de triunfo, ligado al lento recuento de votos para los cargos de la ciudad. Recién una hora antes de la medianoche, un grupo de militantes se reunió en la vereda para aguardar la llegada de su candidato.

"El voto en blanco es una muestra de descrédito hacia la clase política, una demostración de que la ciudadanía está viendo que no tiene representantes", comentó, apenas iniciado el diálogo con este diario. E interpretó que "una gran parte de esta gente se volcó a nosotros, que no tenemos militancia, ni aparatos y nadie nos avaló ni tuvimos diputados que estuvieran haciendo campaña para nosotros".

Para el nuevo integrante del cuerpo deliberativo local hay que "dejarse de grandes oficinas y grandes autos, y empezar a pensar en la gente".

Sobre sus primeras acciones, apenas jure en diciembre, insistió en que va a presentar un proyecto para reducir dietas de concejales y personal político del Concejo y solicitar lo mismo para el Ejecutivo. "Todo lo que planteé en la campaña, lo voy a pelear".