Las redes del destino
Jerry Black (Jack Nicholson) es un detective del Estado de Nevada que está a punto de retirarse, entonces sus compañeros deciden hacer una fiesta de despedida y regalarle un pasaje para que se fuera de vacaciones a un lugar más cálido.
En medio del agasajo, en la que todos se divierten menos él, avisan que han encontrado el cuerpo de una niña de ocho años, que ha sido asesinada en las montañas cercanas.
Es su último día de servicio, pero Jerry quiere colaborar y se suma a las investigaciones. Cuando hay que avisar a los padres de la niña, nadie quiere hacerlo, entonces asume él este difícil trance, y ante la desesperación de la madre, le promete que trabajará hasta encontrar al asesino.
De allí el título original del filme: The Pledge, un vocablo que en inglés tiene múltiples significados y que todos de algún modo se relacionan con este relato: la promesa, la fianza, la prenda, el rehén, el brindis. Una riqueza semántica que se pierde con el estereotipado Código de honor, con que se tradujo aquí.
Se trata de la tercera película dirigida por Sean Penn (Indian Runner, The Crossing Guard), en este caso con guión -basado en una novela de Friedrich Dürrenmatt- a cargo de Jerzy Kromolowski y Mary Olson-Kromolowski.
La historia tiene el sello de Dürrenmatt, el prolífico escritor suizo alemán cuyos relatos policiales siempre están protagonizados por un detective con características de antihéroe: bueno en lo suyo, pero con una vida personal signada por algunos fracasos y generalmente, alcohólico y decadente. También es característica de Dürrenmatt una mirada crítica y un tanto irónica sobre la sociedad y sus reglas, donde los personajes aparecen atrapados en las redes de las formalidades o del destino, cuyos designios escapan a los esfuerzos de aquéllos por ejercer algún control sobre sus vidas o aunque más no sea, por entender lo que pasa o conocer la verdad.
Con esta base, Penn desarrolla un relato policíaco-psicológico, por momentos moroso, en donde el imponente y misterioso paisaje montañoso de Nevada adquiere relevancia protagónica.
En esta historia, la policía cierra rápidamente el caso, arrancando una poco ortodoxa confesión al sospechoso que tenía más a mano: un retardado mental medio indio (Benicio del Toro). Una solución que a Jerry no conforma, quien cancela su viaje para seguir investigando y descubre que cerca de allí hubo otros casos similares anteriormente, nunca resueltos. Estas pistas, más algunos indicios que recoge interrogando a amigos y parientes de la niña, le hacen pensar que está ante un asesino serial que no tardará en volver a actuar.
Impulsado por la promesa hecha a la madre de la pequeña y aun estando retirado, sigue investigando y esperando que el verdadero asesino aparezca. En esta casi obsesión arrastra a sus ex compañeros y también a su nueva pareja, Lori (Robin Wright Penn) y su pequeña hija (Pualine Roberts).
Y cuando está a punto de lograr su objetivo, un hecho inesperado que sólo los espectadores conocerán, cambia el curso de los acontecimientos y arroja a Jerry a la más dolorosa de las soledades.
Con un manejo de cámaras muy suelto y audaz, donde no se ahorran recursos (panorámicas, primeros planos, sobreimpresión, ralentis, flash back, travelings), y a pesar de algunos pequeños altibajos, Penn logra sostener el interés componiendo un relato bien estructurado y bellamente presentado.
Y también obtiene de Jack Nicholson una afinada y muy humana construcción de su personaje, que esta vez no cae en exageraciones ni en lugares comunes y demuestra que posee la fibra de un buen actor.
The Pledge, EE.UU., 2001. Dirección: Sean Penn. Intérpretes: Jack Nicholson, Patricia Clarkson, Robin Wright Penn, Aaron Eckhart, Michael O'Keefe, Vanessa Redgrave, Benicio del Toro, Mickey Rourke, Sam Shepard, Harry Dean Stanton, etc. Guión: Jerzy Kromolowski y Mary Olson-Kromolowski, a partir de la novela de Friedrich Dürrenmatt. Música: Klaus Badelt y Hans Zimmer. Fotografía: Chris Menges. Escenografía: Lesley Beale. Vestuario: Jill M. Ohanneson. Duración: 150 m. Presentada por: Líder Films.