En Suecia, un hombre nacido en 1972 creció soñando en poder fabricar un auto perfecto para lo cual, además de mucho dinero, haría falta ingenio, imaginación y recursos humanos. Ese hombre soñador es Christian von Koenigsegg que desde adolescente le gustaba modificar todo tipo de máquinas, de dos o cuatro ruedas, que cayeran en sus manos, transformándolas en otras nuevas más bellas, deportivas y mucho más veloces. En su imaginación desarrollaba lo que sería la planta de su futuro centro de diseño, poblado de un equipo de gente altamente especializada. Como digno ejemplo de los jóvenes "empreneurs" de los años 90, fundó una compañía de comercio exterior para hacer negocios con las nuevas naciones bálticas nacidas del desmembramiento de la ex Unión Soviética. El rápido éxito obtenido, producto de sus brillantes cualidades personales, le permitió en 1994 poner en marcha su sueño al fundar la Koenigsegg Automotive. El objetivo era construir un superauto de dos plazas equipado con un motor central y techo removible que fuera capaz de competir y derrotar a la Ferrari F50, al McLaren F1 al Larborghini Diablo y al Pagani Zonda. El sueño se cumplió, y en velocidad final hoy los supera a todos.

El primer prototipo estuvo listo en sólo 18 meses y con la colaboración de la Volvo, que permitió la utilización de sus instalaciones, primero fue sometido a las más duras pruebas de laboratorio y luego comenzó a ser testeado por pilotos profesionales en distintos circuitos de competición.

Como curiosidad hay que destacar que la primera presentación mediática no se dio, como en la mayoría de los casos, en un salón internacional del automóvil sino en el Festival de Cine de Cannes de 1997. Con esto Koenigsegg se aseguró una gran cobertura de la prensa internacional y recogió una gran cosecha de elogios. Finalmente la presentación oficial para la prensa especializada tuvo lugar en el Salón de París del año 2000 donde muy pronto se transformó en una de sus principales atracciones.

Para lograr la mayor rigidez torsional con el menor peso posible, el chasis y la carrocería fueron construidos en fibra de carbono con el aporte de la Universidad de Lund.

Como propulsor se eligió un motor V8 superpotenciado hasta lograr una potencia máxima de 659 CV a 6.500 rpm con un torque de 76,4 kg/m a 5.000 rpm. Con sólo 240 kg de peso, este motor tiene cuatro válvulas por cilindro, encendido en inyección electrónica con intercooler y caños de escape de acero inoxidable de 3 pulgadas de diámetro (7,62 cm) con colectores que derivan a conversores catalíticos bimetálicos.

La caja es de cambios secuencial de 6 velocidades que permite dos modalidades de uso: una con la palanca tradicional y otra a través de teclas dispuestas en el volante como la los actuales autos de F1.

Con esta mecánica el Koenigsegg CC desarrolla velocidades máximas de 390 km 7h y acelera de 0 a 100 km/h en sólo 3,2 segundos.

No conforme con estos rendimientos, la versión 2003 estará equipada con un nuevo motor de 12 cilindros opuestos (boxer) diseñado para la F1 por el fallecido ingeniero de Ferrari y de Alfa Romeo Carlo Chiti, con el cual el auto superará fácilmente los 410 km/h.

El sistema de suspensión es similar al utilizado en los actuales autos de F1 y el CART norteamericano y fue fabricado por la firma sueca Ohlins Racing, reconocida internacionalmente en ese rubro, especialmente en el ámbito de la competición.

Los frenos con ABS son a discos ventilados en las cuatro ruedas y tienen mordazas de 6 pistones en cada rueda delantera y 4 en las traseras. Fueron elaborados por la Fábrica Militar Sueca especializada en aviones supersónicos comerciales y de combate.

Sobre las llantas de aleación de magnesio de 18 pulgadas van montados neumáticos Goodyear F1 medidas 245/40 ZR 18 adelante y 315/40 ZR 18 atrás.

A pasar de ser muy joven, Koenigsegg ha dotado a su auto de una serie de elementos de diseño y desarrollo propio. Es el caso del sistema KACS (Koenigsegg Advanced Control System) que permite que desde el habitáculo el conductor pueda adaptar el auto a su gusto y a cada situación de manejo. De este modo se puede modificar la dureza de la suspensión y de las barras estabilizadoras, los sistemas móviles de la aerodinámica, y la distribución y fuerza de frenado.

A pesar de ser un auto súper deportivo, casi de competición, el equipamiento del Koenigsegg CC incluye de serie: techo rígido removible, doble airbag, aire acondicionado automático, espejos exteriores y levantavidrios eléctricos, tapizado de cuero Alcántara, cierre centralizado de puertas con comando a distancia, alarma con inmovilizador, equipo de sonido con cargador de CD, dirección asistida, cinturones de seguridad inerciales de cuatro fijaciones con pretensores pirotécnicos, butacas fabricadas en Tempur (material fabricado por la NASA que se adapta a las formas del cuerpo de manera envolvente), funda para proteger el auto, pack de herramientas, etc. Como opcionales también se ofrecen: acceso móvil a Internet, cámara de visión trasera, teléfono móvil sin manos y sistema de ajuste automático del despeje al piso de acuerdo a la velocidad de marcha.

Como todo auto de última generación el Koenigsegg CC tiene los máximos estándares de seguridad pasiva aplicada a superautos: barras de acero anticolisión incorporada en el interior de las puertas, estructura antivuelco y zonas en kevlar preparadas para absorber las energías de choques frontales y traseros.

El precio de esta joya mecánica es de ? (euros) 385.000 unos U$S 365.000. En esta Argentina devaluada hay que pensar en $529.250 al dólar oficial o unos $638.750 al paralelo, como más le guste. Sólo para unos pocos elegidos que seguramente advertidos a tiempo se salvaron del corralito.