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Adolf Hitler miraba el mar de Santa Cruz desde un banco


La versión produjo libros de investigación e inspiró una novela. Abundante documentación certifica la presencia nazi en la Argentina. Aunque algunos relatos bordeen lo fantástico, no podría descartarse que el jerarca fugó a nuestro país.


Una teoría hoy convertida en leyenda dice que Adolf Hitler no murió en su bunker en Berlín y que en cambio solía contemplar el mar sentado sobre un banco de madera, en la ladera de un cerro, en la costa de Santa Cruz, versión que produjo no pocos libros de investigación y que hasta inspiró una novela que se publicó en Francia.

¿Leyenda, realidad, o cuento del tío? ¿Fugó Hitler a la Argentina? Existe abundante documentación que certifica la presencia nazi en la Patagonia y en orden a esto no podría descartarse tal posibilidad, más allá de que ciertos relatos bordeen lo fantástico.

Cosa sabida es que la Patagonia fue refugio de famosos jerarcas nazis, como el célebre ex capitán de las temibles SS, Erich Priebke, quien estuvo viviendo durante medio siglo como un vecino más en la ciudad rionegrina de Bariloche.

Pero una de las versiones más sorprendentes por estos lares señala que Adolf Hitler solía sentarse por las tardes en un banco de madera construido en la ladera de un cerro, en la costa de Santa Cruz, a escasos metros de la ruta nacional 3, a unos 6 kilómetros al norte de Caleta Olivia.

Por más de 50 años la tradición oral mantuvo vigente la versión del banco "con motivos bávaros", tal como lo describe en su novela "Flores aplastadas por los caballos" el escritor patagónico Cristian Aliaga, libro que luego se publicó en Francia.

La vieja y polémica teoría cobró actualidad por estos días, al publicarse el libro "Ultramar Sur", donde sus autores, los periodistas Juan Salinas y Carlos De Nápoli, cuestionan las "versiones oficiales" del suicidio de Hitler y de su amante, Eva Braun.

Salinas y De Nápoli arrojan no pocas dudas sobre la muerte del líder nazi, y en eso son coincidentes con otras importantes fuentes.

Un despacho de la agencia noticiosa Reuters, emitido el 5 de julio de 1945, ponía en boca de los ingleses arribados a Berlín: "No hemos encontrado ni trizas de algún cuerpo que se parezca al de Eva Braun, y estamos tan convencidos de que el cuerpo hallado no es el Hitler, que se ordenó a los expertos que volvieran a enterrarlo en el jardín".

No es todo. En Comodoro Rivadavia una enfermera aseguró antes de morir que el líder nazi -a quien había conocido en un hospital de campo en Alemania- visitó en 1951 la clínica local donde ella trabajaba.

Inadvertido y surrealista


Como quiera que sea, el banco está sobre una colina baja, al costado de la ruta nacional 3, a 100 metros de la costa, y dentro del campo conocido como "Estancia Fratszcher", cuyo antiguo dueño -el pionero alemán Magnus Fratszcher- lo mandó a construir.

Para quienes circulan por la ruta, el asiento de madera pasa inadvertido: la mayoría de la gente mantiene su vista en sentido opuesto al banco, hacia el mar, atraídos por el paisaje costero.

Pero una vez descubierto, la imagen del asiento -que parece extraído de alguna plaza de pueblo- solitario y casi colgando de la ladera de un cerro, resulta casi surrealista.

¿Se sentó Hitler allí alguna vez? "El asunto del banco de Hitler hace años que está dando vueltas en la zona. Estamos investigando si esto tiene asidero, o si sólo es una teoría que alguien echó a rodar, pero sí, esto lo vengo escuchando desde hace mucho tiempo", dijo a Télam la escritora e historiadora de Caleta Olivia, Adriana Casatti.

Agregó que "nuestra misión como investigadores es ahondar en el tema, trabajar y recopilar datos para confirmar o desmentir esta especie, que por ahora, sólo tiene categoría de versión".

Por su parte, la escritora e historiadora Matilde Diez, quien estuvo 54 años al frente del museo local Antonio Garcés, sostuvo que "yo no tengo dudas sobre la presencia nazi en la zona, pero no puedo asegurar que Adolf Hitler se sentara a tomar sol por acá, aunque todo puede ser".

Recordó sin embargo que "los alemanes que vivían en las estancias captaban en onda corta los mensajes de Hitler. Acá en Comodoro se decía que estaba la Quinta Columna, que tenían listas negras y que además iban a castrar a todos los curas", comentó muy seria Matilde.

"Siempre recuerdo aquella consigna que se oía por esos viejos aparatos: `Aquí, Alemania, la voz defensora de la cultura", añadió.

La presencia nazi en la zona y la historia del banco también es conocida por Susana Torres, una investigadora de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco (UNPSJB) de Comodoro Rivadavia, que es autora de una tesis sobre inmigración alemana en Comodoro.

"La versión existe, pero no la creo. Sí puedo decir que acá había inmigrantes alemanes, la mayoría operarios de la empresa petrolera Astra, y que varios estaban catalogados como nazis", dijo.

Abandono


No obstante aclaró que después de la Segunda Guerra Mundial, "empiezan a abandonar la zona y el país, algunos por propia decisión, otros por cuestiones políticas", indicó la historiadora.

"En los expedientes de Astra aparecen muchos alemanes que dicen que se fueron por causas políticas, y hay prontuarios donde se lee la calificación `nazi', incluso hay fotografías", comentó Torres.

Agregó que en la compañía Astra halló una nota donde consta que tras la Segunda Guerra Mundial, "una comisión del gobierno nacional vino a inspeccionar si acá había una organización nazi, pero claro, esto es negado por la Asociación Masculina de Canto Coral Lyra, un particular club alemán de aquella época", explicó.

Entre el cúmulo de versiones sobre Adolf Hitler en la Patagonia, existe el poco difundido testimonio de la enfermera local Mafalda Falcón, ya fallecida, que Télam pudo rescatar a través de su hijo, Jorge Batinic.

Sin el bigote


"Mi mamá trabajaba en la clínica Varando, en 1951, y ella nos contó que estaba sentado sobre la cama de una persona internada, y que lo reconoció, pese a que no llevaba el clásico bigote y tenía el pelo canoso", comentó Batinic.

Agregó que Mafalda reconoció a Hitler "porque ella había estado trabajando como nueve años en Europa para la Cruz Roja Internacional. Estuvo en distintas guerras, y vio en persona al führer cuando los alemanes tomaron París. Mi madre no tuvo dudas que era el mismísimo Hitler el que estuvo en la clínica y otras personas también dijeron lo mismo, como la señora Simonatto, que aportó un valioso testimonio sobre la presencia de este hombre en la ciudad", expresó Batinic.

"Tanto mi madre, como el paciente internado -de origen alemán- y otros directivos de la Clínica Varando, "coincidieron en afirmar que quien estuvo en ese centro asistencial era Adolfo Hitler", añadió.

Sin embargo, llama la atención de que más allá de haberlo visto, nadie haya intentado hablar con él. ¿Y si era una suerte de doble? Un hombre cuyas facciones físicas eran casi idénticas a las de Adolf Hitler, parece haber alimentado aquel mito. Se llamaba Alejandro Schicorra y trabajaba en la petrolera Astra. El pequeño gran detalle es que ni siquiera hablaba alemán.

Hugo Lucero (Télam)