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Ana Quiroga: "El desenlace está cerca"
Los sujetos de la crisis, la sociedad santafesina, Monseñor Storni. La etapa que se viene puede ser revolucionaria o fascista. Una entrevista con Ana Quiroga, baluarte de la Psicología Social argentina.


Es sábado y son casi las seis de la tarde. Acaba de terminar el clásico del fútbol santafesino y los del centenario festejan entre ráfagas de viento y lluvia caliente. Con Ana Quiroga nos sentamos en uno de los bancos pasilleros de la Facultad de Derecho, mientras pasan por las aulas las discusiones de las jornadas de Psicología Social que por primera vez en la historia se realizan en Santa Fe.

Ana Pampliega de Quiroga no sólo es hoy la principal referente de la Psicología Social Pichoniana, sino que fue quien más cerca estuvo de su fundador, Enrique Pichón Rivi�re, como su discípula y pareja. Luego de la muerte del maestro, en 1977, Ana emergió como la principal continuadora de su obra.

Naturalmente, en la conferencia de apertura de las jornadas santafesinas de la especialidad, fue Ana Quiroga quien se dirigió a todos. En su discurso, de poco más de una hora, hizo un repaso nada menos que de los hechos sociales de la última década y el análisis que de éstos hizo la Psicología Social, una disciplina que tiene por objeto de análisis la realidad y cómo ésta opera en nosotros, los sujetos de esa realidad. Porque de los distintos procesos sociales nacen nuevas formas de subjetividad, el ser humano recibe el impacto de los cambios y se transforma en un medio que a la vez es transformado por él.

Nuevas formas de ser en el mundo


En esta última década, usted dijo que habían emergido dos tipos de sujetos bien identificables: el light y el sobreadaptado. �Cuál es la diferencia esencial entre ellos?

-El sobreadaptado es quien adhirió entusiastamente a los cambios que parecían devenir del desarrollo tecnológico; entendió que si no encajaba en este nuevo modelo de pensamiento, en esta nueva economía, en este proceso globalizador tal como había sido dado, quedaría afuera del sistema. En el comienzo de los '90 se reorganiza la producción y se empieza a ver formas definidamente más explotadoras y de distintos estamentos de explotación -ejecutivo, técnico, etc.- para los que son requeridos muchos más esfuerzos: el sujeto polivalente. Se proclamó que la formación que debe dar respuesta a cualquier tipo de exigencia, que la pertenencia al espacio laboral es la principal pertenencia, a costa de su familia, de sus estudios, de su tiempo libre. Se estaba planteando que ese rendimiento fáctico, laboral y esa compenetración con los ideales de un desarrollo tecnológico que se depositaba era la causa de la culminación del desarrollo de la humanidad, negando que un desarrollo tecnológico se hace en condiciones sociales concretas, donde algunos disfrutan de él y otros son víctimas de él.

Ese sujeto, agredido por ese poder, no discrimina, no SE discrimina, y se identifica en el marco de un mecanismo estudiado en la Psicología: la identificación con el agresor. En vez de verlo con mis ojos lo veo desde el otro, y acepto como válida la mirada y la posición del otro que me otorga ser, existencia. Este perfil entró en una situación de mayor crítica, porque esas ideas que entraron con tanto bombo a principios de los '90 están siendo puestas en cuestión.

En cambio, el sujeto light, que empezó a perfilarse después del '95, es el que frente a todo lo que ocurre dice que "está todo bien", no se moviliza mucho, es un ser superficial que no se conecta ni consigo mismo ni con los otros. El sobreadaptado puede renunciar a sí mismo, pero hace un apego a su trabajo; el light tiene una forma de relación de consumo, es descomprometido, inconsistente. Una hipótesis sería: �es así esa persona realmente o está en un proceso psíquico de tan alto riesgo que está inmerso en un proceso de negación donde el otro no llega pero él tampoco llega? El light es un ser banal, que no se calienta por lo que pasa; por eso aparentemente es una aceptación acrítica y no tiene ni grandes padecimientos ni grandes alegrías.

-�Cómo reaccionan estos sujetos en estos tiempos de crisis tan profunda?

-A muchos se les cayó la estantería. Los sobreadaptados están en crisis con este sistema y profundamente conmovidos, pero no sabemos cuánto de la negación que la subjetividad light plantea está defendiendo a sus sujetos de ese proceso de crisis. Eso no está investigado, porque el estallido de la emergencia no está tan instalado en la vida social.

