Los Pumas brindaron otra lección
En Murrayfield, vencieron merecidamente a Escocia. El historial los favorece por cinco triunfos frente a tres derrotas. Desde 1992 que no obtenían el ciento por ciento de los test-matches disputados en un tour europeo.
En un encuentro disputado en la víspera en el mítico estadio de Edimburgo, el Seleccionado Argentino de Rugby derrotó a su par de Escocia por 25 a 16, culminando de esta forma la gira por Gran Bretaña, con tres victorias y una derrota.
Además, si se tiene en cuenta que dos de los triunfos fueron obtenidos en los únicos test-matches del periplo (una semana atrás derrotaron a Gales por 30 a 16), Los Pumas pergeñaron la más exitosa tournée por el Viejo Continente de los últimos veinte años, atendiendo a los quilates de los adversarios.
Como era dable esperar, Escocia resultó un rival durísimo. Desde el arranque intentó convertirse en protagonista, a partir de una buena obtención, una interesante distribución del juego y una sólida disposición táctica.
El grueso de la etapa inicial denotó una marcada equidad en las acciones, una gran lucha entre los forwards e innumerables dificultades para el manejo de la pelota, producto de la lluvia casi permanente.
En ese contexto, el parcial favoreció al local por 8 a 6, a través a un ensayo conquistado a partir de la sapiencia de Andy Nicol, que transformó en imperfecto un kick defensivo de Agustín Pichot (desde la base de un scrum cinco), culminando la acción con el apertura Gregor Towsend zambulléndose en el ingoal albiceleste.
Frente a esa realidad, Los Pumas impusieron un tackling impiadoso y un reposicionamiento notable -cada vez más natural- ya sea desde el punto de vista defensivo como ofensivo.
Estos argumentos sirvieron para controlar el aluvión escocés en la etapa inicial, y para revertir el contenido del partido en el complemento. Al punto tal que Argentina se adueñó del match, pasó al frente del marcador y continuó arriesgando hasta el mismísimo quinto minuto de descuento, cuando el referee francés ejecutó el silbatazo final.
Amén de las virtudes colectivas, puede señalarse la efectividad de Felipe Conteponi, autor de 20 tantos (ciento por ciento de efectividad) a través de 6 penales y un goal.
También, dentro de la fortaleza del pack, cabe destacar la multiplicidad de una tercera línea que rindió a pleno en la contención y la recuperación.
Desde los backs surgieron la solvencia ofensiva de Ignacio Corleto y el cerrojo defensivo impuesto en el centro de la cancha por Lisandro Arbizu y José Orengo.
El párrafo especial lo merece el inexperto Rimas Alvarez, que ayer demostró fehacientemente que le sienta muy bien la camiseta número cinco dejada vacante por el retiro (obligado por razones de salud) del cordobés Alejandro Allub.
El test-match se disputó en el Murrayfield Park de Edimburgo, ante 53.000 espectadores y con el referato del francés Joel Jutge.
En semifinales, los All Blacks vencieron a Sudáfrica por 38 a 7 y los Manu Samoa a Inglaterra por 26 a 7.
Argentina fue eliminada en cuartos de final, al caer ante los samoanos por 19 a 14. En la etapa clasificatoria, había vencido a Marruecos por 24 a 7, a Escocia por 38 a 0 y a Fiji por 26 a 7.
César Miño