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Los Malmierca
Un libro relata la historia de los Malmierca, desde el primero en llegar al Río de la Plata. La autora se centró, principalmente, en la vida de su bisabuelo: un prominente escribano del siglo XIX que fundó un teatro en Mercedes (Buenos Aires) y dejó una innumerable descendencia, esparcida hoy por todo el país.


En el singular Café Tortoni de la ciudad de Buenos Aires se presentó el pasado 4 de marzo el libro Los Malmierca, de la autora Joyce Foster, que narra la historia verídica y documentada de una familia de clase media urbana desde la llegada a Buenos Aires del primer representante (en 1804) hasta nuestros días.

El ejemplar constituye una doble experiencia. Por un lado, la transformación de una ama de casa en una investigadora de la historia, recorriendo incansablemente una y otra vez archivos de iglesias, cementerios, bibliotecas y hemerotecas y el Archivo General de la Nación. Por otra parte, "la experiencia de remontar, rama por rama, el árbol genealógico de sus familias para reencontrarse con sus propias raíces, se convierte en un doble viaje hacia el pasado entrañable en la memoria de los afectos -aun de aquellos diluidos en el tiempo- y, hacia el futuro, porque tiende un puente entre aquéllos y las generaciones venideras", rescata la contratapa del libro.

La presentación logró juntar a miembros de la vasta red familiar surgida de Manuel Malmierca, el bisabuelo de la autora, sobre quien se basa esta historia que, como tantas, llegó a De Raíces y Abuelos para ser contada.

Los orígenes


Manuel Malmierca nació en Buenos Aires en 1828 ó 1829. Era rengo. Distintas historias familiares dicen que una niñera lo habría tomado de una pierna cuando caía por el balcón de su casa en Rivadavia y San Martín (Bs. As). Era hijo de María del Carmen Porrás y Feliciano, quien sería el primer Malmierca en llegar al Río de la Plata alrededor de 1804, procedente de Cádiz.

Se conoce que el apellido Malmierca es de origen toponímico, relativo a la población del mismo nombre en la provincia de Lérida, cuyas primitivas casas estuvieron asentadas en Cataluña. Se lo encuentra por toda Salamanca, Ciudad Rodrigo, Veguillas, Sando de Santa María y Carbajosa.

Según la investigación, hay varias versiones sobre su origen. Una dice que pertenecía a una casa noble de Portugal, incluso por alianzas matrimoniales y por razones de proximidad geográfica. Otra apunta que la familia sería originariamente de la Polonia Feudal que en aquellos tiempos se dividía en clanes. La tercera afirma que proceden de la ciudad sueca de Malmo y que Malmierca querría decir "los que vienen de Malmo".

Feliciano era sastre y junto a Ma. del Carmen Porrás tuvieron varios hijos, entre ellos, Manuel. Por partidas de bautismo y defunción se conoce la existencia de seis descendientes, pero por tradición oral y otros documentos se sabe también que hay otros tres del mismo matrimonio, mientras que de Domingo Malmierca se desconoce el apellido de la madre.

Manuel Malmierca se casó dos veces. El 1° de noviembre de 1850 contrajo matrimonio con Paula Alvarez y en 1852 nació Mercedes Micaela del Corazón de Jesús. Paula muere ese mismo año y la niña, al siguiente. Luego, el 13 de abril de 1857 Manuel se casa en segundas nupcias con Teresa de la Sota Pombo, nacida el 1° de setiembre de 1839, hija de Mercedes Gabina Pombo y Juan José de la Sota.

La vida de Manuely el Teatro Orfeón


En la Guía de Comercio de 1862 se encuentra, dentro la lista nominal de los empleados y escribamos del Tribunal de Comercio (calle Perú 120), el nombre de Manuel Malmierca, escribano de despacho. Vicente O. Cutolo, en el Nuevo Diccionario Biográfico Argentino, dice que Manuel nació en Buenos Aires en 1830. Recibido de escribano, ejerció su profesión en esta ciudad y actuó en los tribunales de Mercedes, provincia de Buenos Aires. Allí también tuvo actuación social. En 1866 fue uno de los fundadores del Colegio de Escribanos de la Capital. Militó en la masonería. En 1881 se afilió a la Logia de Mercedes, la que presidió entre 1883 y 1884.

De acuerdo con la investigación del libro, murió el 7 de abril de 1886 en Carmen de Areco. Numerosas crónicas de época y libros posteriores destacan la labor social de Manuel en Mercedes (donde se radica en 1874). Y, sobre todo, hablan de su mayor obra: el Teatro Orfeón que le acarrearía grandes dificultades financieras.

Además de dedicarse a su tarea de escribano, colaboraba con la Sociedad Orfeón y en 1877 integra la comisión de vecinos para la organización de las fiestas de la patrona de Mercedes y de los bailes de fin de año. También fue designado maestro de segundo grado de la Escuela N° 1.

