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-�Cómo te relacionaste con el negocio de la música?
-Empecé trabajando en Grassi y Giménez en l961 y permanecí allí por 10 años.
Yo estudiaba mecanografía en una escuela que estaba en calle San Martín y Mari Grassi cuando necesitaba una empleada se cruzaba, porque era muy amiga de la directora. Así fue que un día me eligió a mí, era una prueba por 3 meses y me quedé 10 años.
En la charla con Mabel intervino un invitado especial, gran amigo de la protagonista de la historia y profundamente ligado a la música y a los medios de comunicación: Hugo Tredici.
"Qué diferencias entre ese tiempo y ahora, antes te buscaban para un trabajo", acotó Hugo: "En ese momento sí que podías esperar sentado que te iban a venir a buscar".
-�Te acordás cuál fue el primer disco qué compraste?
-Tredici cuenta "en mi casa escuchábamos radio; después yo me compré un Winco, durante mi primer año de trabajo. No recuerdo exactamente pero seguro el primer disco fue algo de Elvis Presley o Los Plateros, también me gustaban Los Cinco Latinos y los nacionales como Leonardo Favio, Sandro... Recuerdo también los de folclore que estaban de moda como Los Fronterizos y Los Chalchaleros.
Mabel y Hugo recordaron juntos cómo se dividía la música. "Antes se hablaba de 4 géneros: folclore, tango, clásico, jazz y característica, que ahora no se usa más".
-�Qué era "característica"?
-Sería como el cuarteto ahora, en definitiva la música bailable que hoy se denomina cumbia, se apresura a responder Mabel. Y Hugo agrega: pasodoble, foxtrot. En los bailes de aquella época siempre estaban las orquestas características, que todavía en algunos pueblos existen.
-Cuando pasaron esos 10 años, Mabel, �creíste qué era el momento de tener tu propio negocio?
-Después de que pasaron los 10 años me buscaron de otra disquería que se llamaba "Rinconcito Musical", estaba en la galería Saguir y necesitaban una encargada, como me habían visto trabajar en Grassi me ofrecieron mejor sueldo y me fui, "fue una tentación".
Allí estuve dos años de encargada y después el dueño, Carlitos Conta decide venderla y la compradora fui yo. En homenaje a él jamás le cambié el nombre; además era una forma de agradecerle por haberme dado la oportunidad de tener mi propio negocio.
Hugo agrega que Rinconcito Musical tenía un slogan "La primera con los últimos éxitos" y Grassi era la N°1.
Las inevitables comparaciones de épocas nos vuelven a asombrar cuando Mabel relata la forma en que se convirtió en propietaria de "Rinconcito...": "Realmente fue increíble cómo llegué a comprar la disquería con un crédito bancario que después me daba vergüenza ir a pagar, porque las cuotas eran mínimas. Significaba más trabajo ir hasta el banco... Así que finalmente pagué todo junto, era setiembre de 1973 luego de haber comenzado en marzo del '71 como encargada". En ese momento había un importante número de disquerías (ver recuadro) todavía las grandes cadenas no copaban el mercado y los compradores podían elegir un lugar. En la boca de las personas había nombres diferentes y cuando ingresaba alguien hablaría con ellos por horas, aconsejando, mostrando, relatando... No sería sólo una cara bonita que sonreiría por segundos y explicaría poco, porque todo está a la vista.
"Rinconcito era muy especial, porque iba todo tipo de gente pero sobre todo mucha juventud. Venían de boliches y confiterías a comprar, tal es así que los sábados me tenía que quedar hasta las 14.30 cuando el resto de las disquerías cerraban a las 12.30".
Hugo agrega que los disc-jockey de los boliches le compraban a Mabel, venían de los pueblos y también los rockeros.
-�El material llegaba como ahora a través de los viajantes?
-Sí, enseguida tuve cuenta en las compañías y trabajé con todas. Era el furor del rock sinfónico, el de Pink Floyd y también el nacional. Me acuerdo que inauguré el local con "El Lado Oscuro de la Luna" que recién había salido. Nos quedábamos a pintar el local con amigos y ese disco sonaba una y mil veces.
