Entre olas y viento un encuentro necesario
La edición de la 17a. Fiesta Nacional del Teatro se concretó recientemente en Mar del Plata. El país teatral se hizo presente. Aquí un balance.
En sus orígenes, la Fiesta Nacional del Teatro se realizaba en el Teatro Nacional Cervantes. La primera que se hizo fuera de Capital Federal fue en Santa Fe. Ahora, en su 17a. edición y organizada por el Instituto Nacional del Teatro, Mar del Plata acogió a los teatristas de todo el país que llegaron para mostrar cuál es la realidad que, a pesar de estar todos hermanados en un mismo país, con una misma crisis, tiene sus distintas particularidades. A veces se torna difícil ver, desde el punto de vista crítico, desde qué punto de vista se hace el análisis cuando no se conoce bien el contexto, la región donde fueron realizados esos productos culturales.
La Fiesta pretendió siempre rescatar precisamente el término de "fiesta" -que en el teatro tiene una honda connotación-. Hoy, en la Argentina, hacer una fiesta que no sea sólo de los teatreros sino que convoque y que contagie a la sociedad es desde el vamos una idea para celebrar. Máxime, si como en el caso de Mar del Plata, más de mil personas asistieron día tras día a las diversas propuestas que llegaron desde los puntos más distantes de la Argentina.
En esta versión también debe consignarse el interés del público por ver a los pioneros del teatro nacional, como Alejandra Boero, Roberto "Tito" Cossa o Duilio Marzio, por citar sólo algunos de los que viajaron para contar sus experiencias (ver aparte). Son personajes que han construido esta tradición que tiene el teatro y que la gente joven no conoce. Asimismo, el mismo público se interesó por conocer algo sobre las "nuevas tendencias" en una mesa redonda que convocó a críticos porteños y del interior, reconociendo que en el resto del país también existen nuevas formas de hacer teatro.
Tucumán sorprendió con "El maravilloso mundo de los animales: los corderos". En el teatro argentino hay nombres, dentro del teatro no comercial, que tienen más estrellas que otros. Uno de esos casos es el de Daniel Veronese, a partir de El Periférico de Objetos, un grupo de renombre internacional que incluso estrena algunos de sus espectáculos en Europa. Tucumán llegó con una investigación muy profunda de esta obra, que integra una trilogía. La dramaturgia de Veronese no es precisamente sencilla y si no está bien hecha, si no crea los climas necesarios, el resultado puede ser otro. Tucumán re-creó todos esos elementos y fue ovacionada por crítica y público. Porque en la recreación de la realidad tucumana está la universalidad del texto de la pieza. La rigurosidad de la palabra y el brillante trabajo de los actores fueron nota distintiva, del mismo modo que la labor de la directora Patricia García, orquestando una danza macabra para el recuerdo.
Desde Chaco llegaron dos versiones de "La casa de Bernarda Alba", de Federico García Lorca. La propuesta de Actores Unidos tuvo un parentesco muy cercano al teatro danza, ya que aparece sobre el escenario una gran coreografía. Se respetó al máximo el texto del bardo granadino, aunque los lorquianos tradicionalistas se habrán sorprendido mucho dado que está interpretada sólo por hombres, que aparecen con grandes faldas largas y negras, con el torso desnudo.
Aquí cabe reflexionar acerca del hecho de tomar un texto clásico y apropiarse del mismo. Pero no para hacerlo "folclóricamente", sino para otorgarle una nueva dimensión, encontrándole una nueva lectura. Si agregamos una puesta de luces soberbia, que conmocionó junto a la totalidad de la propuesta, el desafío fue cumplido. Esencialmente, insistimos, porque la poesía lorquiana estuvo presente. Admirables la composición de Néstor Roa y la dirección general de Marcelo Padelín.
En cambio, "Ranas sin lengua", el otro montaje basado en "La casa..." defraudó en más de un sentido. Pobreza actoral y ausencia de poesía pusieron sobre el tapete la labor de los jurados que seleccionaron -evidentemente mal- esta propuesta.
Desde Mendoza llegó "La Mandrágora", a cargo del Equipo de Teatro Mentitas. Hubo un despliegue fascinante sobre el texto de Maquiavelo y un equipo de actores que trabajó la estética de la Comedia del Arte, con precisos movimientos y una utilización del recurso musical atrapante para los espectadores. El lujoso y colorido vestuario fue también un soporte esencial, junto a la entrega de un elenco sin fisuras, sustentado por la dirección de Baby Chófalo, sostenida a partir de la construcción dramática y el aporte protagonista de la música. Los espectadores celebraron el humor y la gracia de los mendocinos, que se llevaron una ovación.
"La masa neutra" llegó desde Buenos Aires y sorprendió con sus múltiples aciertos, transformándose en uno de los mejores espectáculos presentados en la Fiesta. Impactaron las formas de actuación (de tipo naturalista y por momentos chocando con acciones que no tienen casi nada que ver, con toques de absurdo) y la profundidad del texto (del autor Jorge Sánchez), en apariencia "lavado" pero con una cotidianeidad exasperante, que remite a lecturas más profundas. Estupendas las actuaciones de Horacio Marassi, Rubén Panunzio y Alejandro Vizzotti. Para destacar, la sorprendente escenografía de Ariel Vaccaro, casi como una instalación muy realista, pero que se transforma para lograr nuevos espacios dramáticos.
