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De Raíces y Abuelos: una puerta abierta para rastrear nuestros orígenes
La base de datos del CEMLA es utilizada por descendientes de inmigrantes para reconstruir su pasado. Cuenta con información sobre los arribos entre 1882 y abril de 1929. Sirve a los historiadores de todo el mundo y a los investigadores de dicho centro.


Del 17 al 19 de agosto pasado se desarrolló en nuestra ciudad la novena edición de la Fiesta de las Colectividades, organizada por la Subsecretaría de Cultura provincial, entidades de diferentes colectividades, la Municipalidad de Santa Fe y la Secretaría de Desarrollo Económico y Urbano.

En ese marco, el Centro de Estudios Migratorios Latinoamericanos (CEMLA) instaló un stand con la base de datos que posee, que permitió a más de 2.000 descendientes de inmigrantes consultar información sobre sus antepasados.

El certificado de arribo a América que se extendía era un documento válido para realizar los trámites de la ciudadanía, aunque debía tener el sello de la entidad para certificar su autenticidad. Además, la base de datos sirvió a muchas personas para redescubrir, construir o afirmar los lazos con sus raíces.

Dicha base dispone de información de la entrada al puerto de Buenos Aires de aproximadamente 3 millones de inmigrantes entre 1882 y abril de 1929, pero algunos registros (cerca de un 25%) están perdidos por el deterioro que presentan al no haber podido ser conservados con el paso del tiempo.

La institución dispone de los libros de los cuales saca esa información y continúa cargando datos -inició este trabajo en 1991 e incorporó hasta abril de 1929- pero sin ningún tipo de apoyo económico del gobierno nacional. Es por este motivo que participa de diversos eventos en todo el país, para recaudar fondos que permitan seguir esta actividad con el resto de los documentos.

De la pluma a la máquina


Gustavo Guerrero (de la empresa Castro, Guerrero & Asociados) fue el encargado de realizar el programa de computación necesario para ingresar la información en la base de datos.

Diseñó una segunda versión, la que actualmente se utiliza, que se necesitó hacer porque los libros escritos a pluma estaban tabulados de una manera que luego se amplió, agregándose algunas otras categorías (como idioma, estado físico y sanitario, rasgos personales) al comenzarse a escribir con letra más pequeña.

Los datos disponibles son apellido, nombre, edad, nacionalidad, estado civil, profesión, religión, puerto de partida, nombre del vapor, fecha de llegada y grupo familiar. No se cuenta con información sobre fechas de nacimiento, lugar, fecha de defunción, nombre de los padres, número de documento, etc..

La Dirección Nacional de Migraciones comenzó a preguntar el lugar de nacimiento recién a partir de 1923. Por este motivo, de los inmigrantes que ingresaron antes de ese año no se puede contar con esa información, aunque sólo existen algunos casos aislados en 1910 únicamente. La información desde 1870 a 1881 se encuentra destruida en su totalidad y no hay acceso a ella.

Copia fiel


En diálogo con Nosotros, Guerrero comentó que la carga de los datos "es un trabajo complicado porque los libros son diferentes a las actas del Registro Civil: ellos tienen la información veraz de cuándo llegaron esas familias, con sus nombres originales, mientras que en las actas figuran los nombres cambiados de los inmigrantes".

Aseguró que después de muchos intentos se decidió que la incorporación de los datos debía ser manual porque están en letra manuscrita y debe ser interpretada. Por este motivo, algunas personas que dominan muchos idiomas instruyeron a las que cargan los datos para que conozcan la letra de los escribientes, determinados apellidos complicados, etc..

Actualmente están cargando datos de libros que fueron escritos con máquinas de escribir enormes, con tinta azul copiativa, cuyas hojas luego eran cosidas para formar los libros. Guerrero opinó que "si por falta de dinero se tiene intenciones de reducir la estructura y colocar pasantes inexpertos, sería un desperdicio desaprovechar la gente que desde hace tantos años hace este trabajo porque están capacitados para esa tarea". Insistió en la necesidad de contar con apoyo económico para mejorar las condiciones laborales, incorporando computadoras con versiones más modernas y comprando insumos.

