Según datos del Indec que se conocieron ayer, la industria expulsó a 260 mil obreros en tan sólo 4 años, por lo que hoy trabajan sólo 630 mil personas en el sector.
Esta caída en el empleo también ayudó a deteriorar los salarios de quienes trabajan. Este deterioro se profundizó en los últimos meses, con lo que el poder adquisitivo cayó en forma brutal.
En este último año la ocupación obrera se redujo en más de un 13 por ciento, ya que se perdieron 95 mil empleos. Para colmo, al emplear la industria población masculina, el desempleo afecta a los jefes de hogar, por lo que la pobreza y la indigencia incrementan sus niveles.
Si se considera desde 1990 en adelante, la perdida de empleos hasta hoy suma 460 mil puestos de trabajo. Las causas de esto, a principios de los '90, fueron la sustitución de la industria nacional por las importaciones y la incorporación de tecnología.
Los sectores más afectados fueron los bienes de capital, textiles, confecciones y calzados. Entre 1991 y 1998, cuando comenzó la recesión, la industria ya se había achicado un 18 por ciento en sus planteles de personal.
A partir de 1998 el empleo fue cayendo a causa de la caída de la inversión por el encarecimiento de las tasas de interés, que llevó a la gente a los bancos, sin pasar su dinero por los sectores productivos.
En la primera mitad de este año, luego de la debacle de diciembre de 2001, se acentuó el problema del empleo, sin que este trimestre de recuperación en el EMI haya repercutido en una suba de la ocupación, por la enorme capacidad ociosa que tenían las industrias sobrevivientes.
Los datos del Indec toman en consideración a los trabajadores industriales hasta la categoría de supervisor, afectados al proceso productivo, tanto en la fase de elaboración como de control de calidad, acarreo, mantenimiento y reparación.