"He aquí pequeñas canciones traídas por vientos argentinos, que en sus confesiones desperdigan letras y palabras mientras trenzan en algún lugar recóndito y desconocido para nosotros, un rumor geográfico y cultural enigmático pero inevitable. ¿Qué sería de nosotros sin la astucia del viento?".

Con estas palabras, Liliana Herrero presenta "Confesión del viento", el más reciente trabajo discográfico de esta impecable intérprete entrerriana, editado por Epsa.

Al frente de un magnífico terceto instrumental y de un selecto grupo de invitados, Herrero presentó en un colmado teatro ND/Ateneo de Capital Federal su sexto y flamante álbum, con un concierto que recogió el espíritu rumoroso del trabajo pero que, además, multiplicó su impacto.

Sobre una puesta sobria y adecuada para transitar los climas de la placa, la vocalista exhibió su estupendo presente interpretativo capaz de que su personal estilo se vea enriquecido con una variedad de matices que aportan decisivamente a los climas de cada pasaje del recital.

A tono con ese abanico expresivo que va del susurro al desgarramiento para acentuar la intencionalidad de las palabras, se lucen en este álbum las guitarras de Diego Rolón, el bajo y las teclas de Luis Volcoff y la percusión de Facundo Guevara.

"Estas canciones, que son perlas preciosas de la cultura argentina, son poderosas y las podemos revisitar una y otra vez", explica la entrerriana que en cada contacto con el público entrega una fórmula que sus seguidores ya reconocen como marca registrada y virtud intransferible.

La estupenda "Confesión del viento" (una milonga de Juan Falú y Roberto Yacomuzzi que la vocalista llevó a otros ritmos sin por ello perder hondura y raíz), abre y cierra un tránsito de 15 canciones que se deslizan con una coherencia apabullante.

La cada vez más popular "Oración del remanso", de Jorge Fandermole, integra en su nuevo espectáculo el set dedicado a anticipar lo que será su próximo álbum "Litoral" (integrado por "El cosechero", "Noches provincianas" y "Panambí Jovhé-Mariposa Azul") y el bis de "Jangadero", permiten apreciar lo bien que le sientan esas músicas a la artista nacida en la que llamó la "Patria del agua".

El recorrido por el material de reciente edición la llevó a cruzar los Andes con "Si vas para Chile", con el precioso toque de clarón de Martín Pantyrer y con la ovacionada gema de Violeta Parra "Volver a los 17", y también a saltar el Plata para "Esa tristeza", del uruguayo Eduardo Mateo, en que se lucieron los aportes vocales de Horacio Fontova y Dolores Solá durante el recital del Ateneo.

La dupla Eduardo Falú-Jaime Dávalos revive en "La nostalgiosa" y "Las golondrinas" y los momentos que más levantan la platea en sus shows en vivo corren por cuenta de "Guitarra dímelo tú", de Atahualpa Yupanqui; el viejo y combativo clásico "Palabras para Julia", de Ibáñez y Goytisolo, un tema que Herrero presenta como "una canción de lucha, de esperanza, de amor".

"El viento me confió cosas / que siempre llevo conmigo", canta y repite la vocalista en "Confesión del viento", pieza central de su nueva propuesta, resumiendo un espíritu de memoria y búsqueda que ha logrado redondear acabadamente con un repertorio certero y una reinterpretación a la altura de ese legado.

La producción artística del álbum le pertenece, compartida con Diego Rolón, Luis Volcoff y Facundo Guevara, excepto "Una larga noche", que fue producido por su amigo Fito Páez para su película "Vidas Privadas".

En "Confesión del viento", Liliana se rodea de invitados de lujo, como Claudia Puyó, Dolores Solá, Horacio Fontova, Juan Falú, Juampi Di Leone, Mariana Baraj, Lucho González, Hubert Reyes y Martín Pantyrer.