Sujeto y sociedad santafesina


-En Santa Fe, persiste la idea de sociedad conservadora. Es muy difícil, por ejemplo, ver a las clases media y alta movilizarse, protestar, salir a la calle. �Será que hay más sujetos light de lo que imaginamos?

-No creo que Santa Fe tenga ese perfil. No sé si es conservadora o si está muy atemorizada. Sabemos que la sociedad santafesina tiene una trayectoria de rasgos de conservadurismo muy fuerte que se expresan de maneras diferentes en distintos sectores, y los combates sociales implican riesgos para las personas, pero también parece que esa estructura se está rompiendo.

-�Por lo del caso Storni?

-Sí, a mí me llama mucho la atención que esto haya sido un secreto conocido y sostenido, hasta parece paradójico, y que de pronto estalle y haya sido dicho.

-Pero esto estalló por alguien que vino de afuera a presentar un libro.

-Sí, pero luego fueron varios los que rompieron ese secreto, que sin duda los involucra, que los compromete, que se jugaron con lo que se está diciendo y provocan un hecho. Yo me preguntaría si esto que está sacudiendo no nos indica que el país se está expresando de una manera particular, en una sociedad más tradicional como es la santafesina.

-Las asambleas barriales, sobre todo a principios de año, se mostraron como un camino para crecer en protagonismo.

-Sí, yo creo que son un camino, sobre todo si la propia imagen de los integrantes de la sociedad santafesina es que son parte de una sociedad quieta. Porque esta idea -que puede ser un juicio y un prejuicio- impide ver el propio movimiento social en el que uno está inmerso. No olvidemos que los movimientos sociales tienen un ritmo diferente y a veces son lentos hasta que se produce un estallido. El hecho de que haya asambleas barriales ya indica que la gente sale de sus casas y discute, al menos, los problemas del barrio.

Polos de poder


-�Cuál es la diferenciación que usted hace en cuanto a la definición de sujeto de poder?

-Existe un debate relacionado con ciertas concepciones de la revolución social acerca de quiénes son los sujetos que protagonizan o encabezan esa revolución; desde el marxismo se decía que era la clase obrera. Algunos dicen que ya no será esa clase sino otros sectores que viven situaciones de marginalidad que tienden a ocupar su lugar, y yo no comparto que cambió el sujeto histórico sino que aquellos que se sintieron devastados e impotentes por la pérdida del trabajo cuando se empezaron a organizar con ideas casi locas como parar un remate o poner una olla popular para conseguir planes, empezaron a darse cuenta de que aislados no irían a ningún lado, pero juntos sí. Recuperaron el sentimiento de autoestima, se posicionaron como un factor de poder, lo que hoy es objetivamente comprobable en la vida social.

-Luego de haber analizado los hechos de diciembre y desde el carácter anticipatorio de la Psicología Social �qué hay en el horizonte argentino?

-Creo que este momento de tensión y lucha social puede tener uno de dos desenlaces: un proceso revolucionario o un proceso fascista. Estoy convencida de que nos acercamos a un desenlace inminente, porque se están tensando cada vez más las contradicciones y agudizando las confrontaciones.

-�Qué es lo que falta para que eso suceda?

-Está demorado porque los dos polos de este enfrentamiento no están concentrando todo su poder. Hay uno que se está debilitando, el hegemónico, y no puede resolver -si no, ya lo hubiera hecho. Nosotros estamos viviendo en una situación de inestabilidad absurda, increíble desde la mirada de otro país del mundo por el nivel de lucha interna que hay entre los sectores dominantes, a los que se suma la lucha de los sectores populares que se han hartado, que descubrieron que sus intereses no tienen ninguna significación para el sector dirigente y empezaron a confrontar.

-Pero no sólo de los argentinos depende terminar con la inestabilidad social.

-No, por supuesto que no. Esto está inscripto en un proceso internacional que se está volviendo cada vez más crítico. Si no, no tendríamos la lucha interna en Estados Unidos entre (George) Bush y los norteamericanos por la guerra con Irak y que también parece que se desemboca en gran medida Europa con esa confrontación en el Medio Oriente. Este es un momento de mucho movimiento, de mucho cambio que hace más impredecible el desenlace y a la vez más verosímil que el desenlace está cerca. A mayor inestabilidad, mayor probabilidad de que el desenlace se produzca.

