La legendaria maestra de yoga Indra Devi, de origen ruso pero radicada últimamente en la Argentina, murió ayer a los 102 años y cuando le faltaban 15 días para cumplir 103.

Indra Devi, cuyo nombre occidental fue Eugenie Peterson, había nacido en Rusia el 12 de mayo de 1899, y 28 años después, atraída por la espiritualidad de la India, se radicó en esa nación asiática.

Allí, Devi estudió yoga y conoció al Mahatma Ghandi y al poeta Rabindranath Tagore, y años más tarde viajó a Shangai, China, donde abrió la primera escuela de yoga de ese país.

Al término de la Segunda Guerra Mundial regresó a la India, donde, tras ser nombrada mataji (maestra) comenzó a dictar conferencias e impartir sus conocimientos sobre esta disciplina.

Luego tuvo una breve estadía en Los Angeles, California, donde fue maestra de Rita Hayworth y otros artistas cinematográficos.

En 1982 viajó por primera vez a la Argentina, invitada por el cantante Piero (Piero Debenedictis), y en su quinta visita decidió instalarse en Buenos Aires para dedicarse a la difusión del yoga.

Indra Devi -quien se casó dos veces- no tenía hijos y vivía en la sede central de su fundación, en el barrio porteño de Belgrano. En la Argentina comenzó una amplia tarea de difusión del yoga clásico, dando conferencias y seminarios en distintas ciudades de la Argentina, en Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, México en América, y España y Alemania en Europa.

Después, en junio de 1988, creó la "Fundación Indra Devi, Yoga, Arte y Ciencia de Vida", a través de la cual se organizó el I, II y III Encuentro de Instructores de Yoga, con la participación de profesores argentinos, americanos y europeos.

Asistió como invitada especial a cientos de congresos, conferencias y seminarios, en distintos lugares del mundo, donde era considerada una de las grandes maestras y referentes internacionales en su disciplina.

Vivió en la India, China -como esposa de su primer marido, un diplomático del que enviudó al finalizar la Primera Guerra Mundial-, en los Estados Unidos -donde se casó con Sigfrid Knauer, un distinguido médico y humanista-, México y la Argentina.

Su actividad la llevó a difundir el yoga por distintos países y, entre sus heterogéneos discípulos, se contaron tanto estrellas de Hollywood como funcionarios del Kremlin soviético quienes, luego de sus explicaciones sobre los beneficios de la milenaria técnica oriental, aceptaron levantar la prohibición que regía en la ex URSS para su práctica.

Durante su actividad en la Argentina, Devi se concentró en la difusión de su disciplina, en la apertura de centros y escuelas de práctica y en la formación de instructores, tanto en Buenos Aires, como en el interior y en países limítrofes.

Además, a través de su relación con Piero, participó de actividades comunitarias en la granja de producción orgánica que el cantautor montó en Los Cardales, provincia de Buenos Aires.

La vida de Devi, intensa y extensa, plagada de experiencias y de personas, fue plasmada en su biografía: "Indra Devi, una Vida un Siglo", escrita en 1992 por Natalia Apostolli y editada por Javier Vergara.