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Nosotros
Un grito de corazón
Walter Saavedra es ya un personaje de la ciudad. Lo conocimos a través de sus relatos de fútbol y hoy encabeza un proyecto radial en una FM local. Dueño de un estilo que dejó su huella en el medio, con 46 años y 3 hijos, reparte su tiempo entre las transmisiones y su estadía en Santa Fe, al que considera su lugar en el mundo.


Marplatense, de vaquero con zapatos negros, barba y una colita que peina alguna que otra cana, Walter Saavedra acusa 46 años y tres hijos: Martín (25), Facundo (11) y Bárbara (8). Cigarrillo en mano, con los bolsos preparados para partir rumbo a Buenos Aires, nos esperó en la mesa en la que -dice- siempre hace catarsis y de vez en cuando despoja una lágrima luego de una ardua jornada, donde las malas noticias vuelan y se hacen escuchar en su espacio radial.

"Vivir de la literatura sería un sueño", dice Walter, quien reconoce su pasión no tanto por el fútbol, sino por el relato de historias y la fuerte seducción por el arte de narrar. Con séptimo grado aprobado, Walter dice haber frustrado su sueño de llegar a primera cuando se lesionó la rodilla. "Todavía se me sale -comenta-. Entonces, busqué algo que llenara ese vacío. Me volqué a la radio y con el tiempo me hice solo. Pero me encanta la lectura y escribir poemas y canciones".

De lunes a viernes desde las 9, en la FM 91.9, Saavedra no relata goles, sino que trata de ser un militante de radio, ése que no abusa de los poderes y deja expresar a la gente. "Yo también me quejo -señala Walter-, a la ciudad la veo sucia, pero guarda costumbres como saludar en la calle que la diferencian de otras".

Sin restricciones, sin marcas personales y con el respeto que genera su hablar y su mirada, Nosotros hablamos de todo con Walter "Gol" Saavedra.

Primera llegada a Santa Fe


"Desde siempre, por cuestión histórica, cuando estudiaba y después por el fútbol conocía a Santa Fe. No era un lugar extraño para mí, sabía todo de Unión y Colón. En el '87 vine a la ciudad con la incertidumbre de si me podía ambientar a un lugar que no era Mar del Plata, no sabía nada de la ciudad en sí.

El primer día en la ciudad me llevaron a la radio (LT 10) a firmar el contrato y me presentaron a todos. Yo les pregunto a los directivos a qué apuntaban más allá de relatar fútbol y me dijeron: mire, nosotros con estar segundos estamos bien.

Me paro y les digo: �cómo segundo?, si hay dos AM que hacen fútbol. Entonces propuse, si en seis meses no estamos primeros yo vengo y rompo el contrato. A partir de los seis meses, generamos algo muy fuerte en la ciudad y en la gente. Al final, cumplí el objetivo y me terminé quedando siete años".

Pum-pum a las chapas


Para Walter, su modo de utilizar la palabra es el secreto de su permanencia. En el medio local, él marcó un camino en ese estilo que aún hoy sigue siendo imitado.

-�Te acordás de la Auténtica?

-La auténtica West fue un recuerdo muy lindo de Gustavo Ripke. También eran las frases: pum-pum a las chapas, �dónde están los sanitarios?, se salvó con los pantalones en la mano... Todo surgió por una necesidad comercial, teníamos que vender las transmisiones y no era fácil. Se me ocurría una frase y cada una iba acompañada por un remate comercial. No era la mera frase que se te ocurría, había una necesidad comercial para poder seguir con las transmisiones.

-�Cómo te hiciste relator?

-Yo me hice relator de fútbol acá en la ciudad, porque en Mar del Plata no había fútbol de nivel. Allá era sólo liga local. Acá estaba Unión y Colón. Vinimos con un proyecto innovador en todo.

-�Y quiénes estaban?

-Cuando vine estaban Rodolfo Raviolo, Oscar Bergesio y el "Gallego" González Riaño. Yo me aferré sobre todo a Rodolfo, porque era el jefe de deportes de la radio. Por ellos comencé a transitar la ciudad, conocer la gente. Con el tiempo es como que me soltaron la mano y ya anduve solo, generando cosas propias.