Recuperarse, recuperar


-�Cuál es el rol de los medios de comunicación en este proceso de cambio?

-Si bien es cierto que hay una situación de violencia social, los medios que resonaron mucho con las primeras formas de expresión de las luchas populares, desde el voto bronca, las marchas de los cortes de ruta, las asambleas y los cacerolazos, ahora se focalizaron en las tragedias como el alud en Bariloche, la caída del ómnibus en Tucumán o del puente en Chubut. Los medios concentran en esa imagen que tiene que ver con el dolor y la pérdida, o concentran sistemáticamente en la inseguridad, y ese es su poder, que uno pueda asistir por los medios, con el corazón apretado, a la toma de un supermercado por tres chicos alcoholizados y acercando a una situación de riesgo a las 20 personas que estaban de rehenes. Los medios sobredimensionan la violencia y por otro lado insisten en un discurso de autodenigración. En vez de decir que los argentinos podemos hacer tal cosa, con eso de argentinos tenemos que ser para hacer tal cosa mal, dicen que no podemos hacer tal otra, mientras que al que habría que denigrar es al dirigente; algo que golpea en una de las cuestiones que se han recuperado, la autoestima.

-�Qué nos espera en las próximas elecciones?

-Es impredecible. Veo en la gente un profundo rechazo a las propuestas electorales, y me asombra que mientras en todo el país estalla el "que se vayan todos", uno vaya a estas elecciones con los de siempre. El otro día estuve por primera vez en un escrache. Cuando venía de Tucumán con un docente, vimos que subió al avión el senador radical Leopoldo Moreau. En un momento mi compañero me dice que pasaba algo en el avión y yo, como siempre tengo miedo a que los aviones se caigan, me asusté, pero él me dijo que pasaba "algo entre la gente", que estaban "hablando de algo". Entonces me puse a observar y sentí un ruido. De pronto un estallido de aplausos, un que se vayan todos, ladrón, le decían. Fue interesante porque la gente no se paró, nada, pero si el piloto decía la temperatura, la gente respondía "hasta la temperatura se han robado"; bajaba el tren de aterrizaje y gritaban "revisen las gomas que estos se afanan las gomas". El senador peleaba con un señor que se había puesto color berenjena y le decía "100 chicos por día se mueren de hambre, ustedes lo único que hacen es querer volver a las cajas PAN y encima no lo hacen". Moreau se fue por otro lado mientras yo me preguntaba cómo vamos a ir a elecciones con este clima. Si no hay algún estallido, se dará un nivel de abstención tan grande, que las nuevas autoridades quedarán tan desligitimadas como Duhalde.

-En cada respuesta que dio, usted se hizo preguntas o planteó hipótesis. En este proceso de cambio social, los intelectuales �tienen cada vez más preguntas y menos certezas?

-Sí, tenemos más preguntas. Ayer en mi exposición, en un intento de analizar un proceso de diez años, conté cómo desde interrogantes llegamos a certezas, pero cómo siempre los procesos sociales nos vuelven a abrir interrogantes. Esto es lo fascinante del conocimiento, que uno no pueda quedarse con una verdad definitiva, porque el movimiento social te abre una interrogación; eso de decir "esto fue válido para una época, pero ya no" y que haya que seguir avanzando en el conocimiento de la realidad.

Perfil


Ana Quiroga nació en Buenos Aires en 1937. Es psicóloga social y fundó junto con el doctor Enrique Pichon-Rivi�re, la Primera Escuela Privada de Psicología Social, de la que es directora. Es docente e integrante del Comité Científico de la maestría en Salud Mental y de la maestría en Trabajo Social, ambas en la Universidad Nacional de Entre Ríos y ocupa los mismos cargos en la maestría en Salud Mental en la Universidad de la Patagonia Austral.

Es profesora invitada de posgrado en la Universidad Autónoma Metropolitana y en la Universidad Iberoamericana, ambas de México.

Dicta clases y coordina cursos de posgrado en la Pontificia Universidad Católica de San Pablo y Universidad Estadual de San Pablo, ambas de Brasil).

Escribió, entre otros, los siguientes libros: "Psicología de la vida cotidiana" -juntamente con el Dr. Enrique Pichon-Rivi�re-, "Proceso de constitución del mundo interno", "Enfoques y perspectivas en psicología social, ideales, mitos y utopía", en colaboración con Paulo Freire, y "Crisis, procesos sociales, sujeto y grupo".

Araceli B. Retamoso