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Lo que cuesta es mantenerse

Los dirigentes de Colón se frotan las manos con el nivel y los goles de Carignano, y también con los dólares que se van a contar cuando lo transfieran.. 

Los santafesinos hacemos gala de vivir en una tierra próspera para la generación de valores. Y los dirigentes, casi sin excepción, muchas veces se rasgan las vestiduras a la hora de hablar de "sus" divisiones inferiores, a las que se les presta, generalmente, poca atención. En Colón y Unión, los pibes debutan en primera pero no todos alcanzan a consolidarse.


Falta de proyectos, escasez de infraestructura, ausencia de dirigentes capaces de escapar de las luces y las mieles del fútbol profesional para trabajar en el anonimato del fútbol amateur, técnicos mal pagos y jugadores que al llegar al final del camino de las inferiores se encuentran con el pase libre en lugar de un contrato para firmar, son algunas de las particularidades que, a través del tiempo, identificaron los procesos deportivos en Colón y Unión, pese a lo cual siempre se generaron valores que luego terminaron triunfando en Primera División.

El punto en cuestión no es el análisis de la realidad del trabajo que se hace en los dos clubes con los juveniles, sino la contestación a un interrogante que se plantea: ¿por qué le cuesta tanto a un pibe de 18 ó 19 años solidificarse en la primera de Colón o de Unión? ¿Llegan sin el suficiente sustento a primera? ¿No se la juegan los técnicos a la hora de bancarlos? ¿Deben jugar los que traen y por eso se los posterga?

Basta con repasar la lista de jugadores preseleccionados por Tocalli para integrar el sub-20, donde se podrá apreciar la presencia de jugadores que ya tienen "trayectoria" en la primera de varios clubes (Tévez, Cavenaghi, Turienzo y Belluschi, entre otros). De Santa Fe, no abundan los casos que, como el de Perezlindo, pudieron mantenerse en un sub-20, ¿qué es lo que pasa?

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Abre el fuego Adolfo Manetti, coordinador de las inferiores de Colón: "Hay varios temas para analizar. Primero, que los chicos a los 13 ó 14 años ya tienen edad para jugar en AFA, y nosotros recién le podemos ofrecer la posibilidad a los 17 años, cuando llegan a sexta. Por eso, Colón podrá captar a los chicos de esa edad a partir del año que viene, cuando compitamos en séptima, octava y novena de AFA".

Ampliando sobre este tema, Manetti contó una anécdota. "Cuando dirigía en Gimnasia, tuve que llevar a un chico a Newell's para que pudiera jugar en AFA, porque era diferente al resto y tenía condiciones para salir del nivel de Liga, que es muy inferior al de AFA. Y acá no podía porque no tenía edad de sexta".

Por último, Manetti comparó el proceso de otros clubes con el de Colón, en tres ítem fundamentales: "1) River y Boca, por ejemplo, eligen de todo el país, porque tienen peñas en todos lados que colaboran; 2) los eligen desde más chiquitos, y 3) tienen más tiempo para no equivocarse", para concluir diciendo que "los jugadores que debutan de bien chicos en primera son enganches o delanteros, como Maxi López, Saviola, Tévez, D'Alessandro, Cavenaghi, que vienen con condiciones innatas. En cambio, un volante central o un defensor central necesita crecer en lo físico o aprender en lo táctico. Y éste también es un detalle a la hora de analizar por qué les cuesta solidificarse en primera".

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En el mismo sentido, un verdadero referente de Unión, como Carlos Mazzoni, que lleva 34 años en el club y que además de haber jugado, fue técnico en la mayoría de las divisiones, excepto del plantel profesional, dijo que "a los 18 años, los nuestros tienen un año jugando en AFA y el resto lleva cuatro o cinco, y tal diferencia, a esa edad, es fundamental. Yo dirijo la sexta y te puedo asegurar que nos cuesta un montón. Los chicos nuestros son más inocentes, menos pícaros y la preparación física que traen es distinta. ¿Dónde se nota la diferencia?, frente a los arcos. Cuando nosotros nos equivocamos, nos meten goles; y ellos se equivocan y nosotros los perdonamos".

