Rosario (C).- El comité departamental de la UCR local, que fue cuartel general de Convergencia, se asemejaba anoche a un campamento arrasado. Los pocos dirigentes que aguantaron allí el cachetazo de las urnas tuvieron que hacer frente a otros golpes adicionales: la falta de datos propios tras el cierre comicial y la notoria ausencia de Horacio Usandizaga, que al no salvar la ropa ni en su propio distrito se convirtió, pese a ingresar al Senado por la minoría, en uno de los más conspicuos derrotados de la jornada.

La tristeza que campeaba en la sede radical rosarina, donde nadie se esforzó por disimular la bronca por el borrón de Usandizaga, se dibujaba en la cara de los legisladores provinciales Alberto Beccani y Miguel Basaldella: dos que se cansaron de aguardar tanto la presencia de su jefe como la llegada de guarismos del centro de cómputos propio, que jamás funcionó. El desconcierto llegó al patetismo cuando Jorge Boasso, electo concejal, sin cifras propias criticaba las que llegaban del bunker del Frepaso: un partido al que está asociado en la Alianza Santafesina.

El colmo de la crisis en el radicalismo se reflejaba a varias cuadras de allí: dos de los más representativos dirigentes opositores al usandizaguismo, Angel D'Ambrosio y Juan Carlos Millet, eligieron seguir los vaivenes del escrutinio en el hotel Rosario cuartel del Frepaso, junto al intendente local Hermes Binner y el reelecto diputado Rubén Giustiniani. Más cómodos con los socios de otro nucleamiento que con sus correligionarios de siempre.

En Rosario se verificó el sorprendente vaticinio de Usandizaga, quien el jueves pasado presagió el triunfo del PJ. Usandizaga sí fue el candidato más votado en la ciudad de Rosario debajo de los votos en blanco e impugnados. Pero las cifras positivas en la ciudad no le alcanzaron al senador reelecto para triunfar en el departamento Rosario.