Deportes: DEPO-01

Magia negra

Flavio Raina. Impotencia. Esa fue la sensación que dejó Unión en toda la noche ante los de Liniers. Se refleja tal cual en la foto: Frutos cae rendido entre Fuentes y Bustamante. Al pibe lo silbaron.

Unión no jugó a nada, perdió con Vélez pero se dio un lujo: el "Mago" Capria no fue ni al banco. Fue lo peor de Unión en el torneo. El partido "quemaba" y Madelón hizo debutar al pibe Bolzán de enganche. En las plateas, sin ninguna explicación, estaba sentado Capria.


El último rival ante el cual el "Mago" Rubén Capria fue titular se llamó Racing. A partir de allí, Unión dejó de jugar sin enganche y Madelón consiguió los resultados: empató con Estudiantes, ganó en Mataderos, igualó increíblemente con Boca y festejó ante Banfield.

Con un 4-4-2 definido llegaba Vélez con 8 puntos sobre 12. Este rápido diagnóstico sirve para dejar en claro que nadie puede cuestionarle al entrenador haber resignado el talento individual en beneficio de lo colectivo. Ya lo escribí varias veces: lo único que un técnico no puede ni debe "transar" es el armado del equipo.

Pero así y todo sigue siendo Madelón el entrenador de un equipo con limitaciones previsibles y con un plantel al que todos reconocen como "corto" en cantidad y calidad.

Entonces, a partir de lo explicado, sólo una irresponsabilidad no debidamente aclarada por ninguna de las partes puede derivar en lo que pasó ayer: mientras abajo, en el césped, a varios de los chicos la pelota les quemaba en los pies (dicho sea de paso, tan lógico como entendible); escalones arriba, en la platea Techada, el "Mago" Rubén Capria estaba sentado como un espectador más. Antes, en el preliminar con Argentino de San Carlos, dejó en claro que no tiene ningún problema físico y está para jugar.

Falta de respeto


Los dirigentes de Unión se llenan la boca explicando que la plata no alcanza y deben hacer acrobacia para llegar a fin de mes. Lo gritan a los cuatro vientos para que la gente -el hincha, los socios- entienda. Y le cobran dos veces en un mismo torneo corto el "Día del Club". Sin dudarlo, el pueblo tatengue agacha la cabeza y se la banca en nombre de su pasión por los colores.

Bajo este signo, hicieron el esfuerzo de erogar varios miles de dólares para pagar el préstamo de un exquisito jugador de fútbol que pidió Madelón como refuerzo: Rubén Capria. El zurdo, dicho sea de paso, cobra entre los mejores sueldos de la plantilla.

Pero resulta que el muchachito de la película desaparece de la pantalla. Ya fueron explicadas las facultades totales del entrenador para armar el equipo y definir el esquema. Eso está claro. Punto y aparte.

Pero hay dos preguntas que surgen solas: ¿puede Madelón dejar a Capria afuera de los 16?; ¿puede Capria negarse ir al banco así porque sí, tan ligeramente? En ambos casos, la respuesta es no.

Principio de autoridad


Como ocurrió anteriormente con aspectos puntuales del fútbol profesional de Unión, se cometen este tipo de desprolijidades y nadie sale a decir nada.

Porque habrá que dejar en claro que nadie explicó qué pasó con Capria. Los dirigentes no se meten; el manager estuvo toda la semana en Uruguay buscando posibles refuerzos (¿los traerán para que sean plateístas también?); Madelón le dice a los periodistas que "hablen con Capria". A todo esto, el final de la novela está cantado: Capria está enojado y no habla con nadie.

Y así como es entendible que Israilevich se exceda en la individual ante los de Vélez, que Zapata aparezca perdido y que alguna vez San Martín juegue mal, nadie entiende por qué Madelón tira a la cancha para debutar en una verdadera caldera al pibe Bolzán de enganche y Capria está impecablemente vestido en la platea mirando el partido.

Ya que estamos con el partido, Vélez lo ganó bien. Y los arqueros explican el resultado: Nereo otra vez figura; Sessa, enfrente, pensando más en el Censo que en su arco. No hubo una sola situación clara de gol en todo el partido para Unión.

Se acerca el final. La gente se descarga silbando a un Frutos que tiene casi dos metros y juega de puntero. De a ratos, da una mano como un volante-defensor. ¿Alguien lo hará jugar de "9" alguna vez?. Entran los nuevos -Saad y Bolzán- cuando el partido quema. Al final, Wernly admite que el equipo siente la presión de jugar de local. Por los chicos, por la obligación, por la gente.

Cuando Baldassi adiciona cuatro minutos, alguien se levanta de la "Techada" y se va. Es el "Mago" Rubén Capria. Nunca mejor la frase de "espectador de lujo", pero esta vez afuera del verde. El equipo pierde y vuelve a acariciar la Promoción.

Si Madelón lo dejó afuera de los 16 al "Mago" Capria por cuestiones futbolísticas debería dar explicaciones. Si Rubén Capria, como profesional, se negó a ir al banco también tendría que dar explicaciones. De no ocurrir ninguna de las dos cosas, ante la desaparición inentendible del jugador-estrella que vino como refuerzo, los dirigentes -pensando en la gente- deberían dar explicaciones.

¿Quiere que le diga algo?: no se ilusione. Cuando pasan este tipo de cosas en el fútbol profesional de Unión nunca nadie da explicaciones.

Por eso está donde está.

Lamentable


Una vez terminado el partido, en rueda de prensa, un periodista de LT 10 Radio Universidad le preguntó a Madelón si algún dirigente le había pedido la renuncia. El técnico de Unión, que respondió negativamente, le "avisó" luego al colega radial que "si seguía preguntando ese tipo de cosas, lo iba a c... a trompadas".

Darío Pignata