"Yo creo que todo pasaba por la atención personalizada, que por ahí en las disquerías grandes no era común; Rinconcito Musical era un lugar chico y te atendían siempre muy bien, añade Tredici. Cuando empezó a trabajar en Grassi yo tenía 4 años y venía con mi abuela...".
Ni llegaba al mostrador -acota Mabel- y pedía Los Gatos, Billy Cafaro, Sandro...
En mi casa se escuchó siempre música. Mis viejos, mi abuela, eran de comprar discos, de tener siempre el combinado encendido. Recuerdo los primeros discos de vinilo, los que se rompían cuando se caían al suelo, eran del '78. Me acuerdo haber comprado "La Plaga" de los Teen Tops que traía el medio amarillo; "Quémame los ojos" del chileno Rosamel Araya y también "Celia" de Leo Dan, disco que salió en vinilo en el '78, relata Hugo.
Las compañías grabadoras cuentan con personas encargadas de distribuir los discos de sus artistas; son los difusores que entregan a quienes trabajan en radio, televisión o prensa escrita material para que el público conozca las novedades pero antes no era ésta la forma de mostrar al público las producciones más recientes.
La gente que trabajaba en radio se encargaba de eso, dice Mabel. Yo me acuerdo cuando estaba en Grassi que el "Peiso" pasaba todos los días a buscar un disco que recomendaba en LT9.
Era la única radio popular en ese momento, aclara Hugo; LT10 era netamente cultural.
-Además del "Peiso" �a quiénes más se podía oír en ese momento?
-Estaban Cacho Galé, el "Negro" Fernández Ortiz, Alberto Frutos y después vinieron Barbier y Julio Ponce Aragón, enumera Tredici y Mabel acota que la mayoría difundía lo nuevo y lo nacional.
El furor era El Club del Clan y la música beat que vino después. Antes un éxito te duraba 6 meses, un año... íahora te bombardean!
-�Qué artistas o bandas sonaban en el mundo y los santafesinos compraban?
-Hugo recuerda a Elvis Presley, Paul Anka, Neil Sedaka, Chuk Berry, Little Richard, todos artistas que se vendieron mucho a principio de los '60. Después hubo también una importante cantidad de italianos que se convertían en estrellas por el Festival de San Remo a mediados de los '60. Antes salían discos con los ganadores del San Remo y eran todos éxitos como Nicola Di Bari, Domenico Modugno, Gianni Nazaro, Rita Pavone. Los brasileros también aparecieron con Roberto Carlos a la cabeza y Toquinho, recuerda Mabel.
-�Qué pasó en Santa Fe con la beatlemanía?
-Fue casi simultánea con la explosión en Inglaterra, las ventas fueron una locura, las chicas morían, lo mismo con Elvis y Sandro, las mujeres que aún hoy gritan por él son las jóvenes de aquella época, las que compraban los simples, cuenta Mabel.
La cantidad de discos que se vendían eran signo de otro tiempo, agrega Hugo.
Sí, eso me recuerda al local de la Saguir, cuando trabajábamos con mis sobrinos y mis hermanos, a veces comentamos con los que viven en Paraná cuando salía un éxito que el viajante me decía `Mabel, �cuántos?'... Yo no llevaba muy bien la cuenta pero eran 200, 300 y hasta 400 simples. Ahora la situación económica nos afectó a todos.
Sí, afirma Hugo, pero también la llegada de la FM, la aparición de las caseteras y de los casetes virgen hacen que la industria discográfica empiece a decaer, porque la gente empieza a grabar del disco a casete o directamente de la radio. Por eso nace el compact, aunque ya se copian también y los "truchos" abundan. Yo creo que a partir de los '80 se cae la industria discográfica cuando definitivamente se impone el casete.
-�Venían artistas como ahora, para promocionar sus discos visitando disquerías y firmando autógrafos?
-Sí, cuando estaba en Grassi conocí a Roberto Yanés; después a los artistas de folclore, Los Wanka-wa, El Chango Nieto, Elio Roca, Daniel Magal, Los Trovadores. Juan y Juan, Leonardo Favio estuvieron en la Galería Saguir y ahora los de cumbia. Más actuales La Mosca, Bersuit, Patricio Jiménez, Los Amigos.
