La economía entró en zona
de muy difícil pronóstico
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Dudas, temores e incertidumbre imperan en los mercados. Cóctel preocupante: el riesgo país superó los 2.000 puntos y las acciones caen como en el Tequila. Se esperan las medidas.
La incertidumbre respecto del canje voluntario de deuda que negocia el gobierno parecía convertirse en las últimas horas en el factor central que motiva la caída en el valor de acciones y títulos argentinos, junto con la escalada del índice de riesgo país, que no parecía tener un techo después de haber alcanzado los 2.100 puntos básicos.
El pronóstico no es nada alentador: el pico de crisis no cederá hasta que no se conozcan los detalles de la operación.
"No sabemos bien qué es (el canje), y qué puede implicar. Y cuando uno no sabe, teme cosas más complejas", coincidieron en señalar varios economistas consultados.
Tampoco los banqueros parecen tener conocimiento cierto de las medidas que se van a adoptar para lograr que el canje no sea tan traumático como se prevé. Lo único que se insinuó es que Argentina tiene que renegociar la deuda de forma tal que el año próximo, si se deben pagar 11 mil millones de dólares en intereses, se pueda tener un flujo de 4 ó 5 mil millones menos, y además renovar los vencimientos de capital.
Daniel Artana fue más directo al sostener que "la duda que hay es si se va a poder hacer un canje voluntario de deuda" porque los acreedores "no ganan mucho" con un canje de esas características ni con una moratoria, "porque la deuda argentina está bien estructurada y lo que nadie quiere refinanciar es la amortización de capital".
Pero las negociaciones para convencer a los inversores domésticos de que acepten canjear bonos con altos rendimientos por otros más baratos están en punto muerto, mientras el Ministerio de Economía busca fondos entre organismos multilaterales para poder extender la operación a los inversores internacionales.
"A menos que haya alguna genuina y concreta buena noticia sobre Argentina o sobre el desarrollo del propuesto canje (de deuda) no hay razón para que el mercado rebote", dijo un gerente de un banco privado.
A ello se suma la ignorancia que existe en cuanto a las intenciones del gobierno, que debiera ser más claro y rápido en el anuncio de medidas concretas, lo que no ha sucedido últimamente, como el caso de los cambios en el gabinete.
Recién hoy el presidente aclaró que no habrá nada forzado en la reprogramación de la deuda.
Con todo ello, no sorprendió a nadie que los bonos de Argentina abrieran hoy con otra caída, en un mercado que teme que la debilidad del gobierno y la crisis económica del país lleven a una cesación de pagos de su cuantiosa deuda.
El título de referencia de la deuda pública -el Global 2008- abrió con una baja del 1,6 por ciento, mientras que el riesgo país argentino -que mide la desconfianza de los inversores- se disparaba 26 puntos básicos a 2.093 unidades, según el índice EMBI+ de J.P. Morgan. Ayer, este indicador había tocado su máximo desde marzo de 1995 al cerrar en 2.003 puntos, casi 500 unidades por arriba de Ecuador, un país que se declaró en cesación de pagos, y un poco por arriba de Nigeria, una nación golpeada por décadas de violencia étnica.
Los temores se intensificaron ayer tras la renuncia, por motivos personales, del subsecretario argentino de Economía, Julio Dreizzen.
Los mercados ya habían bajado tras el nombramiento de Jakob Frenkel, un ex funcionario del Fondo Monetario Internacional y gobernador del banco central de Israel, como asesor para la operación de canje de deuda.
La deuda de Argentina en moneda extranjera es de 38.000 millones de dólares, del total de 132.000 millones. Cualquier suspensión de pagos afectaría la deuda de otras naciones emergentes.
El economista jefe de la Fundación Capital, Martín Redrado, sostuvo hoy que "hay improvisación" en el equipo que conduce el ministro de Economía, Domingo Cavallo, y afirmó que el gobierno "no tiene un proyecto claro de país".
"Hay una marcada improvisación en cómo se está tratando el tema crisis por el equipo económico", indicó Redrado, quien destacó que "se ha tenido una actitud demasiado improvisada, lo cual llevó a una situación en que no se sabe bien si Argentina va a pagar sus deudas externas e internas".
Así, el hombre de la Fundación Capital señaló que "este estado de desconcierto lleva a esta tensión financiera", y consideró que desde el equipo económico "se termina jugando al límite y da la sensación de que Argentina puede caer al vacío".
Subrayó que "Argentina como país no presenta un proyecto claro", y estimó que "esto tiene que ver con definiciones políticas. Hace tres semanas se planteó un canje con bancos y AFJP locales; trascendió que se pagaría una tasa del 8 por ciento. Luego se dijo que se iban a capitalizar los intereses y patear hacia adelante los compromisos, para pagar menor costo hoy; ahora se habla de una reprogramación más integral", precisó Redrado.
El analista sostuvo que "el problema político de Argentina es que no tiene rumbo, no sólo presenta un problema estructural de su economía, sino una improvisación en gestión de la crisis".