Area Metropolitana: AREA-01

El aeropuerto aún espera por las obras anunciadas

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Las licitaciones de la provincia y del Orsna siguen en suspenso. La remodelación del edificio y el nuevo sistema de balizamiento son prioritarios dentro del Plan Maestro. Las entidades de la producción vuelven a reclamar respuestas urgentes.


Cuando en octubre del año pasado el gobierno provincial anunció con bombos y platillos el Plan Maestro para la Transformación del Aeropuerto de Sauce Viejo, las entidades de la producción de la región se ilusionaron con esta nueva herramienta que, confeccionada a base de estudios y diagnósticos actuales, planteaba una serie de intervenciones a mediano y largo plazo para mejorar su competitividad.

Con el plan director, tal como se lo denominó, la terminal aérea volvía a ganar protagonismo en la agenda de las inversiones oficiales, pero hoy, a casi un año de aquel anuncio, las obras siguen postergadas, a tal punto que Sauce Viejo ya no parece ser una de las prioridades del actual gobierno. Más aún, ni siquiera se lo menciona en ninguna propuesta de cara a las próximas elecciones.

El Plan Maestro fue un estudio de consultoría encargado a la Universidad Nacional del Litoral, que entre otras cosas fijó un cronograma de trabajos y sugirió un nuevo modelo de gestión mixta -pública y privada- para una administración más eficiente.

Entre las obras, figuraban aquellas que la provincia ya había previsto en 2001, un año plagado de anuncios, licitaciones y hasta adjudicaciones que aún siguen en suspenso para remodelar el edificio -según proyecto de la Dipces- y sanear el sistema hídrico del predio -proyecto de Obras Hidráulicas-, que tantos inconvenientes trajo en los períodos de intensas lluvias.

A esto se le sumó el compromiso del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos (Orsna), de reemplazar el actual y obsoleto sistema de balizamiento a través de una licitación pública que ganó la firma Tecsa y que a la fecha tampoco se ejecutó.

Cada vez menosservicios


La salida de la convertibilidad produjo nuevas trabas para que las obras, demoradas en su inicio, nunca se concreten. Todos los contratos debieron ser revisados y renegociados, aunque con pocos resultados a la vista.

En el medio de tantas idas y venidas y, con la llegada de una de las peores crisis que afectó al país, en el aeropuerto sólo se pudieron realizar trabajos menores como ser algunas reparaciones en el edificio (impermeabilización), se adquirió una ambulancia y maquinarias para mantenimiento del predio (cortadoras de césped).

Pero al mismo tiempo, la terminal aérea perdió servicio para los pasajeros: se cerró el telecentro del hall y se retiró el cajero automático, por ejemplo. Además, se hizo más evidente la desorganización en los sectores de preembarque y arribos y disminuyeron las frecuencias diarias de viajes, que en su mejor momento llegó a ser de 14 vuelos (hoy sólo hay cinco).

Aun así, el 2002 cerró con un movimiento mayor al 2001 (contrariamente a lo sucedido en la mayoría de los aeropuertos nacionales), y el despacho de cargas superó varias veces los valores de 2001, según cifras de la Dirección del Aeropuerto.

Estos indicadores motivaron que el Consejo Asesor, integrado por las entidades intermedias y de la producción, volviera a reclamar las inversiones para que la aeroestación esté a la altura de estas demandas.

"El aeropuerto es una de las principales puertas de entrada y el movimiento aerocomercial es un aspecto irremplazable para mejorar la economía de un país y de una región como la nuestra", sostuvo a El Litoral René Galeano, integrante del Foro para el Desarrollo de la Ciudad y la Región, una de las entidades miembros del Consejo Asesor del Aeropuerto.

"El plan director es la herramienta adecuada para impulsar las inversiones, aun en el contexto socioeconómico que se vive", subrayó.

Cristián Costa