Cultura: CULT-01

Hacer foco sobre horizontes difusos

ASADO EN MENDIOLAZA. Córdoba 2001. Fotografía color. Medidas 2,60 x 1,00m.. 

Entrevista a Marcos López, reconocido fotógrafo santafesino. Otras repercusiones de la crisis económica. El aumento de las dificultades para vivir del arte. Palabras de un artista que se quiere quedar.


Cuál es el colmo de un fotógrafo. No poder ver sus fotos porque no le alcanza el dinero para revelarlas.

"Hace 4 meses que no trabajo en publicidad, que es lo que hacía habitualmente en forma conjunta a desarrollar mi obra artística en el campo de la fotografía, y las agencias me adeudan el pago de trabajos desde septiembre", dice Marcos López, artista santafesino que reside hace 20 años en Buenos Aires, y quien en el año 2000 fue galardonado como "Fotógrafo del año", por la Asociación Argentina de Críticos de Arte, y luego publicó Poplatino, el libro que resume un trabajo ampliamente ponderado en Argentina y el extranjero.

Actualmente, y a pesar de reconocerse como un fotógrafo algo provinciano que no puede sustraer su estética a la pincelada de la identidad, los horizontes en el país se le estrechan cada vez más.

"Anoche estuve cenando con dos amigos fotógrafos que se van con sus mujeres e hijos uno a Chicago y el otro a Miami", cuenta y refiere a que "toda la cena hablando de visas, de extraordinarity hability, etcétera. Por supuesto que me dicen que allá me iría mucho mejor con la impronta latina de mis fotos... la verdad, me da fiaca, tristeza, no me gusta hablar inglés, pero irremediablemente lo estoy considerando seriamente".

Esto es algo de lo que les está sucediendo a muchos argentinos, la búsqueda de ese "allá", que se traduce en cualquier lugar perteneciente a algún topus huidizo donde poder unir talento, libertad, crecimiento profesional e ingresos.

Tal vez cerrar todo


"Lo que me pasó ahora es que por causa de esta terrible situación del país, trabajé como fotógrafo de periodismo para acompañar a cronistas europeos que cubrían notas sobre Argentina. Desde 1982, cuando vine a vivir a Buenos Aires y que fotografiaba las marchas de las Madres en Plaza de Mayo, que no hacía ese tipo de fotos. Fotografié el cacerolazo en Tribunales y me dio mucha emoción... paralelamente sentía que había perdido los reflejos y el timing de las fotos de reportaje".

"De tan triste que estoy las fotos me salen movidas, fuera de foco... en fin. Ahora por suerte me voy a trabajar un mes a España contratado por el Museo de Arte contemporáneo de Extremadura, a fotografiar el carnaval de Badajoz. Les pedí un adelanto para gastos, los tipos no lo podían creer, les daba una sensación de lástima, para el taxi al aeropuerto, para comer unas tapas cuando llegue a Madrid". Para su regreso en marzo, Marcos plantea la incertidumbre. "Tal vez cerrar todo y radicarme en algún rancho de la costa en Colastiné, o pedirle hospedaje en una quinta que mi hermana tiene en Sauce Viejo, al lado del río, comiendo arroz integral y tomando vino de un peso con cincuenta, y dedicarme a pintar al óleo paisajes costumbristas".

Acerca de "Asado en Mendiolaza"


"Esta foto es una de las primeras de una nueva serie. Como siempre, con la fotografía trato de reflexionar acerca de nuestra identidad, nuestra cultura, construyendo una imagen con una textura visual que refleje mis intuiciones, mis convicciones...", y confiesa que quiere separarse un poco del colorinche del Poplatino, su trabajo de los últimos años.

"Esta imagen es una remake de las decenas de remakes de últimas cenas de la historia de la pintura, que también fueron recreadas por fotógrafos súper jetset de los países centrales, como Sugimoto y Taylor Wood, que se cotizan a unos precios realmente delirantes en los remates Sothesby's y Christie�s".

El decidió hacer su versión criolla: "Conseguí un adelanto de plata de mi galerista y me fui especialmente a Córdoba, solo en auto desde Buenos Aires. Me gusta Córdoba. Me gusta el humor, los tiempos, la tonada... Y quería que la imagen tuviera esa luz, esos pajonales, ese clima que no se puede recrear en un estudio ni en una quinta de las afueras de la Capital. Convoqué a un productor y actor teatral de allá, `El' Huguito Olmos, que conoce a todo el mundo y es un excelente profesional (es el que está agarrando el tetrabrik) para que hiciera el "casting". La mayoría de los "modelos" son pintores y escultores amigos de larga trayectoria y prestigio (Tulio Romano, Roque Onofre Fraticelli, Rubén Menas...)".

"El domingo a la mañana, cuando estábamos haciendo el asado y armando la toma, apareció Juan Longhini, el flaco de pelo largo, que es escultor, y que cayó justo para el papel protagónico. Apenas lo vi le dije: `Mucho gusto, si te parece bien la idea de la foto, por favor ponéte en el medio, cortá el chivo y mirá a cámara. No tenés que hacer más nada'. Cosas de la fotografía. Un regalo del cielo".

El último almuerzo


"Esta imagen para mí es un homenaje a la pintura, a mi esencia provinciana, a la luz rajante del sol de la siesta, al fútbol (aunque el último partido que vi en mi vida fue cuando en Unión de Santa Fe jugaba Suñé, Silguero y la oveja Telch y en Colón, Cococho Alvarez y Edgar Fernández), al culto a la amistad y me recuerda las peñas de amigotes del secundario que organiza jueves de por medio en Santa Fe mi gran amigo Rogelio Jorge Allignani".

Luego de comer el chivito y otras vituallas hicieron la toma, que se repitió decenas de veces. El equipo era una cámara de formato grande, con mucha calidad técnica; luego el negativo se digitalizó y se retocó meticulosamente. La imagen final, que ahora está expuesta en el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires mide 3 metros de largo por 1 de ancho y está teniendo muy buen recibimiento del público y los críticos de arte.

Finalmente, el fotógrafo agrega, que la muestra Políticas de la diferencia. Arte Iberoamericano de Fin de siglo, organizada por la Generalitat Valenciana de las cuales es uno de los seis artistas argentinos seleccionados, se inauguró "unos días antes de las tristísimas jornadas de fines de diciembre. Las caras de los muchachos parecen presagiar: "Comamos muchachos, contemos chistes, tomemos unos vinos... que estos encuentros, nuestro humor, nuestra amistad, nuestra identidad, es lo único que nos queda...".