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Bajar de peso es saludable
Tener unos kilitos de más es una llamada de atención para empezar a cuidarse y optar por una alimentación equilibrada. Así se logra mejorar el aspecto físico y proteger la propia salud.


El invierno suele traer unos cuantos kilos de más bajo el poncho. Los pantalones no cierran, lo que obliga a comprar un stock básico de indumentaria para, por lo menos, comenzar a transitar los primeros días de frío con cierto abrigo.

En la mayoría de las mujeres se reitera un mismo interrogante: ¿qué hacer y dónde recurrir?, cuestionamientos que no son tan habituales en los hombres.

La primavera y el otoño son las etapas indicadas en las que la gente empieza a interesarse por implementar un plan de alimentación acorde a sus necesidades particulares. Así pretenden adquirir un peso adecuado que les garantice una vida sana y un aspecto físico con el que estén conformes.

Si bien los motivos de las consultas dependen de cada caso, por lo general, las mujeres se acercan al consultorio del nutricionista para bajar de peso y alimentarse bien implementando un plan de alimentación que les resulte saludable. Mientras, la mayoría de los hombres, recurren a la consulta cuando ya se les presenta una patología que los obliga a reducir el peso.

Por esta razón es que cuando las mujeres llegan al consultorio poseen menor sobrepeso que los hombres que se animan a visitar a un profesional.

Algunos cambios durante el año


Con los cambios de estaciones, también se modifican las necesidades que tiene el organismo. Por ejemplo, en invierno las necesidades calóricas diarias aumentan, porque al bajar la temperatura ambiental, el cuerpo requiere de mayor cantidad de energía para mantener su temperatura.

El organismo posee una temperatura interna de 37 grados centígrados y la misma debe mantenerse para preservar la vida. Por eso, cuando hace frío, hay que aumentar la producción de energía para conservar la temperatura corporal. Para esto, es necesario incorporar alimentos energéticos, por ejemplo aquellos que son fuente de hidratos de carbono. Por esa razón, es que existe una tendencia a consumir con mayor frecuencia alimentos como pastas, cereales y legumbres, entre otros.

Una situación muy diferente ocurre durante el verano, etapa en la que la alimentación debería estar integrada por un mayor consumo de frutas y verduras. Esos alimentos poseen una elevada cantidad de agua y en esa temporada, el organismo tiene mayores pérdidas de líquido.

Más allá de lo que se ingiera en cualquiera de estos períodos, la frecuencia con la que se realizan las distintas comidas es muy importante para que el funcionamiento orgánico sea el adecuado. Se recomienda, por lo menos, hacer cuatro comidas diarias. A éstas se pueden agregar dos pequeñas ingestas más, llamadas colaciones, hasta llegar a realizar seis por día.

Sin embargo, estas sugerencias están condicionadas por las características individuales de las personas, la actividad física que realice, el sexo y la edad, entre otros factores.

Con mirada argentina


Tras varios años de orientar la alimentación de las personas sobra la base de lo recomendado en la Pirámide Nutricional (proveniente de Estados Unidos), en 2000 las Guías Alimentarias Argentinas empezaron a ser el eje del consumo de alimentos en nuestra sociedad.

Esta decisión surgió en un Congreso Internacional de Nutrición, en el cual Argentina prometió elaborar su propia guía para garantizar a su población una alimentación acorde a las costumbres de nuestro país.

A partir de esta determinación, un grupo de nutricionistas argentinos realizaron investigaciones sobre las necesidades, hábitos de consumo, patologías, entre otros aspectos, que se presentaban en la comunidad argentina. Durante un largo tiempo se recabaron los datos de esta investigación que eran muy importantes para la salud humana y que hasta ese momento no se tenían en cuenta.

Una vez analizados los resultados obtenidos, los profesionales presentaron esta nueva gráfica que desde hace tres años orienta la alimentación de los argentinos.

Una guía para nuestra población


En noviembre de 2000, la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas (Aadyn) publicó las Guías Alimentarias para la Población Argentina.

Con la difusión de estas guías se pretende alentar el consumo de alimentos variados, corregir los hábitos nutritivos perjudiciales y reforzar aquellos adecuados para mantener la salud.

Al mismo tiempo se quiere dar una orientación en la elección de los alimentos sanos y en el aprovechamiento del presupuesto familiar, al aprender a comprar y combinar los alimentos de manera correcta. Se trata de recomendaciones generales, diseñadas específicamente, para personas sanas y mayores de dos años de edad.

A partir del conocimiento que se adquirió sobre la situación de salud de la población, la disponibilidad, el consumo y las costumbres de elección de los alimentos, se construyó este instrumento educativo.

En la Argentina hay abundancia y variedad de alimentos; sin embargo, el principal problema alimentario de muchas personas es la dificultad económica que tienen para acceder a una adecuada alimentación.

Este acceso depende de los precios de los alimentos y la capacidad de compra de acuerdo a los ingresos de la población y de sus costumbres alimentarias.

Dos caras de una misma realidad


Aadyn destaca que en nuestro país conviven dos tipos de problemas nutricionales: unos por exceso y otros por defecto.

En el primer caso se encuentran las enfermedades crónicas de alta frecuencia en la población adulta (obesidad, diabetes, hipertensión, problemas cardiovasculares). En el segundo caso, se incluyen las enfermedades como la desnutrición crónica o la falta de ciertas sustancias nutritivas.

Estos dos tipos de problemas pueden ser prevenidos con una alimentación adecuada y respetando las siguientes pautas que propone la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas.

Ivana ZilliFuentes: Lic en nutrición, Paola Resnicoff.www.aadyn.org.ar (sitio de la Asociación Argentina de Dietistas y Nutricionistas).Guías Alimentarias para la República Argentina. Lineamientos Metodológicos y Criterios Técnicos, año 2000.Guías Alimentarias, Manual de Multiplicadores, año 2002.