El mayor robo en la historia del Kunsthistorisches Museum (KHM, Museo de Historia del Arte) de Viena se produjo esta madrugada, cuando desapareció el "Salero de Oro" de Benvenuto Cellini (1500-1571), famoso objeto de arte manierista considerado por los expertos como la "Mona Lisa" de la escultura.
Grande fue el asombro para el portero del KHM cuando el domingo pasado por la mañana encontró en el primer piso rota y vacía la vitrina donde se exponía el exquisito salero del siglo XVI elaborado en oro, esmalte y ébano, de 26 centímetros de alto y 33,5 de ancho, formado por dos figuras alegóricas que representan a Neptuno y la Tierra (o Venus, según algunos especialistas).
Hacía cerca de nueve meses que la escultura, uno de los objetos más valiosos del prestigioso museo, había sido instalada allí, en un gabinete de la Galería de los Cuadros, delante de un óleo de Rafael.
El portero alarmó enseguida a las autoridades, pero ya era tarde: el robo se habría producido unas cuatro horas antes, hacia las 4.00 hora local (02.00 GMT) del domingo, y evidentemente algo falló en el sistema de seguridad, basado en videos y sensores de movimiento.
Aún no se ha esclarecido del todo si la alarma no se activó, como se supuso en un principio, o nadie reaccionó cuando sonó, versión que parece la más manejada ahora por las autoridades, quienes han suspendido provisionalmente a los tres guardias de vigilancia que estaban de turno.
Mientras prosiguen las investigaciones, no se tienen pistas sobre el ladrón o ladrones, pues se desconoce asimismo el número de personas que participaron en el delito, "un robo de gigantesca dimensión", declaró a la prensa el director del KHM, Wilfried Seipel.
Se trata incluso, según la agencia austríaca de noticias APA, del robo de arte más espectacular en toda la historia de Austria, país que actualmente registra una media de al menos un objeto de arte robado por día, aunque en general de menos valor.
Seipel confirmó lo que han podido reconstruir los policías: el ladrón se subió a un andamio de construcción adosado al edificio del museo y entró en el primer piso tras romper una ventana.
"Brutalmente rompió luego el muy grueso" cristal de la vitrina, tomó el valioso salero y desapareció con él por donde había venido.
"Nunca hubo nada similar en la historia del Kunsthistorisches Museum", señaló su director, quien cifró en más de 50 millones de euros (unos 57,5 millones de dólares) el valor material de la pieza robada, aunque por "ser insustituible" ni él ni el museo dan a conocer el monto por el cual está asegurada.
Su valor artístico e histórico es muy superior al material, pues no es de oro macizo, sino que está elaborada en gran parte con cera, aunque está toda esmaltada en oro.
La obra renacentista está considerada entre los expertos como la "Mona Lisa" de la escultura, ya que es la única de orfebrería que se conserva hasta hoy del renacentista Cellini, uno de más virtuosos manieristas italianos, y es "completamente invendible" en el mercado mundial del arte, señaló el director del museo.
Seipel apuntó a que el ladrón debe ser "un loco que vio el objeto expuesto y deseaba poseerlo, o un chantajista que quiera pedir dinero" a cambio de devolver la obra.
Por su parte, Anita Gach, directora del departamento de pesquisas de objetos culturales de la Oficina Federal de Investigación Criminal, coincidió con Seipel al destacar lo invendible de la obra, por lo que se mostró confiada en que el famoso salero reaparezca, por tratarse de "una obra extremadamente importante" y conocida.
No obstante, la experta afirma que "todo indica que se trata de un robo por encargo", que ha sido denunciado rápidamente a la Interpol y a todos sus 181 países miembros.
Mientras, el KHM ha ofrecido un premio de 70.000 euros a quien le procure cualquier información que conduzca a capturar al ladrón del refinado salero y centro de mesa del Tesoro Imperial de Austria, conocido también como "Saliera" o "Salero de Francisco I".
Su creador, considerado como un prototipo del hombre del Renacimiento, lo elaboró durante una estancia en París, entre 1540 y 1543, invitado por Francisco I, rey de Francia, quien le concedió un sueldo similar al de Leonardo Da Vinci.
Formada por dos figuras casi acostadas, una masculina y otra femenina, con largos muslos típicos de las esculturas de Cellini, el salero es un conjunto de especias para sal y pimienta, donde el receptáculo de sal representa a Neptuno, que tiene una nave, y el de pimienta a la diosa Tierra, con un arco de triunfo.
"Para mostrar cómo el mar se une a la tierra hice dos figuras del tamaño de una buena palma, sentadas frente a frente con los pies entrelazados, tal y como se ven los brazos del mar entrar en la tierra...", explica el propio autor en una descripción de su obra. (EFE)