"Almas Fatales" llegó desde Rosario y gustó mucho, con un estilo de trabajo que aborda una novela histórica y la enriquece notablemente. El joven director Juan Hessel tomó la novela "Fondo Negro. Los Lugones", de Eduardo Muslip; se metió con el texto y tomó ciertos aspectos anecdóticos de la vida del poeta Leopoldo Lugones. Pero lo realmente admirable es que construyó un cuerpo de ficción teatral meduloso, sorprendente y de calidades relevantes, donde se destacó la labor descollante de la actriz Silvia Ferrari, de mucha verdad y compromiso, entrega y pasión. También de Rosario, llegó de la mano del grupo La Praxis Briosos "Perunimá", una fiesta teatral destinada a los chicos pero que disfrutaron (y de qué manera) los grandes. El director Raúl Saggini rescató la picaresca del personaje protagónico, Pedro de Urdemales, de la obra de Velmiro Ayala Gauna, con tantos referentes en la literatura universal. Vestuario y maquillaje protagónicos de Ramiro Sorrequieta, quien recreó la estética de Molina Campos; precisa escenografía de Rodrigo Frías, mucho ritmo, colorido y entrega absoluta hicieron las delicias de los espectadores.
Desde La Pampa llegó en un carromato "Tango Nómade", del Grupo Andar, con dirección de Silvio Lang. Tangos de las décadas del '30 y del '40 soberbiamente interpretados por Edith Gazzaniga, en una propuesta que se constituyó en una de las sorpresas más brillantes de la Fiesta. La actriz, junto a María José Jerónimo entabló sobre la escena una lucha entre victimarios y víctimas, enriquecida desde la dirección con una estética almodovariana que resultó una fiesta en la Fiesta.
Además de las actuaciones hasta aquí destacadas, sería injusto no consignar las interpretaciones de Luis Ortellado, de Misiones; Marcelo Digennaro, de San Luis; Silvia Saboini, de Mendoza; la soberbia Numy Silva, de Misiones y todo el elenco de "Romeo y Julieta, un amor con piruetas", que desde Entre Ríos trajo la frescura y el encanto de la mano del director Rubén Clavenzani. Todos ellos -y, seguro, muchos más que por razones de espacio no podemos destacar- entregando el cuerpo, la voz y el alma con una mano en el corazón. Para que esta Fiesta Nacional del Teatro se transforme, a pesar de la profunda crisis que vive el país, en un hecho concreto y en una necesaria radiografía teatral del país.
Siguen dando el prestigio donde se presenten. Son dos referentes indiscutibles de la intelectualidad argentina a la hora de defender los derechos -también los deberes- del teatro nacional. Su sola presencia cautivó a quienes, en cantidad abrumadora, presenciaron la charla con los pioneros del teatro argentino. Alejandra Boero y Roberto "Tito" Cossa dialogaron breve pero intensamente con El Litoral, en un aparte que recordaremos con entrañable afecto.
Alejandra no duda en afirmar que "en este país siempre fue difícil trabajar por la cultura. Históricamente, es nadar contra la corriente. Esencialmente, el problema es que pasan los gobiernos y sus representantes y ninguno entiende qué es la cultura. Ellos suelen llamar cultura a cualquier cosa sin admitir definitivamente que la cultura es activa y está íntimamente ligada a la identidad de un pueblo, a su inteligencia, a su sensibilidad, a lo que el hombre construye día tras día".
"Uno suele preguntarse de dónde sale el amor por la cultura que tenemos los argentinos. Grupos que hacen teatro hay muchísimos, y esta fiesta es el más claro ejemplo de la incesante producción. Este país posee hacedores talentosos, con inteligencia, con vocación incesante, con voluntad inquebrantable. Lo que sí es cierto, es que no existe un marco político ni económico que sostenga la estructura para el desarrollo permanente de esas voluntades".
Roberto Cossa tampoco elude el compromiso. "La cultura está mal, como está mal el país. La tarea de los gobernantes en el caso de la cultura es básicamente invertir con dinero, y eso en la Argentina no se puede. Falta idoneidad en los funcionarios, que entiendan el medio, para qué y en dónde están y, también, que estén dispuestos al diálogo permanente. Me parece necesario hacer hincapié en que no debemos olvidar una premisa básica: fortalecer la enseñanza en todos sus niveles. Hasta ahora no he escuchado a ningún político que entienda qué es la cultura. Deben comprender, sobre todo en estos tiempos, que la cultura no es lujo, no es aditamento. Que es fundamental como el alimento. Nadie que esté con el estómago vacío producirá o recibirá cultura".
Uno de los hechos más convocantes de esta Fiesta fue, además de los espectáculos, el taller de crítica teatral organizado por Critea, el Círculo de Críticos de las Artes Escénicas de la Argentina, y el INT. Todas las mañanas, tras el desayuno, los grupos que actuaban la noche anterior dialogaban, debatían, se enfrentaban entre ellos y los críticos de todo el país con un claro objetivo: crecer juntos con variedad de miradas y una misma pasión: el teatro.
Otro encuentro que despertó atención fue la mesa redonda sobre "Nuevas tendencias", en la que los críticos Ana Durán, Ana Seoane, Julio Cejas, Roberto Schneider y Jorge Dubatti debatieron acerca de este fenómeno. Y tuvieron mucha participación los encuentros sobre Teatro y Educación, Teatro Social, Derechos Intelectuales y Teatro Político.
Roberto Schneider