Comencé a recibir una corriente de afecto enorme de la gente, fue algo maravilloso y lo sigue siendo. Y, ante todo, impensado, porque jamás uno pensaba una repercusión tan rápidamente.

Por momentos tenía temor sobre si lo mío sería una moda, que había roto un esquema o una tradición en la ciudad, pero no fue así. Acá estuve siete años, me debí haber quedado en ese momento pero por razones laborales y por esa necesidad de aventura que me llevó a recorrer gran parte del país, me fui. Esa misma necesidad hizo que hoy vuelva.

-Estaba Ricardo Porta también...

-Claro, estaba Ricardo. Era Porta y los demás. Era "El Ricardo", una institución. Yo vine con un estilo distinto, y ese estilo se impuso rápidamente con una audiencia impresionante.

El relator hecho y derecho


-�En qué observás que cambió la gente de Santa Fe desde que te fuiste?

-Desde el punto de vista radial, me parece que cambió la manera de escuchar radio. Nosotros vinimos con una propuesta muy atrevida por ese entonces, con mucho vértigo y apostando a la creatividad sobre todo. El trabajo previo y posterior a las transmisiones, las tiras diarias, las mismas promos de la radio, las gráficas. Vinimos con algo más ágil, con menos rigidez.

-Amoldaste el relator...

-No estaba en mis planes ser relator de fútbol, ni siquiera la profesión de periodista. Yo era jugador de fútbol. Era un arquero de San Lorenzo de Mar del Plata y soñaba con llegar a primera. Un día me rompí los meniscos, me operaron y quedé mal, se me sigue saliendo la rodilla desde aquella época. Entonces busqué algo que compensara el futbolista que ya no era. De casualidad apareció la posibilidad de trabajar en radio, en diario y luego en televisión. Pero siempre radio, en mi casa se escuchaba mucho a Fioravanti y Muñoz. Me gusta mucho la poesía y entonces cuando surgió esto de relatar, siempre le agregaba estas cosas. Me hice solo.

-�Se nace relator?

-Creo que se nace relator. Yo comparo al relator con un artista. Un tipo solitario. Puede estar rodeado de miles de personas, pero en el momento que empieza a rodar la pelota está solo con su alma, así se tenga el comentarista o el vestuarista. Yo creo que es el arte de narrar. Es más, tengo séptimo grado aprobado y me di cuenta rápidamente que no podía encarar esta profesión con sólo eso. Con cuatro palabras no podés sobrevivir en esta profesión, entonces me preocupé por leer mucho y por escribir.

"Santa Fe es mi lugar en el mundo"


Walter dice que, de elegir un lugar, Santa Fe es lo ideal para él. "Encuentro similitudes con la antigua Mar del Plata. Esa que dormía la siesta, la de la vecina en la vereda... Eso en Mardel se perdió, acá todavía se conserva algo y es maravilloso. Allá se ha despersonalizado la ciudad. Acá existe una corriente de afecto hermosa, el vecino te saluda, si no lo saludás es una falta de respeto. A mí la cuestión afectiva me puede, siento que es una razón fundamental de mi vuelta a Santa Fe".

-Hablame del proyecto en Santa Fe...

-Cuando decido regresar, recibí una de las propuestas que jamás en mi vida me habían hecho. Che, loco, vení, hay una radio, vení a hacer lo que quieras. Nunca nadie me dijo eso, siempre me hablaron de pautas y yo siempre las vulneré. El proyecto de trabajo que presenté se convirtió en proyecto de vida, porque mi idea es radicarme en esta ciudad. Mi lugar en el mundo es Santa Fe.

-�Qué te genera la radio?

-No me genera gran cosa desde el punto de vista económico, porque ha cambiado tanto la profesión que no podés aspirar a que te paguen un buen dinero. Me produce catarsis, me permite decir cosas que siento y permito a la gente que diga lo que quiera a través del espacio radial.

-Pero en Santa Fe muchos quieren que relates...

-Estoy tratando de desprenderme del relator de fútbol, cosa que en Santa Fe me resulta difícil. Me viven preguntando si vuelvo. Trato de hacer un programa de interés general.

-�De qué te quejás?

-De lo mismo que te quejás vos. De la suciedad de la ciudad, nunca la vi así a Santa Fe. De la inacción de los funcionarios públicos por ejemplo. Termino con los ojos cargados de lágrimas. No sé si un periodista puede hacerlo o no. No puedo desprenderme de la cuestión humana. Cuando el programa termina, siento que envejecí un poco, un pedacito mío va muriendo todos los días. Y encima, protesto y siento que nadie escucha.