En 1878 es nombrado presidente de la Sociedad Orfeón y en enero de 1879 compra un terreno con la idea de construir un teatro. Del libro "Del viejo Mercedes" del Dr. Roberto Tamagno (1936) se extrae: "Todo anunciaba un acontecimiento trascendental: la construcción de un gran teatro. Muchos fueron los que intentaron la empresa y se habló de una sociedad por acciones que no llegó a constituirse. El entusiasmo generoso de los jóvenes artistas, en un momento brillante para nuestras modestas letras, sacó adelante el proyecto. Los trabajos del Teatro Orfeón fueron inaugurados el 12 de agosto de 1879. Un hombre animoso a quien la cultura de Mercedes debe mucho y ha sido desgraciadamente olvidado, Manuel Malmierca, lo hizo de su peculio".

Otras crónicas recuerdan al Teatro Orfeón como un verdadero alarde en materia de arquitectura y uno de los primeros y principales de la provincia de Buenos Aires. Se inaugura el 18 de mayo de 1880 después de dos postergaciones ante el grave estado de salud de Teresa, la esposa de Manuel, quien finalmente falleció en junio de 1880 tras una penosa enfermedad.

La bancarrota


En noviembre del mismo año de la inauguración, el Teatro Orfeón comienza a tener dificultades financieras. Los exorbitantes gastos por la enfermedad de Teresa y la poca concurrencia del público a las obras obligan a Manuel a rebajar los sueldos de los empleados. Se organizan funciones a beneficio y se lo alquila en carnaval para bailes y banquetes de las colectividades.

Pero la situación iba de mal en peor. El Orfeón es rematado en sucesivas oportunidades, aunque sin oferentes. Hasta que en 1884 lo compra un privado a precio rebajado. Una etapa se cerraba para Manuel. Atrás quedaban las cosas que habían sucedido en el teatro. Como el caso de la persona que perdió su revólver en un palco y lo reclamaba por el diario, o aquella vez en que Wenceslao Solveyra, que ayudaba como apuntador, se entretuvo en la plaza y fue expulsado de la comisión por no llegar a tiempo con los libretos. Otras historias son trágicas, como el suicidio de un joven en plena función y sobre el propio escenario.

Manuel se ocupó luego como secretario de juzgado. Pero ya no figuraba en los eventos sociales, no organizaba conferencias y sólo militaba en la masonería. La caída del Teatro Orfeón significó su bancarrota financiera y espiritual.

En abril de 1885 su hijo Rodolfo es trasladado a Carmen de Areco como gerente del Banco Provincia. Evidentemente, Manuel y toda su familia se fueron con él. Murió en esa ciudad, producto de una larga enfermedad.

La descendencia


El matrimonio de Manuel Malmierca Porrás y de Teresa de la Sota Pombo habría tenido 18 hijos, de los cuales sobrevivieron nueve. En su investigación, Joyce Foster encontró 14 hasta ahora: Juan Manuel (1857), Rodolfo Nicanor (1859), Carmen (sin año), Mercedes (1863), Teresa Agripa (1864), Pastora Elena (1865), Francisco Valerio (1868), Carmen Teófila (1871), Manuel Segundo Feliciano (1872), Mercedes (sin año), Miguel Jorge (1875), Julio Víctor (1876), Arturo Luis Tito (1878) y María Josefa Clementina (1879).

Cada uno de ellos formaría más tarde su propia familia, y sus descendientes se irían diseminando por el país para establecerse en Tucumán, Paraná, Balcarce, Necochea, Miramar, Mercedes, Buenos Aires e incluso en Santa Fe. "En general fueron gente común -dice la autora en el prólogo. Salvo algunas excepciones, ninguno tuvo actuación política o militar destacada que llevase su apellido a ser conocido. Sólo formaron parte de la historia chica del país, pero no por ser chica fue menos importante".

Tomar la posta


Joyce Foster armó la historia de su familia como un rompecabezas, con paciencia y mucha pasión. La inquietud surgió años atrás, cuando un primo segundo -Héctor Teófilo Malmierca (Quito) quien reside en Paraná- le hizo llegar un sobre con una especie de árbol genealógico, con fichas y datos. Quito, a su vez, había recibido la posta de su hermano Carlos, quien se había dedicado profundamente a investigar sobre los orígenes de la familia pero había muerto muy joven, dejando todo inconcluso. Ellos son nietos de Rodolfo Malmierca, hijo de Manuel.

Muchos años después los papeles llegaron a manos de Quito. Él siguió averiguando y recopilando datos hasta que hace 5 años atrás mandó el fruto de su esfuerzo a Joyce, nieta de Julio Malmierca (hijo de Manuel) e hija de Carmen Malmierca de Foster.

En la introducción del tomo, la autora cuenta paso a paso cómo realizó su investigación, a dónde fue, cómo hizo, con quién habló, a qué países escribió, a quién entrevistó. Y sobre la correspondencia casi semanal con Quito, a quien lo ponía al tanto de todos los detalles.

Finalmente, puso todo lo recopilado en un libro para dar a conocer esta historia en la que aparecen muchos apellidos más: los Schuster, Caffaratti, Pasqués, Frugoni Zavala, Malmierca Pondal, Porrás, Dowbley, Recke, Montes de Oca, etc.

La señora Norma Caffaratti de Partida, hija de Clementina Paulina Malmierca y nieta de Rodolfo Malmierca (hijo de Manuel) colaboró en la conexión entre Joyce y De Raíces y Abuelos.

Mariela Goy