Avalado por su trayectoria como jugador, Carlos Mazzoni dice que "las inferiores son como una escuela primaria, vas progresando a medida que hacés repeticiones. No se llega sabiendo todo a primera. Yo tuve compañeros que aprendieron a pegarle de zurda o a cabecear siendo ya profesionales".

Y amplió sobre este tema, señalando que "yo hablo seguido con Rubén Rossi y Gustavo Nepote, y cuando tenés una inversión de 4.000.000 de pesos como la que hace River, es muy distinto a los 300.000 ó 400.000 de Unión. Y no sé si llega a esa cifra... El otro día charlé con Sergio Saturno, que está en Racing, y me dijo que con respecto a Boca, Gimnasia y Lanús, ellos están por debajo. Por ejemplo, Gimnasia tiene nueve canchas en Estancia Chica, y la mayoría de los clubes tenemos dos o tres. Yo tengo horarios, y a veces estoy trabajando con mi división y me tengo que ir porque ya le toca el turno a la otra".

Por último, se refirió al caso de aquellos jugadores que se "queman" cuando debutan en primera. "No se puede subir por subir, y al que se sube hay que mantenerlo hasta el final. No podemos jugar con la ambición, las ganas y la ilusión de los chicos que vienen esforzándose desde muy pequeños. En Unión hemos tenido un ejemplo, el año pasado, de un jugador que medio tiempo de un partido no rindió y después no fue tenido en cuenta nunca más y ahora le está costando muchísimo recuperarse".

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Una opinión autorizada, sin dudas, es la de Rubén Rossi, ex coordinador de las inferiores de Unión y ahora a cargo de las juveniles de River. "El problema no es de los jugadores sino de los entrenadores. Mientras estuve como coordinador en Unión, en las inferiores, ganábamos y perdíamos contra cualquiera, pero le jugábamos de igual a igual a todos en cuarta, quinta y sexta. ¿Por qué no pensar que eso mismo se puede lograr en primera utilizando el material humano del club? Me pregunto qué pasó con jugadores como Saad o como el propio Patiño, que dejó el club y se fue a jugar a Europa. Al jugador se le debe dar confianza. Es el caso de Carignano en Colón. ¿Qué pasó con él cuando le dieron continuidad?".

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Por último, el técnico de la sexta de Colón, el "Chueco" Miguel Robledo, asumió una visión particular sobre el tema: "El chico que llega a primera es porque genéticamente tiene condiciones. Pero para consolidarse es necesario que se cumpla el resto de la preparación, que abarca la salud, la alimentación, la parte física, la técnica y la sicológica. Pero hay otro tema que para mí es fundamental: el entorno. Hay que ver dónde habita, cómo es su familia, qué tipo de apoyo recibe, si estudia o si debe salir a trabajar desde muy chico para ayudar a los padres. Es por ese motivo que explotan en otros lados, porque se sacan presiones de encima y pueden rendir adentro de la cancha lo que, de pronto, no pudieron en su hábitat natural".

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Algunos se quedan en el camino porque no rinden y otros porque son superados por alguno que juega mejor, pero hay muchos a los que se les enseña en las inferiores pero terminan "matándolos" con la exigencia del examen de primera. Es una de las tantas injusticias que tiene este fútbol tan complaciente con algunos y tan ingrato con otros.

Sin pelos en la lengua


Hace unos días, Nicolás Frutos soltó su bronca personal por lo que le pasó en Unión. Ahora, con la camiseta de San Lorenzo, peleando en la Copa Sudamericana y en los primeros puestos del campeonato, el delantero dijo que "cuando las papas queman, los ponen a los pibes y después los dejan de lado. Pasó conmigo cuando peleábamos el descenso, y ahora utilizan a Alexis Weisheim y a `Pipo' Desvaux cuando los resultados no se dan. A mí me insultaban de todas partes y sin embargo fui el goleador de Unión de los últimos dos torneos. Y la gente se la agarraba conmigo. Me parece que éste no es el camino. Si tanto se pregona el trabajo de inferiores, pues que se les dé a los jugadores que salen, el lugar y las oportunidades que se merecen".

Enrique Cruz (h)