Sucesos: SUCE-02 Falleció el periodista policial Enrique Sdrech


Buenos Aires.- Mezcla del perseverante Columbo y del analítico Hercule Poirot, Enrique Sdrech, quien falleciera anoche, se había convertido en un verdadero ícono del periodismo policial de nuestros tiempos, actividad que también lo hiciera trascender al ámbito de la literatura sumándose al género de los cuentos de la misma índole.

Precisamente en febrero pasado el Grupo Editorial Norma incluyó en la antología "Escritos con sangre" un cuento de su autoría, mientras él continuaba trabajando en una obra relacionada con el asesinato de García Belsunce denominado "Crimen en el country club; seis balazos para María Martha", para el sello La Grulla.

En "Escritos con sangre" Sdrech participó con el relato "Las primas", basado en el asesinato a puertas cerradas de dos jóvenes en su casa en Vicente López: "Hay muchos casos para escribir, pero opté por ese porque guarda similitud con mis gustos: una casa cerrada por dentro, dos chicas muertas en una bañera con un grado de descomposición que hacía suponer -incluso las pruebas científicas así lo confirmaban- que estaban allí muertas hacía dos meses, cuando en realidad las habían visto vivas dos días antes del hallazgo", comentó al respecto.

Y apuntó luego: "Cambié algunos detalles, como cuando piden realizar la autopsia de las chicas y no encuentran los corazones. Puse que habían desaparecido misteriosamente, pero en realidad se los habían comido perros vagabundos que rondaban la morgue. La resolución es inesperada".

Con más de cincuenta años de profesión en la temática policial, Sdrech había hecho de su oficio una ventana desde donde observa el comportamiento de los hombres.

Lector fanático


Lector "fanático" de Salgari, Víctor Hugo, Conan Doyle, Edgar Allan Poe, Gastón Leraux y Aghata Christie, no ocultaba su admiración por el escritor Rodolfo Walsh, víctima de la última dictadura militar: "Para mí es un ídolo, `Operación masacre' y ¿Quién mató a Rosendo?', por nombrar dos de sus libros, muestran su trabajo serio como investigador; el ideal de todo periodista".

"Me encantaban las deducciones analíticas y los crímenes misteriosos", dijo al hablar de sus inicios, los que en realidad comenzaron por la política ya que a los 16 años escribía en el periódico socialista La Vanguardia.

"Cuando era pibe, a fines de la década del 40, militaba activamente en la Juventud Socialista. Un día me metieron preso por andar pegando carteles, fue la primera y única vez, pero después de todo, premonitoria", recuerda Sdrech.

Antes de finalizar el servicio militar, en 1952, ingresó en el periodismo después de un breve paso por Crítica: "Allí estaba ese gran maestro, Gerardo Germán Gonzáles; luego en Clarín me dediqué por entero a la temática policial, estudié los casos más resonantes del país y también los analicé a través de mis trabajos como redactor del noticiero de radio El Mundo y de la editorial Abril".

Su actividad, expresada en quince libros entre los que destacan "El hombre que murió dos veces", "Giubileo. Caso Abierto", "Esta es mi verdad, la vida de los Schoklender" y "Cincuenta años de crónica policial", sobre los casos de Silvia Cicconi, Oriel Briant y Norne Mirthe Penjerek y sus múltiples investigaciones, le valieron represalias: "Escribieron amenazas a mis nietos en las paredes de mi casa, luego volaran mi casa de Villa del Parque, me ametrallaron, debieron operarme de urgencia y soy millonario en querellas criminales".

Contradicciones


"Yo elaboro un cuadro de situación sobre las grandes contradicciones de la justicia, los familiares y los abogados -prosigue-. Marco las grandes incongruencias de todos, de la policía y también de los fiscales. Es la primera vez en mi vida que me toca un caso con tantas cosas negativas. En el libro menciono, además, 50 casos emblemáticos de la Justicia argentina que quedaron impunes por fallas en la investigación policial y en la Justicia".

Según Sdrech la sociedad argentina es insensible a los crímenes: "Como a tantas otras cosas. Ignoro las causas, seguramente el periodismo es uno de los culpables, hablo del tratamiento amarillista, no del trabajo serio. Quizá los tiempos de reflexión son distintos a los del periodismo. Ficcionalizar un crimen -que no es mentir sino conjeturar posibilidades a partir de datos de la realidad- permite una comprensión cabal del comportamiento de los hombres que intervienen en el delito".

Especialista en criminología, criminalística, manchas hemáticas (sangre) y de balística, Sdrech ha llevado su oficio a todos los terrenos: creó la revista Pistas -desaparecida a fines de la década del 90- y contribuyó en la elaboración de diversos guiones cinematográficos. Actualmente conducía su propio espacio "Investigación Sdrech", en el canal de cable TN que anunció su fallecimiento, y en el Canal 13, del mismo grupo empresario.

La literatura policial -decía- seduce hasta a los uniformados: "Hay muchos comisarios que gustan escribir; el comisario retirado Plácido Donato, por ejemplo, escribió los guiones para la serie televisiva `División homicidios'. Yo comprendí, leyendo la totalidad de los relatos de `Escritos con sangre', que la ficción humaniza la realidad, aunque ésta siempre es más cruel".

Sdrech, de 71 años, que falleció como consecuencia de un cáncer terminal del que padecía desde tiempo atrás, fue director periodístico de la agencia Télam en 1975 y durante su gestión como tal, y la presidencia de Héctor "Bebo" Granados, se firmó el primer acuerdo entre una patronal y el sector sindical estableciendo la jornada de 30 horas semanales, de cinco días a razón de seis horas cada uno, que luego fue incorporada a los convenios colectivos. (Télam).