Nosotros: NOS-06
Nosotros
Pedro Aznar, a corazón abierto
El multiinstrumentista, dueño de una voz particular, acaba de editar su disco "En Vivo", donde reúne nuevas versiones de clásicos de la música popular latinoamericana. Ese ya había sido el perfil de su anterior álbum, "Parte del volar", lo que motivó una larga charla con el músico en su casa.


Afuera, el barrio porteño de Belgrano se agita en su peculiar aquelarre de tráfico automotor y humano, pero en el antiguo edificio donde vive Pedro Aznar impera el silencio.

Conocedor como pocos de los secretos que esconde la música, el otrora "joven prodigio" al que no le pesó ser un Serú Girán ni viajar a integrarse al Pat Metheny Group, parece haber desentrañado la importancia del silencio y el orden.

Sobre ese clima de pulcra calma, el artista pisa fuerte y apunta que "la principal crisis que estamos viviendo los argentinos es moral, porque hemos descubierto que nada tiene respaldo. Que hemos vivido mirando un gran decorado, una fachada que atrás no tenía nada". Será el comienzo de una extensa charla.

-�Creés que los artistas forman parte de ese descrédito general?

-No. Los artistas verdaderos que tenemos en la Argentina no están siendo sospechados por la gente, porque esa clase de artistas siempre se hace cargo y puede respaldar lo que dice y hace.

Aún con la confianza en las sólidas bases de la creación, el instrumentista se apura a aclarar que "hoy más que nunca no es momento para andar diciendo sandeces, porque vivimos un tiempo que exige de una gran responsabilidad".

El propio Pedro Aznar, reconocido por su talento interpretativo y colocado en el palmarés de los grandes de la música argentina, encontró su manera de hablar de la ríspida actualidad local a través de una afilada lírica propia que incluyó en varias canciones incluidas en su penúltimo y logrado álbum, "Parte de volar", tras lo cual grabó uno que tituló "En vivo".

Una voz propia


"...Libre es un pueblo cuando hay futuro/ y hay sueños más que conformidad/ Libres no es perdidos por el mundo, libertad/ Se llama imperio en el mundo antiguo/ le dicen, hoy, globalización/ La democracia es de peces chicos/tiburón/...", escribió en "Dicen que dicen", canción que inaugura la placa "Parte de volar".

"Lo que reflejan las letras -detalla el creador- es, ni más ni menos, mi preocupación por lo que pasa".

Tanto la lírica de las nuevas piezas de su autoría ("Parte de volar", "Zapatillas y libros" y "Muñequitos de papel") como el tono musical del CD (atravesado por colores de la música popular latinoamericana) profundizan un renovado discurso estético en el amplio espectro expresivo del multiinstrumentista.

-�La propuesta musical exhibida en ``Parte de volar" tiene que ver con un hartazgo del rock y con una respuesta a la globalización?

-Dos veces no, porque no se trató de una elección por la negativa. Lo musical se fue dando progresivamente en un camino natural en pos de hallar una voz propia que, además, tenga que ver con lo regional.

En el generoso living del departamento, Aznar hizo lugar para un negro piano de cola, verdes plantas de interior y un centenar de discos compactos donde se reconocen sus gustos e influencias (The Beatles, Stevie Wonder, James Brown, Mozart y Charly García), esas mismas señales de nacimiento que hoy, en una agudización de la búsqueda y la curiosidad lo acerca a una tímbrica marcadamente folclórica.

"La verdad -confiesa sin rodeos- es que he descubierto todo un tronco común en los Andes, conformado por Perú, Chile y Argentina, que comparte una particular forma de fusión de tres continentes: América, Africa y Europa".

-�Puede decirse que reemplazaste en tu consideración estética a Brasil por la música andina?

-Por ahí me estoy dando el gusto de profundizar en colores que, según descubrí, me van mejor que los de las rítmicas brasileñas, que descienden de la habanera y sirven para decir otras cosas.

Parte de volar


Hace unos meses, la elogiada salida de "Parte de volar", el disco donde Pedro Aznar folclorizó su sonido para hacer temas propios y versionar otros, tuvo su bautismo en Buenos Aires con un par de shows en el porteño Espacio ND Ateneo.

