Un equipo de arqueólogos encontró la Tumba Real del Señor del Palpa, un hallazgo que dará nuevas luces sobre los antiguos pobladores del Perú y en general de América, según reveló el diario limeño El Comercio en un reportaje especial.
La tumba fue hallada en el sector conocido como La Muña, uno de los dos centros administrativos de la cultura Nasca que operaron entre los años 1 y 400, aproximadamente, y está enmarcada dentro de un enorme centro religioso al que también pertenecen las célebres Líneas de Nasca.
Alrededor del lugar, en un área de 350 kilómetros cuadrados, se detectaron más de mil petroglifos (dibujos en piedra), más de mil geoglifos (líneas en el desierto) con figuras como un reloj solar, un pelícano, un zorro y una ballena, y cerca de 650 sitios arqueológicos más consistentes en aldeas de barro y complejos funerarios.
Se han hallado además piezas de oro con representaciones de ajíes, gotas de agua y ballenas, aparentemente las mismas reproducidas a gran escala en las Líneas de Palpa, que miden hasta 150 metros y que datan de aproximadamente el año 200.
Lo más trascendental del descubrimiento, según expertos como el director del Instituto Nacional de Cultura, Luis Guillermo Lumbreras, es que aporta nuevos conocimientos sobre la cultura Nasca (200 años antes de Cristo a 650 de esta era), que pobló zonas desérticas de la costa norte del Perú, donde está hoy el departamento de Ica, a unos trescientos kilómetros de Lima.
"Lo importante es que se ha revelado que la cultura Nasca fue una sociedad compleja y articulada", destacó Lumbreras respecto a los trabajos encabezados por el arqueólogo peruano Johnny Isla y su colega alemán Markus Reindel y financiados por la Fundación Suiza Leichtenstein para las Investigaciones Arqueológicas en el Exterior.
A unos cuarenta kilómetros de la Tumba Real del Señor de Palpa están las enigmáticas Líneas de Nasca, figuras elaboradas sobre el desierto que representan figuras como un colibrí, un mono, un perro, una araña, unas manos extendidas y un hombre que parece llevar traje de astronauta, entre otras.
Según el artículo de El Comercio, el descubrimiento confirma el carácter religioso de la zona y desbarata otras teorías sobre las Líneas de Nasca, como la de que sean un calendario astronómico o incluso que haya sido un centro de aterrizaje de extraterrestres.
Las nuevas investigaciones apuntan a que tanto las Líneas de Palpa como las posteriores Líneas de Nasca hacen parte de un paisaje religioso destinado a adorar al agua y la fertilidad, "elementos clave para la sobrevivencia de los habitantes de la zona en medio de los inhóspitos y desolados desiertos".
Los trabajos de Isla y Reindel se prolongaron por seis años y se enfatizaron en los centros administrativos La Muña y Los Molinos, con especial atención en las cámaras funerarias de la necrópolis donde se supone sepultado al Señor de Palpa, uno de los máximos gobernantes de esa cultura. (Télam-SNI).
