"En uno de los primeros micros entrevisté a una persona mayor que me contaba que se bajaba del puente colgante por los cables. Era en el año 1925, el padre lo llamaba y el se bajaba por los cables. El 23 de octubre se unió el último tramo del puente colgante y había que desenganchar algo y cuando vi que un muchacho subía por los cables, no lo podía creer porque era volver 75 años atrás", relata Luis Mino, realizador del programa Para Conocernos que se emite de lunes a viernes, al mediodía, por Canal 13 de Santa Fe y que cumplió los 13 años. Y es en el marco de este aniversario que está preparando un programa especial sobre el puente colgante, ese que ya no está y el mismo que hoy parece cobrar vida.

"Para mi -confiesa- es el símbolo mayor que tenemos. Podemos tomar Unión, Colón, Reutemann y Monzón por un lado, los alfajores y la cerveza por el otro, pero el puente colgante es nuestra postal. Era también la postal de la desidia porque era el testimonio más fuerte que tuvo la ciudad de la desidia, yo creo que recuperarlo (más allá de que si se tendría que haber hecho o no) cicatriza una herida muy profunda que teníamos, porque nuestros padres, nuestros abuelos y hasta alguno de nosotros pasaron gran parte de su vida, sacándose la foto de casados o tirándose en verano para jugar, y cuando no estuvo nos dimos cuenta de cuántas cosas dejábamos pasar".

Para Mino su reconstrucción tiene que servir para entender que se puede, que no todo está perdido. "Si en esta época tan difícil de falta de credibilidad se logró concretar algo que hace un tiempo atrás estabas seguro que no se hacía, entonces tomémoslo como un elemento -aunque sea material- como ejemplo de lo que tenemos que hacer en todo lo demás a nivel de la educación, salud, en todas las cosas que son mucho más positivas que tener un puente, pero que nos sirva para saber que somos capaces de recuperar cosas".

El cumpleaños número 13 ya pasó y si bien Luis tenía la idea de celebrarlo con el programa especial lo va a hacer igual, un poco más tarde pero con un documento único.

"Tengo imágenes únicas", se enorgullece y enseguida se remonta a principios del siglo pasado cuando se plantea la necesidad de un puente acueducto. "Fue primero un puente acueducto, no para el paso. La historia arranca en 1903 cuando el Gobernador Freyre decide por la Ley de Salubridad que teníamos que tener agua potable, del río, pero el río estaba del otro lado entonces había que traerlo. Todos los puentes que se hicieron de madera o metal fueron derribados por las inundaciones, entonces teníamos que tener un puente de mayor resistencia. En 1922 se da que el presidente de Obras Sanitarias era santafesino, el Ing. Marcial Candioti, él dispone hacer una licitación de ahí es que toma impulso y tuvimos el puente acueducto. Más tarde quedó librado al tránsito.

"Tengo imágenes del 1928, hay un policía vestido de la época con mangas blancas hasta la mitad del brazo y tres o cuatro personas con sus ranchos (el sombrero apaisado) caminan y se suben a la torre y se paran ahí seguramente para una fotografía. Las imágenes duran 1'10". También tengo las palabras de viejitos que ya no están. Y en el año 1983 la caída del puente con los que lo vieron caer -el de la bicicleta, don Pedro el señor del bar de enfrente y el colectivero de la línea 2 que venía cruzando el viaducto-, las únicas tres personas que lo vieron.

"Además -relata- en la época tuvimos una Santa Fe inundada. La mayoría de las calles tenían 15 centímetros de agua, había tapiales en las entradas de las casas con bolsas de arena alrededor, y el agua brotaba por todos lados".

"El poder mostrar todo esto más el trabajo de nueve meses, creo que va a ser un programa para coleccionar".

Desde febrero, Mino está trabajando en esta producción especial junto a Pedro Mallozi. Ya lleva grabadas alrededor de 90 horas, de mañana, de tarde, en el preciso instante que colocan esto o aquello, allí estuvo él para ir editando las tantísimas horas en su cabeza y convertirlas finalmente en dos.

"Fui anotando todo -dice- cómo estaba una torre, cómo se puso el primer tablero, cómo se puso el segundo, a qué hora... en todo esto me ayudó el Ing. Alejandro Vega, el gerente de la obra quien me permitió estar ahí y explicó un montón de cosas. El puente nos ha enamorado a todos y yo siempre quise que Para Conocernos sea un programa que enamorara a todos, que llegue al corazón...".

Mino nunca pensó llegar a tantos años de programa y menos recibir tanto galardones por su trabajo. Para Conocernos empezó un 12 de noviembre y se inspiró en el programa La Argentina Secreta realizado por Roberto Vaca. Mino pensó que podía hacer algo así en Santa Fe, "hablarle a la gente sobre las cosas particulares de la ciudad", y planteó la idea al canal, que la avaló.

El programa dura 3 o 4 minutos, lo que dura una tanda comercial y su realizador explica por qué: "Para poder insertarse había que hacerlo así, pienso que el éxito del programa tiene que ver con los cuatro minutos, como es preciso, contundente, cortito, se hace dinámico y la historia no es dinámica. Siempre trato de hacerlo ameno".

"Hasta hace un año atrás íbamos a la hora del almuerzo y cena y sabía que en ese momento está la familia reunida y siempre quise plantearlo de esa manera, lo que nunca creí es que llegaríamos a esta trascendencia.

"Cuando empezó quise llegar a los adolescentes, a los jóvenes, porque no hay ningún país que pueda crecer si no valora lo que pasó. Siempre me gustó la historia, me apasionó, no solo mi historia, sino la historia del mundo, porque siempre leí, y un periodista sino lee no existe.

"Llevamos más de 3500 programas hechos y tengo cubierto hasta el 10 de abril del año que viene. Año tras año se suceden los temas, los aniversarios y yo tengo que agradecer al equipo de producción que tengo que es la gente, es el mejor equipo de producción que tengo, tengo 400.000 productores, desde que arrancó el programa son permanentes las llamadas, la gente que se acerca".

Entre los miles de recuerdos que fue guardando a lo largo de los años Mino tiene uno bien resguardado en su corazón y con simplemente mencionar a Dingo, el mago Dingo, se le llenan los ojos de lágrimas. "Era un personaje maravilloso, iba a los bares haciendo juegos de magia, vivía en la extrema pobreza. Cuando le fui a hacer un reportaje no te podés imaginar la emoción de ese hombre, vivía al final de la ciudad. Cuando terminamos la nota -en un cuartito de tres por tres donde, me acuerdo, que tenía todos los recuerdos por los bares que había pasado- nos dio un paquetito (a él y al camarógrafo) que nos pidió que lo abramos después, nos había comprado un alfajor y un paquetito de masitas, tuvimos que parar el auto porque nos largamos a llorar, no lo podíamos creer, ese era su reconocimiento porque nos habíamos acordado de él".