-Te tildan de loco...

-Mirá, me gusta la noche con amigos, en soledad, leyendo, escribiendo, escuchando música. Mucha gente hace eso. Me consideran un loco, un bohemio y está bien. Lejos de insultarme, me están haciendo un elogio. Es una posición ante la vida. Me considero un militante de la radio, que soy útil desde esta parte porque puedo multiplicar las voces.

"Detesto el cero a cero"


-�Qué te genera el fútbol?

-Es extraño, pero yo no soy un futbolero típico. Yo no escucho, ni leo, ni veo gran cosa de fútbol. El fútbol es mi trabajo... en mi casa no se habla de fútbol. El fútbol me genera una seducción por la parte del relato, una cuestión artística cuando yo desarrollo y puedo decir muchas cosas. Relatar fútbol es como hacer el amor, y un gol es llegar al orgasmo. Por eso detesto el cero a cero.

-�Cómo ves el fútbol argentino actual?

-No estamos viendo buenos juegos. Está como el país, pobre. Otras veces hubo pobreza, pero con buen fútbol. Hoy los grandes jugadores están afuera y ya se los compra desde el vientre de la madre, cuando saben que es varoncito y cuando la ecografía dice que es varón, ya les compran el hijo. Creen que adquieren un valor y no es así.

-�Qué jugador te gusta?

-Dalessandro. Me gustan los wines, esa especie en extinción. En este tipo de juegos que proponen los técnicos, el diez es el único que puede sobrevivir. Pero ahora quieren que corran, que metan. El último gran wing fue para mí Caniggia, por ahí el "Chelo" Delgado me hace pensar que no todo está perdido.

-�Un entrenador?

-Peregrino Fernández, el personaje de Osvaldo Soriano. No tengo un técnico porque se ha sobredimensionado el rol de entrenador. Si vos tenés buenos jugadores, por ahí pasa el tema.

-�Qué deportista te deslumbró?

-Caigo necesariamente en Maradona. Me emocionó mucho Monzón, tuve un gran aprecio por Vilas, pero Maradona supera todo.

-�Qué opinás de la AFA?

-No es bueno que una persona se entronice en el poder. Grondona ha sido un gran dirigente y también tiene sus pecados. Todo el mundo dirigencial lo critica, pero cuando se lo tiene enfrente, su sola figura los opaca. A él no le dicen nada. Por la única razón que él no es presidente de Fifa es porque no sabe idioma, me confesó una vez en un hotel.

Ay mañana...


El programa de Walter Saavedra en la 91.9 es periodístico y va de lunes a viernes, de 9 a 13. Desde una especial sensibilidad social, enfoca lo que pasa en Santa Fe. "Yo necesito saber lo que pasa en la ciudad, a la vuelta de la esquina; poco me importa si hay un bache en la Avenida Callao en Buenos Aires. Es una alternativa de la mañana. Lo hemos hecho con muchos chicos que recién empiezan en esta profesión, en muchos casos muy talentosos. Me acompañan Cristian Rojas (analista), Gastón Chansardt (deportes), Nicolás Lovaisa y Sergio Ferreyra (móviles), tres o cuatro móviles más, Karina Calle (productora) y Milagros (colaboradora), Julián Merey (operador) y Gustavo Ríos.

-�Por qué el "Ay mañana"?

-Ay mañana viene con doble sentido. Me lo sugirieron y al principio no me gustó hasta que lo entendí. En estos días es sin "h", con sensación de dolor. Con "h" quiere decir que todos los días hay un mañana para soñar.

Su compromiso con la realidad motivó a Walter a involucrarse en un proyecto de la agrupación murguera La Charranga -de Desvío Arijón-, con quienes grabó un relato para la murga "La Tablonera", en el que narra un partido entre "Conquistadores Unidos" y "Deportivo Atahualpa", es decir, entre conquistadores (los españoles) y conquistados. Con la presencia de Saavedra, el tema fue presentado en el Encuentro Nacional de Comunidades Aborígenes, que tuvo lugar este año en el Monumento a la Bandera en Rosario.

Diego Vergara