Persona & Sociedad: PER-01

Piñón Fijo: "Siempre pedaleo hacia adelante"

NI UN ALFILER. El espectáculo gratuito congregó a 100 mil personas, según estimaciones de la policía.. 
Una multitud de chicos y grandes cantó el chu-chu-uá en la Costanera. El payaso más famoso del país ofreció un espectáculo a beneficio del Hospital de Niños. Congregó a 100 mil personas. En una entrevista exclusiva con El Litoral confesó que su futuro es seguir haciendo reír a los chicos.


El tradicional paseo santafesino de la Costanera se vistió ayer con los brillantes colores que predominan en el traje del payaso que cautivó a los niños con su dulzura y sus canciones, Piñón Fijo.

Amarillos, rojos y azules se mezclaron en el espectáculo en donde los niños fueron protagonistas y los grandes, quizás, los más cholulos. Pequeños maquillados, con vinchas, trajes y muñecos de Piñón, se hicieron presentes desde temprano en busca del mejor lugar.

Con su rostro cubierto con maquillaje, mezcla de mimo y de payaso, el artista convocó a una verdadera multitud. Desde el escenario -ubicado sobre la avenida Siete Jefes, a pocos metros del puente Colgante- era imposible vislumbrar hasta dónde llegaba la gente, que sobrepasó el Faro por varias cuadras.

En los hombros de papá o de mamá; arriba de los árboles y de carteles de señalización vial; o en platea preferencial, desde los balcones de un edificio cercano, los chicos y los grandes bailaron al ritmo del chu-chu-uá y se divirtieron con la picardía y complicidad que el payaso pone de manifiesto en cada uno de sus shows.

A cara descubierta


Al mediodía, antes de caracterizarse como Piñón Fijo, Fabián Gómez (37 años) recibió a El Litoral en el céntrico hotel en donde se alojó y concedió una entrevista exclusiva.

-�Por qué decidiste que el payaso se llame Piñón Fijo?

-Porque empecé en bicicleta y tiene una connotación optimista sobre la vida el hecho de pedalear hacia adelante. No sé si lo que estoy viviendo ahora es la meta por la cual venía pedaleando, creo que es hasta instintivo, no por ambición material sino por una cuestión de aprendizaje y de experimentar nuevas vivencias.

-�Cómo creaste el personaje?

-El día cero fue en la intimidad de mi casa, frente a un espejo, pintándome la cara y haciendo morisquetas, apurado antes de que llegue mi familia y piense que había sufrido un brote de locura. Han pasado 15 años. Después me metí en un parque, fui a la peatonal de Córdoba, a una plaza y empecé a hacer algunas cosas de la mano de un titiritero cómplice o de algún artista callejero que me permitía hacer una pequeña rutina en medio de la de él. Así se disparó esta historia.

-�Y cómo caracterizaste al payaso, cómo elegiste el traje y el modo de maquillarte?

-De las prácticas que hacía en casa surgió el modo de pintarme. El traje ha sufrido más cambios, porque como hacía de mimo y de payaso tenía que ponerme un traje arriba del otro. Un día decidí unificarlos, y tener un solo traje que me permitiera hacer mimo, malabares, magia y cantar sin confundir a la gente. El maquillaje siempre tuvo las lagrimitas de mimo y la boca grandota de payaso.

-�Por qué decidiste ocultar tu rostro?

-Al principio, surgió como algo intuitivo, con el objetivo de inventar una magia a los chicos con respecto a mi personaje. Y la quiero defender. Eso fue desde los inicios y sin proyección de lo que pasa ahora, con gente histérica en los medios que toma como tema principal de sus programas si Piñón tiene que mostrar o no su rostro. En esos tiempos todo era más inocente y sin tantas quintas patas del gato.

-�Te acostumbraste a convivir con la popularidad?

-La popularidad me da beneficios, alegrías y felicidades en un alto porcentaje. Las angustias que me genera la exposición ocupa un 5 % de mi corazón. El resto es el contacto con los chicos. Que los padres me cuenten que sus niños repiten mis gestos en la intimidad de sus hogares es demasiada caricia, demasiado mimo para eclipsarlo por el egoísmo de algunas personas.

Un privilegiado


-�Por qué decidiste trabajar por y con los chicos?

-Me parece que ellos son dueños de un mundo, de un paisaje, de un país en el cual no existen fronteras idiomáticas ni de tonadas, ni económicas, ni políticas ni sociales. Las diferencias las tenemos los grandes. Me siento privilegiado de haber ingresado a ese mundo, sin molestar, tratando de no corromperlo y disfrutándolo desde adentro como un niño más.

-�Qué creés que cautiva de Piñón a los pequeños?

-Creo que la música tiene mucha fuerza y magia, las poesías de las canciones integran cosas que aprendo de ellos, los niños me tiran datos, igual que sus padres y sus maestros. Las letras tienen que ver con un grado de complicidad y de vivencias en común que hacen que no sea un artista arriba del escenario sino un amigo más.

-�Intentás enseñar a través de tus canciones?

-Me fascina cuando un padre me cuenta que su hijo se cepilla los dientes por culpa mía o que tiene dos años y sabe las vocales. A nivel general, busco que tenga un perfil pedagógico, pero cuando me pongo a escribir quiero que sea una canción divertida y cumplir con el mandato que me han dado los chicos.

Hay mucho más para hablar. Pero está la Costanera colmada de pequeños que lo esperan para cantar, entregarle la mamadera y divertirse. Y Piñón Fijo debe seguir pedaleando.

"Al futuro me lo imagino con el bonete en la cabeza, con la pintura en la cara y con el traje puesto, buscando una nueva canción para sorprender a los chicos".

Por Santa Fe


El espectáculo que ayer ofreció Piñón Fijo fue a total beneficio de la Fundación del Hospital de Niños y se lograron recaudar 52 mil pañales.

Fabián Gómez confesó que "nos pegó fuerte esa semana trágica de las inundaciones. Teníamos muchas ilusiones de hacer un show aquí y cuando tuvimos que suspenderlo nos quedó un dolor y un compromiso muy fuerte porque había 12 mil entradas vendidas".

"Por un lado teníamos la angustia de lo que pasaba y por otro el monto de las entradas vendidas en nuestras manos. En esta etapa que vive la Argentina no iba a faltar el malintencionado que dijera que aprovechamos la desgracia ajena para robarnos la plata. Estábamos desvelados por devolver el dinero urgente y tratar de colaborar, sin ese tinte amarillo y sin una pizca de demagogia. He colaborado desde Buenos Aires y desde Córdoba, pero quería estar aquí".

Lía Masjoan