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En un chiquero se convirtieron los dos terrenos ubicados a ambos lados de calle Salta, a la altura de Juan Díaz de Solís, donde están emplazadas las 40 carpas donadas por el gobierno de Italia que fueron asignadas a familias evacuadas de distintos barrios del cinturón oeste.
Las lluvias, el movimiento de suelo para construir zanjas alrededor del campamento y la gran cantidad de personas que se mueve en ese lugar originaron mucho barro y humedad, por lo que los chicos prácticamente son obligados a permanecer dentro de las carpas.
Por si fuera poco, se produjeron filtraciones laterales en varias de ellas -las ubicadas en la parte más baja del terreno- lo que provocó que colchones y ropa de algunas de las familias alojadas se mojaran por completo. Varios afectados aseguraron que sus carpas también se llovían por el techo; otros, en cambio, no tuvieron ningún tipo de gotera o filtración.
De esta manera, la noche fue bastante movida entre los evacuados en el campamento. Recién a partir de la medianoche, y con la colaboración de los Bomberos Voluntarios apostados en el lugar, comenzaron a trabajar en la excavación de canales para que no continúe ingresando agua a las carpas y drene hacia las calles.
También se repartieron plásticos negros con los que se improvisaron pisos y cobertores para los techos. Algunos de los nylons estaban siendo recolocados esta mañana por los evacuados.
Durante la noche, los chicos dormidos iban siendo reubicados en la parte seca de las carpas, mientras que una familia -la de Luis Borda, con 8 hijos- se refugió por iniciativa propia en la Escuela Leandro Alem, que queda a pocos metros del campamento. "Me entró mucha agua y mandé a mi señora y mis hijos a la escuela para que no se mojen. Yo me quedé cuidando las cosas", dijo Luis. Esta mañana estaba abocado a colocar el plástico en el piso, ya que el agua había escurrido por completo.
"La gente se asustó mucho por la lluvia y porque está impresionada por la inundación, pero la situación ya está controlada", explicó la Dra. Virginia Pellegrini, de Cooperación Italiana en la Argentina, quien se encuentra verificando la situación en el campamento.
Según explicó, "las carpas no están hechas sólo para las condiciones climáticas de Santa Fe, sino que van a todo el mundo, desde Pakistán a cualquier otro lado. Se hacen standar y son térmicas y abrigadas", explicó.
Las carpas están fabricadas de una tela impermeable gruesa (de muy buena calidad) recubierta por dentro con otra más fina. Pero no tienen cubretechos y la lona del piso está separada de la estructura. Alojan entre 8 y 13 personas en cada una, todas pertenecientes a la misma familia.
El campamento recibe la comida de la cocina de la provincia y cuenta con un equipo de Aguas Provinciales, un puesto sanitario, otro del Cobem y el de los Bomberos Voluntarios. La dotación de salud proviene del Hospital Garrahan de Buenos Aires y los profesionales comentaron que, a pesar de la humedad, la situación sanitaria no reviste ningún tipo de alarma entre los afectados.
La Dra. Pellegrini anticipó que el gobierno de Italia "ya autorizó la donación de 100 carpas más", que quizá lleguen la semana que viene. "Todavía estamos coordinando el tema del avión para su traslado", dijo.
Sin embargo, ante una consulta, señaló desconocer dónde se instalarán. "Italia dona las carpas. El resto corre por cuenta del gobierno de acá, que seguramente determina técnicamente cuál es el mejor lugar para ubicarlas", agregó.
El ministro de Gobierno, Carlos Carranza, dijo que la reubicación de los evacuados que hoy están en las escuelas se hará en construcciones a realizar "que definirá el Municipio, desde su Plan Estratégico, y sus ordenanzas que establecen el ordenamiento territorial con la ayuda y colaboración de los organismos internacionales y obviamente del gobierno de la provincia de Santa Fe".
Inmediatamente, se transmitieron al ministro las quejas de una realidad más inmediata. El cuadro lamentable de las personas que ayer volvieron a sufrir con el agua, en las carpas que se instalaron cerca de La Florida, que no resistieron la lluvia.
"La carpa es una solución transitoria", prometió el ministro. Ante algunas consultas, negó que sean tiendas preparadas para el desierto (como sostenían algunos en medio del barro de la cancha del club Newell's).
