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El presidente estadounidense George W. Bush dijo en un comunicado que ordenó al ejército de Estados Unidos que comience a desplegar un sistema de defensa antimisiles con el fin de neutralizar amenazas de países como Corea del Norte.
"Estados Unidos tomará todas las medidas necesarias para proteger a sus ciudadanos contra lo que puede ser su mayor riesgo: los males catastróficos que podrían ser provocados por Estados hostiles o grupos terroristas dotados de armamentos de destrucción masiva y de los medios de utilizarlos", declaró Bush en un comunicado leído por su portavoz Ari Fleischer.
Más temprano, responsables de la administración habían indicado bajo cobertura del anonimato, que 10 misiles interceptores serían instalados desde ahora hasta 2004 en una base de Alaska, y otros 10 hacia 2005 ó 2006.
"Aunque modesto, este despliegue reforzará la seguridad de Estados Unidos y servirá de punto de partida para mejorar y expandir la capacidad de defensa luego, cuando se progrese en la investigación y el diseño de tecnologías de defensa antimisiles a la luz de la evolución de la amenaza", agregó el presidente estadounidense.
Bush dio luz verde al programa -criticado por Rusia y China- a pesar del fracaso de una prueba en la que un misil de ensayo no logró hacer blanco en un misil de largo alcance, realizada la semana pasada.
"Cuando asumí el cargo, me comprometí a transformar la estrategia de seguridad de Estados Unidos y su capacidad de defensa para enfrentar las amenazas del siglo XXI", afirmó el presidente.
"Hoy me complazco en anunciar que daremos otro importante paso para enfrentar esas amenazas, comenzando a desplegar elementos de defensa antimisiles para proteger a Estados Unidos así como a nuestros amigos y aliados", agregó.
Gran Bretaña y Dinamarca confirmaron que Washington les había enviado una solicitud para utilizar bases en el marco del despliegue del paraguas antinuclear estadounidense, identificado inicialmente como "guerra de las galaxias" cuando lo propuso el ex presidente republicano Ronald Reagan.
Rusia y China se oponen firmemente al proyecto estadounidense, principalmente luego de que Washington denunciara el tratado antibalístico firmado en 1972 con Moscú, que prohibía el despliegue de tal sistema. (AFP).