Esta vez una mueca de sincera inquietud dominó su temple durante toda la conferencia de prensa. Es que Colón tuvo un bajo rendimiento en el partido, y las fallas en la definición de varias jugadas por parte Huracán permitió en parte que el cotejo no finalice con una victoria visitante. Jorge Fossati dejó su impresión de los noventa minutos.

-�El empate es importante por la forma en que se logró, Jorge?

-El punto no se festeja pero sí se valora. Colón hizo un muy mal primer tiempo, y en general, desde el punto de vista futbolístico, no estuvimos en una buena noche. En el complemento mejoramos un poco y tuvimos momentos en los que pudimos encontrar la claridad que nos faltó en la inicial. Puede ser que otra vez por querer ir a buscar con ansiedad el partido le dimos alguna chance a Huracán de contragolpe, pero creo que fueron solamente un par. Terminamos sacando un punto con muchas más ganas que fútbol y, aunque el temperamento y la actitud son cualidades muy valorables y son un muy buen capital tenerlas, a eso hay que agregarle buen juego.

-�Por qué no se pudo plasmar en la cancha el plan de la semana?

-En primer lugar están los méritos de Huracán. Para algunos jugábamos contra nadie, pero yo siempre dije que respetaba mucho a este rival, por más que llegaba con resultados negativos. Y de nuestro lado me parece que no tuvimos ni siquiera un instante de lucidez en el primer tiempo.

-�A qué atribuye las distracciones en la última línea?

-En verdad no vi distracciones, sino que en el afán de ir a buscar el segundo gol otra vez, y eso es un error que ya comenté antes, pudieron más las ganas que el orden. Es un aspecto que hay que mejorarlo, porque si pasa eso o tu arquero es figura o vas a tener muchos dolores de cabeza.

-�Colón fue un equipo sin orden en el primer tiempo?

-No, en esa etapa fue un equipo sin ideas, con la pelota en su poder pero sin ideas para llegar al arco de enfrente.

-�Le preocupa la falta de juego?

-Sí, por supuesto, porque sin fútbol no se puede conseguir nada. Pero esto pasó en este encuentro y en buena parte del partido contra River. En los dos anteriores, sí tuvimos juego.

Darío Gigena tuvo su vuelta a la red después de un largo período de "sequía": 2.246 minutos sin gol. El delantero rojinegro quebró un maleficio de 23 partidos y fracción, y volvió a convertir contra el mismo equipo al que le anotó su último tanto: Huracán. Eso pasó el 15 de diciembre del año pasado, cuando por la 18 fecha del Apertura Colón ganó 1 a 0 en en Buenos Aires con un gol del "Topo" de penal.

El atacante dijo después del partido que "menos mal que marqué, porque si no no sirve todo el esfuerzo que hago en la semana. Espero que este gol no sea algo pasajero, porque quiero seguir convirtiendo".

El arquero rojinegro también dio su opinión sobre el encuentro, al afirmar que "me parece que no jugamos bien, ya que estuvimos bastante desordenados defensivamente por el ímpetu que pusimos para atacar en búsqueda del empate y luego la victoria. Pero ésos son los peligros que se corren cuando se está en desventaja y más si se juega como local, porque se toman riesgos importantes para cambiar la historia del partido".

El encuentro preliminar entre Colón y Huracán finalizó igualado 2 a 2. El partido fue entretenido y tuvo pasajes de buen fútbol. Diego Reynoso abrió el tanteador para el local, pero luego Claudio Guerra en dos ocasiones dio vuelta la historia para el "globito". Finalmente, Conrado Besel, a cinco minutos del final, selló el empate para los dirigidos por Eduardo Del Capellán.

Una vez finalizado el partido, Angel Sánchez se dirigía al vestuario cuando fue insultado por gran parte de la platea este que se encuentra al lado de la manga. El árbitro entonces respondió a los gritos lanzando besos a los espectadores, hecho que luego generó algunas diferencias con un comisario presente en el sector. Sánchez manifestó al respecto que "yo siempre que me voy insultado actúo igual. Es una manera de responder con afecto a agresividad de los hinchas. No es ironía sino una muestra de cariño".

Un hincha de Colón cayó al vacío desde más de seis metros y se encontraba en estado delicado en el Hospital Cullen. El episodio se produjo cuando Pablo González, de 22 años, quiso pasar de la cabecera popular sur a la bandeja superior de la platea este, y por culpa de un error en el cálculo cayó en el espacio que divide ambas tribunas.