Una boda refinada, en un lugar paradisíaco
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Tuvo lugar en la víspera, la boda de la hija del ex presidente argentino Carlos Menem, Zulemita Menem, con el empresario italiano Paolo Bertoldi, en la elegante localidad de Santa Margarita Ligure, ubicada en la costa italiana de Liguria.
La novia -vestida de blanco, con un velo largo como cola y un ramo de rosas, también blancas- tiene 32 años de edad y se la se veía radiante. El joven empresario italiano de 43 años, pertenece a la dinastía de la familia propietaria de la fábrica de pastas y aceites de oliva De Cecco, una de las más conocidas y prestigiosas del país. La pareja contrajo matrimonio civil dado que cada uno de ellos profesan distintas religiones, ella la musulmana, él es católico. La ceremonia fue sobria.
Zulemita, que según indiscreciones de prensa había elegido como lugar de la celebración el sugestivo promontorio de Portofino, al que se accede sólo desde Santa Margarita Ligure, por un camino de unos 8 kilómetros, decidió finalmente casarse en la Villa Durazzo, una mansión del siglo XVII, restaurada recientemente y rodeada de un inmenso jardín a la italiana con vista sobre el Golfo del Tigullio, al noroeste de Italia.
"Estoy muy orgulloso de celebrar este matrimonio y de que se haya finalmente escogido Santa Margarita Ligure y no Portofino, aunque no tenemos ninguna rivalidad, puesto que las dos localidades son pequeñas y hermosas", aseguró a la AFP el alcalde de Santa Margarita Ligure, Angelo Bottino, quien presidió la ceremonia.
Debido al calor bochornoso que azota desde hace una semana toda Italia, con temperaturas que alcanzan los 40 grados, el matrimonio se llevó a cabo en las horas de la tarde, hacia las seis, para que las altas temperaturas no afectaran a los aproximadamente cuarenta invitados, la mayoría argentinos.
Acompañada por su madre, Zulema Yoma, quien se divorció en 1995 de Menem, y del novio, quien estaba vestido con un traje completo cruzado oscuro, con chaleco y camisa blanca, el matrimonio de Zulemita no contó con la presencia del controvertido ex presidente argentino, quien gobernó de 1989 a 1999, ni de personalidades políticas o mundanas italianas, según constató la AFP.
Tras la breve ceremonia de aproximadamente media hora, celebrada en el segundo piso de la mansión renacentista, adornada sobriamente con flores y la tradicional alfombra roja y a la que no tuvo acceso la prensa, los esposos se asomaron al balcón para el tradicional beso.
La simple ceremonia estuvo de alguna manera marcada por la ausencia del padre de la novia, y confirma las relaciones tensas que mantienen ambos desde su boda con la ex Miss Universo, la chilena Cecilia Bolocco, quien está embarazada.
Al finalizar la ceremonia, en el espléndido jardín los nuevos esposos concedieron algunos minutos a la prensa y Zulemita envió un beso a Argentina a pedido de los fotógrafos argentinos.
Al contrario de lo que algunos enviados de prensa temían, el matrimonio se desarrolló con discreción y tan sólo tres policías a la entrada del parque de la Villa dirigían el poco tráfico y unos pocos carabineros prestaban servicio.
A los escogidos invitados les fue ofrecida una elegante recepción servida en los jardines de la Villa Durazzo, que perteneció a varias familias nobles italianas a lo largo de los siglos, y que ahora es propiedad de la alcaldía.
Los afortunados esposos podrán gozar de uno de los atardeceres más espectaculares, con luna llena, de la península italiana.