Sucesos: SUCE-01

Hallan micrófonos ocultos en el departamento de Lourdes Di Natale

DyN. NO ESTÁ SOLA. Tanto el padre de Lourdes, Giuseppe, como sus hermanos José y Lucía, no dudan de que la mataron. Sin embargo para los funcionarios judiciales lo que pasó fue un "accidente".
Son aparatos potentes fabricados en el exterior que tenían las pilas agotadas. Uno estaba escondido dentro de la caja de la persiana del living. El otro en un hueco de la pared de la cocina, detrás del lavarropas.


Dos micrófonos de altísimo poder fueron hallados en el interior del departamento de Lourdes Di Natale, en un episodio que hace recobrar fuerzas a quienes afirman que la mujer fue asesinada.

José Di Natale, hermano de la víctima, fue quien encontró estos aparatos y de inmediato puso al tanto de lo sucedido al periodista Jorge Urien Berri, que publicó la novedad en la edición de hoy del diario La Nación.

Los micrófonos que descubrió su hermano José y luego envió a La Nación confirman que Di Natale, por el conocimiento que obtuvo de la intimidad menemista, constituía un peligro para alguien con el poder y los recursos para lograr instalarlos y recambiar periódicamente sus pequeñas pilas de seis voltios.

Ambos aparatos fueron testigos mudos de la muerte, dos meses antes de las elecciones nacionales, de esta mujer de 43 años que tenía que declarar en el inminente juicio oral de la explosión de Río Tercero. También quería volver a hacerlo en la causa del contrabando de armas a Croacia y a Ecuador, en la que contribuyó a la prisión de Yoma y de Carlos Menem.

La primera función de estos micrófonos fabricados en el exterior fue transmitir en secreto y hasta una distancia máxima de 80 metros lo que Lourdes Di Natale, la ex secretaria de Emir Yoma y denunciante de las principales figuras del menemismo, hablaba con sus visitantes en su departamento del 10° C de Mansilla 2431 antes de sufrir una sospechosa caída desde una de las ventanas que la mató en la noche del 1° de marzo último.

Fueros "plantados"


Examinados por un experto, el mismo dictaminó: "Son micrófonos que transmiten a un receptor ubicado en las cercanías. La instalación -explicó- se llama `plantado' y la hacen expertos. Pero tan importante como el `plantado' es el `desplantado' o retiro de los micrófonos. Nunca se dejan".

"Es de tecnología analógica -agregó tras colocarle a uno una pila nueva- y tiene mucha potencia. Capta la voz hasta una distancia de seis o siete metros en un ambiente cerrado. Transmite hasta una distancia de 70 u 80 metros a un receptor ubicado en un departamento o edificio cercano, o en un auto estacionado que suele estar vacío, pero con un grabador conectado al receptor.

José Di Natale narró que encontró los micrófonos "en abril, antes de Semana Santa", cuando revisó el departamento en busca de las joyas de su hermana que desaparecieron tras su muerte.

Jueces y fiscales


El nivel de profundidad de la investigación judicial lo da el hecho de que cuatro días después de la muerte, cuando el sumario estaba a cargo del fiscal Pablo Bacigalupo, se inspeccionó el departamento.

Demasiados ocupados en consignar los medicamentos que hallaron, los funcionarios no encontraron los micrófonos. Tampoco el fiscal Castex, cuando más tarde realizó su propia inspección. Consultado para esta nota, Castex respondió a través de una secretaria que "no hay novedades para informar".

No hubo cable


Según la historia oficial lanzada por la Policía Federal y defendida por el fiscal Bacigalupo en los días iniciales, Di Natale cayó al asomarse a la ventana para intentar cortar los cables de televisión y vengarse del consorcio que la acosaba. Pero un fotógrafo registró que el cable pasaba detrás de la medianera y no era visible desde la ventana ni ella podía alcanzarlo.

No hubo alcohol


Un informe forense sostiene que le hallaron 3,15 gramos de alcohol por litro de sangre. Según peritos consultados por este diario, es un nivel cercano al coma etílico que le habría impedido caminar hasta la ventana.

Pero en su casa no se encontró ni una botella de alcohol, y sus vecinos y su amiga Susana Bruno afirmaron que jamás la vieron beber.

Pese a que la noche de la muerte una de las puertas del departamento estaba abierta y el interior revuelto, con la desaparición de documentos y que la mujer sufrió varias amenazas de muerte -la última fue en diciembre- y contó con dos custodios en 2001, la investigación delegada por el juez Ricardo Farías en el fiscal Carlos Donoso Castex parece orientada a un simple accidente, según quienes conocen el expediente.

Quienes colocaron los micrófonos conocían a la perfección los hábitos de Di Natale: a tres o cuatro metros del sector izquierdo de la caja de la persiana, en el living, había una mesa a la que ella se sentaba para las entrevistas. El otro sitio que elegía para responder al periodismo era una mesa en la cocina, a dos metros del lavarropas.

Si a Di Natale la mataron, es muy posible que la razón radique en algo que ella dijo y que estos micrófonos recogieron. La frase, transmitida a través del vacío que poco después ella recorrió en su caída la noche del sábado 1° de marzo, sólo la conoce el que impartió la orden.