Opinión: OPIN-03 La maldición del faraón habría sido sólo un mito


Un estudio australiano demostró que la supuesta "maldición del faraón", según la cual quienes participaron en la apertura de la tumba de Tutankamón murieron poco después, es un mito.

Según la publicación realizada por el médico australiano Mark Nelson en el British Medical Journal, la vida de las personas que tomaron parte en esa acción no se vio claramente reducida.

El investigador de la Universidad de Monash, en Prahran, comparó los datos de la vida de 25 personas occidentales que estuvieron en las excavaciones con los de 11 que en ese momento se encontraban en otro lugar de Egipto.

Aquellos que participaron directamente en la apertura de la cámara mortuoria alcanzaron un promedio de edad de 70 años, en tanto que los otros llegaron hasta los 75.

"Por eso -señala Nelson- no se puede concluir que exista una relación entre la apertura de la tumba y la muerte".

La escritora Jane Loudon Webb es considerada la inventora de la "maldición del faraón": la autora vio en 1821 en Londres un espectáculo en el que era descubierta una momia egipcia y luego escribió un libro de ciencia ficción titulado "La momia".

Tras la apertura de la tumba de Tutankamón, en 1923, la escritora Mary Mackay, alias Marie Corelli, advirtió de terribles consecuencias.

Cuando el financiero de la excavación, Lord Carnarvon, murió sólo dos semanas después, la "maldición del faraón" ocupó titulares en la prensa de todo el mundo.

En realidad, en los siguientes diez años sólo murieron seis de los presentes, y los hongos venenosos encontrados más adelante por los científicos surgieron como consecuencia de deficiencias en el depósito de las momias en Europa, según se determinó.

Nelson argumenta que el mito surgió de periódicos rivales que fueron excluidos del "hallazgo del siglo", ya que la exclusiva fue vendida al Times de Londres.

Según el arqueólogo Howard Carter, quien dirigió el equipo que descubrió la cámara mortuoria, 25 occidentales estaban presentes cuando ésta se abrió y se encontró la momia del faraón cubierta de una máscara de oro y otros artefactos del mismo material.

Los periódicos de la época publicaron que la tumba tenía grabada la maldición, que prometía "la muerte a quien perturbe la paz del rey". Sin embargo, nunca se encontró tal inscripción.

El estigma fue considerado la causa de una serie de muertes -muchas de las cuales estaban relacionadas sólo indirectamente con la tumba- incluido el canario de Carter, que supuestamente fue comido por una cobra el día de la apertura de la tumba.

Incluso el escritor Sir Arthur Conan Doyle, creador del detective Sherlock Holmes, decía que creía en la maldición.

"Creo que no hay evidencia de que haber estado presente en la apertura de la tumba haya acortado la vida de las personas", indicó Nelson a la Radio ABC de Australia. (Télam-SNI).