La historia a la deriva


Los libros que registraron los desembarcos de inmigrantes al país sufrieron mucho deterioro por la falta de conservación, según nos contó Gustavo Guerrero.

Primero estuvieron en el Archivo General de la Nación, período durante el cual hubo sucesivas pérdidas porque el lugar sufrió incendios y deterioros, motivo por el cual parte de la información está perdida. Luego pasó a la Dirección Nacional de Migraciones, en una especie de galpón pero con vidrios rotos y ratas, donde se mojaban cuando llovía.

Pero -continuó- cuando el sacerdote Luigi Favero, director de la Congregación de los Misioneros de San Carlos (Scalabrinianos), vio la falta de preservación de esos libros pensó en hacer un proyecto igual al que había en Estados Unidos para la Argentina. "El gobierno no quiso hacerse cargo pero lo concretaron con el apoyo de la Fundación Agnelli, de Italia, y la Antorchas. Con estos fondos y por un decreto del gobierno, tomaron posesión de los libros para hacer la carga de los datos".

Más de 100 personas fueron capacitadas para comenzar el trabajo. En una primera etapa ingresaron un máximo de datos (3 millones, que comprendía el período entre 1882 y 1925) porque debía presentarse la base en la Exposición América 92, que se realizó en Puerto Maderos, en Buenos Aires.

Posteriormente -continuó Guerrero- la tarea de carga de datos tenía que continuar para lo cual se necesitaba plata. El staff de personas se redujo y no se conseguían sponsors para solventar la actividad. Por este motivo, el CEMLA decidió recorrer el país con la base de datos, participando de distintos eventos, para juntar dinero con la extensión de los certificados de arribo a América.

"Con los fondos que se recaudan, hasta el momento consiguieron ingresar los datos hasta abril de 1929 pero se podría tener cargada la información hasta la segunda inmigración anterior a la Segunda Guerra Mundial".

Búsquedas


Si una persona desea consultar por el ingreso al país de algún inmigrante debe enviar un giro postal de Correo Argentino por 10 pesos a nombre de CEMLA, para ser cobrado en Central de Giros Buenos Aires, por cada persona/apellido que desee buscar.

Debe remitir todos los datos que pueda aportar del inmigrante buscado (apellido y nombre, fecha aproximada de llegada, edad al arribar, nombre de los acompañantes, nacionalidad, estado civil y otros que puedan ayudar a identificar con mayor precisión a la persona buscada), en un sobre a la siguiente dirección: CEMLA, avenida Independencia 20, 1099 Buenos Aires.

La información obtenida será remitida a vuelta de correo. El valor de la consulta es en concepto de trabajo de búsqueda, tanto si ésta resulta positiva como negativa. Si el interesado desea ir personalmente al CEMLA deberá concurrir a la dirección antes mencionada, los martes y jueves de 10 a 14.

Quince años de labor


El CEMLA pertenece a la Congregación de los Misioneros de San Carlos (Scalabrinianos), fundada en 1887 para brindar asistencia moral, material y religiosa a los emigrantes italianos, ante la falta de protección y asistencia en que se hallaban en los tiempos de emigración masiva.

Es miembro de la Federation of Centers for Migration Studies Giovanni Battista Scalabrini, que agrupa a los centros de estudios sobre migraciones que la congregación tiene en todo el mundo: Roma, París, New York, San Paulo, Caracas, Bogotá y Manila.

Se dedican a producir conocimiento y promover actividades que contribuyan a mejorar nuestro conocimiento sobre los procesos migratorios. Por ello, realizan trabajos de investigación, jornadas y congresos, y los distintos centros publican revistas especializadas para la difusión de esos conocimientos.

El CEMLA edita desde 1985 la revista Estudios Migratorios Latinoamericanos, que incluye artículos sobre aspectos históricos, sociológicos, antropológicos y demográficos relacionados con la problemática migratoria histórica y presente en el ámbito de América latina.

También posee una biblioteca especializada en migraciones, con más de 2.000 libros y más de cien publicaciones periódicas. Es gratuita y atiende al público los lunes y viernes de 9.30 a 16.30 y los miércoles de 9.30 a 12.30. Cuenta con un servicio de fotocopiadora.

Mariana Rivera