Eduardo Villa y María Muñiz son santafesinos pero hace varios años están radicados en Australia, en la bellísima ciudad de Sydney. Eduardo conoció a María en Santa Fe, pero luego viajó y se radicó allí, donde inició una exitosa carrera laboral y profesional. La distancia no fue impedimento para estar juntos, puesto que al tiempo se casaron y se fueron a vivir al otro lado del mundo, formando una familia y adaptándose a un estilo de vida, una idiosincrasia y costumbres distintas a la de estas latitudes.

La catástrofe de Santa Fe los afectó muchísimo a pesar de los miles y miles de kilómetros que los separan. Por eso, sintieron que algo debían hacer por Santa Fe, la ciudad donde nacieron y donde viven sus familias. Y empezaron a trabajar, no sólo para informar sobre lo sucedido a los australianos, sino también para concientizar acerca de lo importante que podía resultar lo que se recolectara para la ciudad y sus habitantes. �El resultado?: sólo ellos dos lograron juntar 600 kilos de ropa, más de 200 frazadas nuevas para Alpi y 60 toneladas de equipamiento médico destinado al Instituto Vera Candioti.

Sin ocultar la emoción por su logro a la distancia, Eduardo y María contaron a Nosotros la experiencia: "El último gran esfuerzo fue el de despertarnos todas las noches a las 3 de la mañana, por la diferencia horaria, para hablar a la Argentina y conseguir la autorización de Aerolíneas para el traslado de las donaciones, que se hace en forma gratuita. Incluso, en una reunión que tuvimos con el cónsul argentino, Enrique Rubio, se quedó con la boca abierta cuando le contamos todo lo que conseguimos".

La campaña que organizaron se llamó "Darte una mano, para nuestros hermanos santafesinos de los amigos australianos". Y según contaron sus impulsores, "la ropa que conseguimos está en excelentes condiciones. Mucha gente ha venido a nuestro garaje a doblar ropa. Fue increíble. �Y saben cómo se enteraron ellos?, por un mail que hice con el link de El Litoral, nuestro querido diario, donde estaban todas las fotos de la catástrofe. Al ver eso, empezaron a llover los llamados y los ofrecimientos de ayuda. Y se juntó todo eso".

Eduardo y María también cuentan que uno de sus clientes en Sydney donó 3.000 camisas mientras otros colaboraron con dinero, el que fue enviado a Daniel Quiroga, "un amigo en Santa Fe que se dedica a ayudar a familias con capacidades diferentes".

En cuanto al equipamiento médico que irá al Vera Candioti, una sociedad adventista (Adventist Develop Relief Agency) ofreció donar camas, mesas de luz, sillas de ruedas, bastones, trípodes, uniformes, catéteres y otros elementos. "Nosotros llamamos a la gobernación, donde Verónica Reutemann nos atendió y nos contactó con el doctor Manuel Calvo. Vendrán a Australia a elegir y llevarse todo lo que necesitan. Todo esto irá con un certificado de `buen estado y funcionamiento', porque todo es de segunda mano. Pero los anglosajones son de palabra, si te dicen que todo está en perfecto estado es así, y no hay vuelta de hoja. Este container con el equipamiento médico irá a través de Redes, que es una entidad del gobierno que traslada todo este tipo de donaciones. Y al llevar equipos médicos, la Cancillería de la Nación paga por el traslado, así que lo que en principio fue una pequeña intención se hizo grande".

Tanto María como Eduardo están muy emocionados por la doble sensación que les produce la tristeza por todo lo que le pasa a su ciudad, pero a la vez la satisfacción de descubrir el corazón enorme del pueblo australiano, que respondió de inmediato y con una gran generosidad al llamado de estos santafesinos que ellos mismos adoptaron desde hace muchos años.

María Muñiz y Eduardo Villa sintieron el gran regocijo del deber cumplido. Se dieron cuenta de que el esfuerzo no fue en vano. "Y que todavía queda gente buena y de corazón grande en este mundo", como ellos mismos se encargaron de refrendar esta nota.