Rodeado de famosos invitados que recién se conocieron en el transcurso de cada concierto, Aznar actuó secundado por Alejandro Devries (piano y guitarra), Facundo Guevara (percusión) y Diego Clemente (vientos, guitarra y percusión) para repasar su último álbum y, además, registrar el volumen más reciente, aparecido en los primeros días de este año, que llamó "En vivo".

"Como la idea fue grabar un disco en vivo -informa Aznar- no sólo tocamos `Parte de volar', sino que también pusimos a consideración del público material inédito y varias canciones que hace mucho tiempo que no tocaba en mis recitales".

De esa combinación fue posible apreciar el fluido contacto que el músico, nacido en Buenos Aires, el 23 de julio de 1959, ha ido estableciendo con las diferentes músicas (el rock, el jazz, la música brasileña, el pop y, últimamente, las demás vertientes del folclore latinoamericano) en su extensa carrera.

El resultado de estas grabaciones llegó a las bateas argentinas en estos días, pero antes de esa fecha el mismo material registrado en la sala del centro porteño apareció en las disquerías del Japón y de Chile.

"En Chile -comenta con orgullo- estoy empezando a andar un camino muy interesante y gratificante, mientras que en Japón me reconocen como solista desde los tiempos en que mi placa `Cuerpo y alma' se vendió excelentemente bien".

-�Cómo reciben afuera de la Argentina tu paso desde el jazz y la música internacional a los ritmos latinoamericanos?

-La verdad, que sorprendentemente bien. Podría arriesgar que a una mayoría del público japonés que consume música del mundo, le despierta más interés poder escuchar sonidos de Latinoamérica que algo relacionado exclusivamente con el jazz-rock.

Para Aznar, además, el vínculo entre su personal toque y los sonidos de este lado del mundo no son una novedad porque, según evoca, "podría decir que desde que toco en el grupo Alas (al que se integró en 1977) empecé a trabajar en la fusión, y lo mismo hice a partir de mi segundo disco `Contemplación' (1984), donde hay candombe y chacarera".

Ahora, las valijas sonoras del intérprete incluyen joyas como "El árbol que tú olvidaste" (de Atahualpa Yupanqui), "Soledad, Jujuy 1941" (sobre una letra de Yupanqui pero con música original y propia) "El seclanteño" (de Ariel Petrocelli), "Como la cigarra" (de María Elena Walsh), "Zamba de Juan Panadero" (de Leguizamón-Castilla) y "Deja la vida volar" (de Víctor Jara).

-�Por qué sentís que el folclore te permite hacer cosas que el rock, como género y desde su postura actual, parece no permitir?

-No lo sé, y no me interesa oponer ambos lenguajes, porque aunque ahora elija acercarme al folclore, reconozco en mí una actitud que siempre viene desde el rock y que me permite tener un enfoque crítico de las distintas músicas.

Dos pasajes a la noche


Pedro Aznar no sólo se expresa a través de la música, sino que en varias ediciones ya ha despuntado su veta literaria. Aquí, uno de sus poemas inéditos:

afuera

se calló la gritería

el pueblo se acurruca temeroso

contra las montañas

a no poder contar la enormidad

de estrellas

de lejos el viento trae música borracha

sacudida en la coctelera

de un galpón

que de día ha de servir de fábrica

de cosas inservibles

más plástico

para que arrastre el río

somos dos en esta habitación

y sobran camas

incómoda presencia

que parece burlarse del peso

de la corporeidad

la altura da un perpetuo

dolor de cabeza

de esos que ni cesan

ni alcanzan para desesperar

como una pregunta sin respuesta

alguien sopla una quena lastimera

a la distancia y todo se detiene

las constelaciones

la harina en las veredas

el olor a comino y a chicha

y tu cara y la mía

mañana cenizas

igual que el carnaval.

Sonidos para dar


Además de su sonido propio en pos de proyectos personales, el talento musical de Pedro Aznar ha sido y es convocado para iluminar diversos proyectos musicales de diversos géneros.

En ese camino, los actuales aportes estéticos del instrumentista están vinculados con su búsqueda sonora ligada a los Andes, ya que producirá los próximos álbumes de la peruana Eva Ayllón y de la chilena Cecilia Echenique.

