Pantallas y Escenarios: PAN-03 Señal de ajuste: el Profe ya descansa en paz


Fue lo mejor para todos: como un animal enfermo, el teleteatro "Franco Buenaventura, el profe" terminó sacrificado para que no siguiera sufriendo. La tira protagonizada por Osvaldo Laport resultó un verdadero calvario, con sus constantes cambios de hora, deserciones en el elenco y sorprendentes virajes argumentales. Luego de esta experiencia en Telefé, el galán volvería a la productora de Adrián Suar, donde empezó de recolector de basura y se coronó campeón.

La docencia no le sentó bien a Laport, y sus cambiantes romances nunca salieron del ámbito educativo: era más estable el corazón de su siempre recordado indio Catriel. Primero fue la ex alumna Lucía (Carina Zampini que, desairada, abandonó la tira), siguió la directora Ema (Viviana Saccone) y terminó con Carolina (la irresistible Celeste Cid), una escolar que pudo amortiguar su prematuro debut con un profesor cuando la novela fue situada al resguardo del horario de protección al menor.

Al fin, el rating de la tira resultó decoroso: indecorosa fue la expectativa de Telefé. Había comenzado en febrero con 18 puntos, en su primera peripecia huyó de la competencia de la imbatible "Son amores" pasando a otra franja, se sostuvo con unos 17, y el capítulo final marcó 18 puntos. En los últimos tiempos iba a las 23, pero en los días de "Videomatch", Tinelli se extendía con la prepotencia de los colosos y el pobre Franco Buenaventura empezaba casi a medianoche.

El último capítulo


La locura fue el último recurso para sostener con vida a esta novela, principalmente sumando al personaje de Martín (Walter Quiroz), un prometedor asesino serial que secuestra a la heroína y la babosea con un hacha en la mano hasta que en el último capítulo el Profe la rescata. Otro que tuvo que someterse a la demencia fue Gustavo Garzón, un digno actor, quien, en el papel de Julio, en el neurosiquiátrico no solamente sigue dialogando con la pareja de fantasmas, sino también con las gallinas y hasta con un bicho bolita.

La cigüeña suele llegar también en el último capítulo, y Ema fue madre de una criatura de Franco Buenaventura, como demostró el ADN, aunque ella ya se había casado con Andrea (Miguel Habud), convencido de ser el padre. Y fue un final generoso en nacimientos, ya que Greta y Nacho (Mónica Ayos y Sebastián Estevanez) tuvieron trillizos, aunque Carolina y Franco no alcanzaron: la tira concluyó con un embarazo de ocho meses.

Más que por el proyecto original, "Franco Buenaventura, el profe" resultó interesante por su trayectoria accidentada, el suspenso de localizarla en sus continuos cambios de horario y por el malhumor del elenco. Es decir, fue mejor la novela de la novela, que la propia novela.

Roberto Maurer