Los supermercados, en el día después
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Sus dueños presentían que los violentos hechos iban a ocurrir. Algunos fueron amenazados telefónicamente durante la mañana de ayer. En el Bienestar de Blas Parera 5800 las pérdidas fueron importantes. Hoy hubo una estricta vigilancia policial.
Los principales supermercados que fueron blanco de hechos vandálicos e intentos de saqueos que se concretaron durante la violenta jornada de ayer, mantuvieron hoy sus persianas bajas con una estricta vigilancia policial que incluía móviles y efectivos.
Detrás de los vidrios, puertas y ventanas rotas, los empleados procuraron trabajar normalmente merced a la momentánea calma que reinaba en las inmediaciones de los locales, a pesar de que se observaban personas -chicos en su mayoría- que curioseaban el lugar.
El Litoral realizó una recorrida por la avenida Blas Parera, sector donde tuvieron lugar los más graves episodios cuando los manifestantes atacaron dos bocas de expendio de supermercados Bienestar y una sucursal de la cadena Kilgelmann.
En la sucursal de Bienestar al 5800, principal foco de los saqueos, la pérdida de mercadería fue cuantiosa. "Atacaron principalmente la sección de perfumería, fiambrería, carnes y comidas para llevar", afirmó Gustavo Bre, integrante del directorio de la conocida firma familiar, quien se encontraba realizando un balance monetario de las pérdidas junto a sus contadores.
La sensación de los propietarios de los supermercados era que estos acontecimientos iban a suceder, luego de ver las imágenes desde Buenos Aires con los primeros saqueos.
"Nos reunimos al mediodía para coordinar la entrega de los 40 mil kilos de mercadería, y ya veíamos venir que algo iba a ocurrir. A las 14.30 yo me retiré a mi casa y una hora más tarde me llamaron porque se acercaba una masa de gente a la sucursal de Blas Parera 8900" donde se desencadenó el primer encontronazo con la policía, contó Bre.
Según su relato, allí sólo se produjeron roturas de vidrios. Minutos más tarde, en la sucursal de Blas Parera 5800, su hermano y su padre Pedro Bre intentaban resistir con los empleados la columna de personas que comenzaba a violentar las rejas y la persiana para ingresar a saquear. "Pudieron resistir 20 minutos, pero después de forcejear con algunos empleados, entraron", dijo.
A pocas cuadras de allí, en la sucursal de supermercados Kilgelmann de Blas Parera 7800, también se apostaron media docena de móviles y otros tantos efectivos policiales. En este local Jorge Kilgelmann, dueño de la cadena, vivió ayer tensos y confusos momentos cuando, al quedar prisionero dentro de su local, decidió entregar mercadería a través de una ventana.
"Fue una decisión en caliente, sin tiempo para pensarla. Todo fue muy raro y muy confuso ante la presión de esta verdadera marea humana que tuvimos enfrente", recordaba hoy en la vereda del local donde ya se habían repuesto los vidrios rotos ayer.
Tras ratificar la donación de mercadería prometida y celebrar la llegada de la lluvia "que descomprimió un poco la situación", dijo no tener capacidad para "razonar objetivamente" lo que sucedió en la víspera. "Hemos pasado por todas, siempre se aprende algo nuevo, pero todos los hechos que hemos vivido lamentablemente fueron para mal y no para bien", expresó.
Como se recordará, los intentos de saqueos se produjeron en la tarde de ayer frente al local del supermercado 2000 Guadalupe, en General Paz y Javier de la Rosa. A los pocos minutos, el comercio de Alberto Manasseri, a pocas cuadras de allí, iba a encabezar la lista de los supermercados saqueados durante la jornada.
Detrás de la puerta de ingreso totalmente destruida, Pedro Manasseri, padre del propietario, aseguró que el hecho -que calificó como "vandálico"- se originó "cuando los dos móviles policiales abandonaron la vigilancia" a pesar de sus súplicas.
"Durante la mañana el pollo Rojas -un personaje tristemente conocido del sector de la chaqueñada- nos amenazó telefónicamente que nos iban a atacar. El fue uno de los que agitó al grupo para romper el local. Nosotros ya fuimos víctimas de por lo menos 20 asaltos a manos de esta gente", dijo.
Tras recordar que los mayores daños se produjeron en el sistema informático -lo que impidió hoy atender al público-, agregó que luego del episodio el tal Rojas pasó esta mañana frente al local "riéndose de nosotros. Por eso llamamos a la policía y lo detuvieron", confirmó.
El ministro de Salud, Carlos Parola, en vista a los últimos acontecimientos vividos, dispuso reforzar las guardias de los hospitales bajo su dependencia, fundamentalmente nuestra ciudad y Rosario.
En tal sentido comisionó al subsecretario de Salud, Ramiro Huber, para que los centros asistenciales provinciales dispongan de una buena capacidad de camas y quirófanos.
Agregó que la Dirección Provincial de Emergencias Sanitarias (Dipaes) estableció un grado de alerta en la estructura de la atención sanitaria de emergencias, por lo que quedan a disposición y en guardia pasiva todos los agentes dependientes de esta dirección.
Para tranquilizar a la población, señaló que "en caso que la estructura pública fuese sobrepasada como consecuencia de un incremento de la crisis, se podrá recurrir a los organismos privados con los cuales ya se ha conversado y han enviado -vía fax- la disponibilidad de sus servicios".
Al cierre de esta edición se desconocía en qué momento y en qué lugares la Municipalidad iba a comenzar a distribuir la mercadería donada ayer por comerciantes, que se sumaron a los alimentos comprometidos por la Cámara de Supermercados y Autoservicios.
Esta falta de definición motivada en razones de seguridad, sumada a la confusión que sobrevino ayer, tras el anuncio sobre entrega de mercadería por parte de otras instituciones, hizo que grupos de desocupados recorran la ciudad en busca de los preciados bolsones.
Así ocurrió esta mañana, frente al edificio municipal, donde en forma pacífica representantes de Desocupados en Lucha de Santa Rosa de Lima concurrieron a pedir más precisiones y a sugerir que el reparto de mercadería se canalice también a través de los movimientos organizados.
De la información que se pudo recoger, se tiene que:.