En medio de las privatizaciones de todo el sector eléctrico hubo una que llamó la atención por lo bajo de la cotización que ganó una de las centrales térmicas que se licitaban. Por unos pocos miles de pesos, la Federación de Trabajadores de Luz y Fuerza (que a nivel nacional avaló el traspaso de las empresas del Estado al sector privado) se quedó con las centrales locales.
Centrales Térmicas del Litoral (con capital de mayoría del sector laboral) está asociada a la empresa IATE y al ganar aquella licitación obtuvo del Estado un contrato de provisión de energía para la Empresa Provincial de la Energía. También debió recibir la totalidad del personal y hoy son 68 los empleados de la planta Calchines de nuestra ciudad.
Ese contrato -rubricado por el entonces director de la EPE Juan Carlos Borio- establece que CTL proveerá de 10 megavatios a la distribuidora estatal y fija un precio que en comparación con los del mercado mayorista resulta significativamente superior.
El interventor de la EPE Antonio Caro dijo que la compañía se ahorrará por mes unos 150 mil pesos por no renovar el contrato que ha finalizado. Aseguró que la ciudad no quedará expuesta a sufrir problemas eléctricos por no contar con esos equipos y advirtió que fueron los propios dictámenes técnicos de la EPE los que recomendaron no renovar el contrato.
Por el contrario, el gerente coordinador de CTL Osvaldo Bourquín afirma que "la EPE debería privilegiar la compra local de energía, ya que de la provincia se van por este concepto en total unos 15 millones de pesos que con una mínima parte de esto se paga la diferencia con el contrato nuestro".
El representante de la central térmica reconoció que -como señaló Caro- las máquinas de Calchines están inactivas desde 1994, cuando la ciudad sufrió la crisis de la pinchadura del cable OF y su interminable reparación.
Desde aquel colapso energético, la ciudad tiene instalaciones mejor preparadas para una emergencia, tanto que según explicó Caro sólo se debería requerir de un refuerzo de energía local (por otras dos máquinas que posee CTL) en un caso de doble falla "algo que es muy poco probable que ocurra".
Caro explicó además que ninguna otra ciudad -incluida Rosario- tiene la reserva de energía que implicaría renovar el contrato finalizado, por lo que (sin los servicios de CTL) Santa Fe tiene las mismas condiciones que el resto.
Cuando El Litoral preguntó a Bourquín cómo se había preparado CTL para la finalización de un contrato con precios muy poco competitivos, explicó que desde que comenzó el contrato (a principios de los '90) "los esfuerzos de la empresa se volcaron en mantener y mejorar el parque de generación instalado para las turbinas que están como reserva", por cuya eventual disposición CAMMESA (la compañía administradora mayorista) paga unos 75.000 pesos.
Bourquín indicó que esos ingresos no son suficientes para garantizar la continuidad de la fuente de trabajo y que apelará la decisión de la EPE ante las autoridades políticas de la provincia.
Mientras Caro dio por terminado el tema, Bourquín se mostró confiado en que continuarán las negociaciones y en tal sentido afirmó que "hay otro elemento que queremos involucrar en la negociación que es la existencia de dos estaciones transformadoras que usa la EPE y están en nuestros terrenos: en Calchines y Santa Fe Oeste, sobre los que tenemos las escrituras y podemos demostrar la propiedad hasta por el pago de los impuestos".