De entre los más de 50 aportes realizados en su carrera, algunas de las participaciones más llamativas del ex integrante de Madre Atómica fueron en las siguientes placas: "Pinta tu aldea" (Alas) (1978), (reeditado en 2001 como "Archivos EMI-Alas"), "Nayla" (David Lebón) (1979), "20/10" (Nito Mestre) (1981), "Yendo de la cama al living" (Charly García) (1982), "Clics Modernos" (Charly García) (1983), "Encuentro" (Iván Lins-Luis A. Spinetta-León Gieco-Pedro Aznar) (1984), (reeditado en 1997 como "Somos todos iguais nesta noite"), "�Será posible el sur?" (Mercedes Sosa) (1984), "Madre en años luz" (Spinetta Jade) (1985), "Giros" (Fito Páez) (1985), EMI 8311/81/4241581, "Grito en el cielo (Volúmenes 1 y 2)" (Leda Valladares) (1988), "Canción animal" (Soda Stereo) (1990), "Mujer contra mujer" (Sandra Mihanovich-Celeste Carballo) (1990), "Filosofía barata y zapatos de goma" (Charly García) (1990) y "Madre tierra" (Suna Rocha) (1990).

"América en cueros" (Leda Valladares) (1992), "Nuevas mañanas" (David Lebón) (1992), "Juntando almas" (Lito Vitale) (1994) y "25 Años" (Vol 2) (Jairo) (1995).

"Tributo a Carlos Gardel" (varios artistas) (1995), "Fuck You" (homenaje a Luca Prodan), (varios artistas) (1995), "Sol en cinco" (Fabiana Cantilo) (1995), "Cantamos a María Elena Walsh" (varios artistas) (1997), "A Prayer for the Soul of Layla" (Jamshied Sharifi) (1997), "Greenpeace se hace escuchar" (varios artistas) (1997), "Rosa de los vientos" (Suna Rocha) (1998), "El grito sagrado" (varios artistas) (1998), "Aquele Frevo Axé" (Gal Costa) (1998), "Clássicos do Sul" (Kleiton & Kledir) (1999), "Tambong" (Vitor Ramil) (2000) y "Sinfonías para adolescentes" (Sui Generis) (2000).

"Ciudad de las ideas" (Vicente Amigo) (2000), "Yo tengo tantos hermanos" Homenaje a Yupanqui (varios artistas) (2001), "Víctor Jara-Tributo Rock" (varios artistas) (2001), "Antología de Chabuca Granda Vol 1" (varios artistas) (2001), "Paix�o no Peito" (Renato Borghetti) (2001), "Ecos de mi tierra" (Coro de la Ribera) (2002).

Albumes de la historia


La carrera profesional de Pedro Aznar en unas tres décadas de trayectoria se ha visto expresada en una imponente producción discográfica cuyos pilares se manifiestan tanto en su labor como solista como en sus aportes a Serú Girán, con el Pat Metheny Group y junto a Charly García.

Como solista grabó los siguientes discos: "Pedro Aznar" (1982), "Contemplación" (1985) (Relanzado en 1998), "Fotos de Tokyo" (1986), "Hombre mirando al Sudeste" (Banda de sonido de la película, 1987); "Ultimas imágenes del naufragio" (Banda de sonido de la película, 1990); "David y Goliath" (1995), "No te mueras sin decirme a dónde vas" (Banda de sonido de la película, 1995); "Cuerpo y Alma" (1998); "Caja de Música" (2000); "Huellas en la luz" (2001); "Parte de volar" (2002)

Con Serú Girán: "Serú Girán" (1978); "La grasa de las capitales" (1979); "Bicicleta" (1980); "Peperina" (1981); "No llores por mí, Argentina" (1982); "Serú '92" (1992); "Serú en vivo" (Vol. 1 y 2) (1993); "Yo no quiero volverme tan loco" (2000).

Con el Pat Metheny Group: "First Circle" (1984) ; "The Falcon and the Snowman" (1985); "Letter from Home" (1989) y "The Road to You" (1993).

Con Charly García "Tango" (1986) y "Tango 4" (1991).

Sergio Arboleya