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Un domingo de fiesta criolla en la tierra de Juan de Garay

DESTREZA. El bagual corcovea, pero el jinete castiga y mantiene su equilibrio sobre el animal.. 

La doma fue clasificatoria para el Festival Nacional de Jesús María. Cerca de 3 mil personas le dieron jerarquía al espectáculo. Pese a la amenaza inicial del tiempo, la jornada finalizó a pleno sol. Se eligió la Flor del Pago.


Ni la pertinaz llovizna que se abatió desde temprano pudo apagar el entusiasmo del público que asistió ayer a la jornada de clausura de la 25° Fiesta Provincial de la Doma, que se realizó en el predio de Santa Fe la Vieja (Cayastá).

A medida que transcurría el día y el tiempo mejoraba, el público comenzó a llegar al natural escenario enclavado a unos pocos metros de la ruta provincial N° 1 Teófilo Madrejón.

Audacia, enjundia y destreza son sinónimos del valor de los domadores que deben enfrentar cada corcoveo como una situación límite. Es una lucha entre el hombre y el bagual por mantener el control en electrizante disputa.

Para Marcelino Barrios, un gaucho sanjavierno ataviado de rojo e integrante de la Agrupación Tradicionalista Julio Migno de la primera y única ciudad de la costa, el lugareño "no se pierde esta fiesta".

"Es una doma tradicional y de buen nivel, porque la caballada es muy buena", arriesga el veterano criollo que pone atención en que "la suerte, la baquía y la fuerza en las piernas" son factores decisivos a la hora de neutralizar la furia del animal.

Sin embargo, a la hora de describir la participación de los intrépidos jinetes es equilibrado en su apreciación: "Cada vez participan más jóvenes de las domas, pero los más experimentados son los que caen menos", explica con fundamento.

El colorido de este tipo de encuentros es llamativo. El desfile de agrupaciones gauchas -se destacaron las locales Juan de Garay y La Tradición-, las danzas nativas, la bailanta y la agrupación de conjuntos chamameceros son atracciones que el público aplaude con entusiasmo y constituyen el complemento ideal de la destreza.

En Cayastá, hubo 14 tropillas y la animación estuvo a cargo de Chiquito Marchetto y Daniel Fazi. Los premios fueron de 500, 300 y 200 pesos para el primero, segundo y tercer premio, respectivamente.

Como es habitual, el certamen de destreza fue organizado por la Asociación Conmemorativa de la Primera Yerra y contó con el auspicio de la Subsecretaría de Cultura de la provincia. Lo que se recaudó en la parte gastronómica será destinado al Servicio para la Atención Médica a la Comunidad (Samco).

Desde el día anterior, en el amplio predio que circunda al campo de doma numerosos acampantes se establecieron en el lugar para esperar con avidez el día de cierre de la doma. Automóviles, camionetas, camiones y jinetes que se desplazaban en sus montados llegaban desde los lugares más cercanos.

Espectáculo auténtico


Bernardo Aleman es el presidente honorario de la Asociación Conmemorativa de la Primera Yerra y un profundo conocedor de estas lides. "Esta fiesta significa mucho para mí. Por un lado el recuerdo, porque desde que comenzó estoy ligado a este acontecimiento".

"Lo iniciamos con don Agustín Zapata Gollán, quien me concedió su amistad y yo mantengo ese recuerdo, por eso vengo siempre porque me permite tener su presencia; más teniendo en cuenta que éste es el único espectáculo -sin desmerecer a los otros- que es auténtico", rememora emocionado.

Para don Bernardo, su aseveración se basa en argumentos inequívocos como el escenario. "No hay ninguno parecido en otro lugar, además tiene un corral de palo a pique que es único en la provincia, una enramada, el asado con cuero, tortas fritas; en fin es toda una fiesta", sintetizó.

Textos: César BenítezFotos: Néstor Gallegos(Enviados especiales a Cayastá).