Informó que hay más carpas disponibles de una donación de Italia, pero se está evaluando (en la Secretaría General de la Gobernación) si se justifica pagar el costo de traerlas. Ante su eventual uso, respondió que se las ubicará "según lo que disponga el municipio, según su plan de relocalización".
"Si se producen precipitaciones abundantes, evidentemente hay tener otros lugares disponibles", dijo.
"Ayer estuvimos en una operación importante, reevacuando niños y con logística de colchones y frazadas. Después Bomberos pudo realizar zanjas para evitar que siga acumulándose el agua que no tenía salida, el tema se fue solucionando", afirmó.
Luego de un intenso trabajo de reacondicionamiento del edificio del hospital Italiano y del traslado de pacientes y muebles -tareas encaradas por los propios empleados y profesionales-, desde ayer comenzó a funcionar el Hospital de Niños en ese establecimiento.
Los servicios que ya se encuentran en actividad son: la Guardia Central (que recepciona las emergencias clínicas o quirúrgicas, de traumatología y la cirugía), está trabajando a demanda; los Cuidados Intermedios y los Especiales y probablemente hoy terminaba de trasladarse la Terapia.
En total, se instalaron 10 camas en Terapia Intensiva, 12 en Cuidados Especiales y alrededor de 70 para los Cuidados Intermedios y la internación transitoria.
El Dr. Danilo Simez, director asociado de Atención Pediátrica del Hospital Alassia, aclaró que la Neonatología seguirá funcionando en el Cullen y en el Iturraspe por el momento y que se tiene previsto para el lunes comenzar con las atenciones programadas de las especialidades.
Advirtió que también fueron trasladados los servicios de apoyo como rayos, laboratorio, alimentación, esterilización (una parte se hace en el Italiano y otra en el Iturraspe y el Cullen), además de la farmacia, el lactario y la administración. Agregó que se utiliza el lavadero del Cullen pero la ropería funciona en el Italiano, y que el vacunatorio todavía no está funcionando pero lo va a hacer en el corto plazo.
Simez aseguró que "tratamos de aggiornar un hospital que hacía mucho tiempo que no tenía mantenimiento y las obras de reacondicionamiento del edificio se encararon con el apoyo de la provincia y de la comunidad a través de la Cooperadora y de la Fundación del hospital".
Simez planteó que para realizar el traslado definitivo se debió esperar a tener ciertos servicios básicos, como el agua (que ya tiene), la luz (se esperaba para hoy poder instalar un generador para solucionar algún posible corte de energía en el caso de los chicos con respirador) y el oxígeno (que ya se colocó para abastecer a las casi 100 camas instaladas). Aún restaba la colocación de una central telefónica para consultas.
Por último, el director asociado solicitó a la población "comprensión porque deben pensar que vamos a brindar el mismo servicio pero con distintas comodidades y por ahora con menor agilidad hasta tanto tengamos las cosas más ordenadas".
También sugirió "utilizar los centros de salud de referencia (dispensarios) al máximo y que concurrir al hospital sólo en aquellos casos que no se pueda acudir a esos efectores por cuestiones de horarios o de infraestructura".
El Dr. Danilo Simez no pudo dar precisiones sobre los plazos de la rehabilitación del Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia, ubicado en Mendoza al 4100, edificio que estuvo varios días con el agua del Salado en su interior.
Opinó que "sería apresurado hablar de costos de refacción, de pérdidas, de cuándo volvemos, fundamentalmente porque hay que definir dos cosas muy diferentes: el estado de las estructuras como de los equipamientos y su reposición o recuperación, y las condiciones sanitarias, que son imprescindibles para que podamos funcionar asegurando salud y no complicando las cosas".
Advirtió que "está la posibilidad de que surjan infecciones intrahospitalarias porque no tenemos que olvidarnos que en el hospital hubo un metro y medio de agua y que cuando se fue quedó un colchón de barro con virus de hepatitis, infecciones bacterianas y de todo.
Por eso, insistió en que "luego de la limpieza que se está realizando, que todavía tomará una o dos semanas más, la desinfección es la parte que nos preocupa porque tenemos que saber de qué tipo se debe encarar para estar seguros de cuándo se considera que el hospital estará sanitariamente apto. En este tema estamos siendo asesorados por nuestra propia área de Epidemiología y expertos en este tipo de catástrofes a nivel nacional e internacional".