Misa Satánica, la reconstrucción teatral de los fragmentos "autocensurados" por Goethe para la versión definitiva de su Fausto, adaptados por el germanista Albrecht Schne, acaba de ser publicada por primera vez en castellano, con una traducción a cargo de Ricardo Ibarlucía.
La adaptación de estos textos contiene un estudio preliminar de Ulrich Merkel, quien analiza la serie de malentendidos que provocaron las interpretaciones del Fausto inficionadas de clericalismo, en las cuales Mefistófeles es abordado como una suerte de alter ego del diablo cristiano.
Según Merkel, se trata de un desdoblamiento de la identidad en la que "Mefistófeles es parte de Fausto y encarna en este personaje el lado que corresponde a una razón radical sin ningún respeto ni miramiento y, a la vez, un oportunismo igualmente irrespetuoso para el cual el fin justifica los medios".
Acerca de su versión al español, Ibarlucía apunta en el epílogo que para marcar los distintos registros entre la "lengua sublime" de Fausto y la "lengua abyecta" de Mefistófeles apeló a "prosaísmos de toda especie, alguno que otro arcaísmo y numerosas voces criollas", con las que también ha deseado rendir homenaje al célebre Fausto de Estanislao del Campo.
Y dice con ironía: "Si como sostiene con razón el gran poeta brasileño Haroldo de Campos, toda traducción literaria debe aspirar a ser una transcreación; en ésta se ha tratado evidentemente de una transluciferación".
Los textos adaptados fueron llevados a escena por iniciativa del Instituto Goethe de Buenos Aires en junio de 1999 en el marco del 250° aniversario del nacimiento del poeta alemán, con dirección a cargo de Rubén Szuchmacher, Alejandro Tantanián y Edgardo Rudnitzky.
Por su carácter herético, los fragmentos "autocensurados" por Goethe permanecieron ocultos casi 200 años en los anexos de las obras completas.
Expurgada en materia de moral, esta epifanía satánica del poeta alemán operaba como una verdadera misa negra, obscena y blasfema que pretendía erigirse en una suerte de contrapeso del "Prólogo en el Cielo" con el que comienza el drama fáustico.
La idea original de Goethe había sido incluir esta misa en la escena de la "Noche de Walpurgis" -en la primera parte del Fausto- con la intención de mostrar de manera drástica cómo la codicia y la sexualidad dominan el mundo.
Allí, la cándida y piadosa Margarita -personaje que al final de la segunda parte de la obra aparece como una "Mater Dolorosa" portadora de la salvación cristiana-, es caracterizada como una bruja ávida de oro y de sexo que inicia el camino hacia una fastuosa orgía sexual.
Durante el aquelarre, Satán reina desde su trono en la cumbre del Blocksberg, en su rol de Señor de un mundo antidivino, y explica a su séquito infernal -con un discurso bastante afín al sustentado por ese contemporáneo de Goethe que fue el Marqués de Sade- cómo el afán de posesión y la sexualidad dominan el espíritu humano y sumen al mundo en lo más profundo de la oscuridad.
El contenido completo de este "saco de Walpurgis" -como lo denominó el propio Goethe- se publicó por primera vez en 1887, bajo la forma de paralipómenos del Fausto, pero con omisiones y guiones en reemplazo de aquellas palabras que las reglas del decoro burgués impedían nombrar.
Así fue cómo el condimento infernal de aquellos manuscritos permaneció oculto tras el aparato de notas de unas pocas ediciones hasta 1982, cuando Schne emprendió el análisis integral de los esbozos y borradores y elaboró la propuesta para una adaptación teatral de la escena original. (Télam)