-�Qué pasa con las ventas cuándo comienzan los recitales?
-Siempre aumentan, dice sin dudar Mabel.
En la década del '60, Sandro, La Joven Guardia, Billy Cafaro comienzan a venir a los bailes en clubes..., recuerda Hugo.
Yo fui a ver a Sandro con todos los que trabajábamos en Grassi, en ese tiempo Oscar Anderle era el manager.
En los '70 vinieron todos: Sui Generis, Aquelarre, León Gieco, Vox Dei, Arco Iris, Almendra, Los Gatos, Manal. Tocaban en teatros y la difusión se hacía por LT9 y por LT10 que entrados los '70 comienza a ser más comercial, donde Barbier cobra importancia con Ritmo de Juventud.
En el '91 muere el vinilo y nace el CD, este fenómeno renovó las compras, ya que muchos fueron los que quisieron tener a sus artistas favoritos en el nuevo formato de sonido impecable, relata Tredici.
Según Mabel las bandas de rock clásico fueron las más vendidas: Phil Collins, Queen, Creedence, Yes, Génesis, la música clásica, el jazz y el blues. También el rock nacional.
-�Qué pasa cuando salen los nuevos discos de BSB o Britney Spears? Porque los fanáticos siempre quieren ser los primeros en tener el disco.
-Sí, confirma Salum, además como en las radios los anuncian generan bastante ansiedad. Los momentos fuertes quedaron marcados por los BSB, Five, Ricky Martín, Celia Cruz por "La vida es un carnaval", Luis Miguel desde siempre, Los Nocheros, Soledad, todos fueron de venta masiva...
-Música tropical raramente desconocida.
-Yo no sabía vender cumbia porque siempre estuve en Galería, jamás vendí una, pero cuando vine a la calle Salta tuve que empezar a hacerlo, es que antes el lugar era más selecto. A nadie se le ocurría entrar a pedirte una cumbia.
Además, aclara Tredici, en la década del '70 y '80 la cumbia no se vendía, había muy poco material.
El Cuarteto Imperial, El Trío Rubí, Los Wawancó... solo pedían estos discos para las fiestas.
Y Hugo agrega, Los Palmeras que tenían sus primeros discos... pero el boom se dio en el '91, '92 primero con los solistas, Ricky Maravilla, Pocho la Pantera, Alcides, Gladis...
Y Después con los grupos locales, sigue Mabel.
Hace unos 5, 6 años, Cali, Trinidad, Grupo Alegría, Mario Pereyra comenzaron a ser importantes en el gusto del público analiza Hugo.
"Verdaderamente podría escribir un libro completo con las vivencias de todos estos años pero los hurtos, tan de moda hoy, también estaban a la orden del día en una disquería donde el material está expuesto atractivamente para gente de cualquier edad. En la galería Saguir había entrado un matrimonio muy bien y yo estaba sola. La señora empezó a elegir y después se acercó a pagar. Cuando el señor se da vuelta para irse le digo `esos dos discos son míos' y el responde `No, los compré'. La verdad no sé cómo me salió pedírselos; aunque no me los quería devolver le dije: `Cuando llegue al final de la Galería hay un vigilante que se los va a sacar'. Inmediatamente los devolvió a la batea.
"Otra vez un grupo de cinco chicos, escucharon un casete y me devolvieron la caja vacía. Al casete se lo metieron en el mocasín, pero me dí cuenta cuando salieron y como eran 5 no pude hacer nada".
Casi sin pensarlo, la chica que estudiaba mecanografía pasó a ser quien recorrió un largo camino en el negocio de la música donde nunca faltaron los afectos, los colaboradores como Estela, Coco, Roberto Manente, Jorgito y Javier Salum y Federico Rodríguez y los clientes amigos que "no importaba si compraban o no, lo lindo era que pasaran a charlar un rato, eso es lo que más voy a extrañar".
Pato Troncoso.Fotos: Luis Cetraro/Archivo Mabel Salum.