Un informe suministrado por el Colegio de Farmacéuticos de la primera circunscripción indica que entre los medicamentos destinados al Sistema Nervioso Central (SNC), las benzodiazepinas (ansiolíticos e hipnóticos), los antidepresivos y los anticonvulsivantes son los tres grupos de drogas de mayor consumo por parte de los santafesinos. En todos los casos, la condición de venta es de venta bajo receta archivada.
Para comparar el consumo de estos medicamentos en los últimos meses, el Colegio tomó como referentes los meses de marzo, mayo y agosto de 2003. En el caso de los derivados de la benzodiazepina, advirtió que se incrementó su consumo un 8% (2.664 y 2.874 pacientes adquirieron 3.102 y 3.352 envases, respectivamente); en el de los anticonvulsivantes/antiepilépticos, un 4% (se pasó de 1.451 a 1.507 envases adquiridos); y en el de otros antidepresivos, un 8% (407 y 437 y pacientes compraron 480 y 518 envases, respectivamente).
Sin embargo, planteó que se registró una disminución del 9% en el consumo de los antidepresivos tricíciclos (de 207 a 188 envases). En este caso, aclaró que se trata de un medicamento que está dejándose de usar porque presenta efectos adversos.
Por otra parte, un asiolítico específico, el Diazepam, también se distribuye cada vez más en los hospitales y centros de salud de la provincia. Este medicamento se produce en el Laboratorio Productor de Fármacos Medicinales Sociedad del Estado.
Estadísticas de la Dirección de Farmacia del Ministerio de Salud hablan de un incremento en la provincia de Santa Fe de hasta el 30 % comparando datos del primer semestre de 2003 con el último de 2002.
Para el caso del Diazepam por 5 mg., el año pasado se demandaron, en promedio, 150 mil comprimidos por mes en el período de referencia, mientras que en el 2003 se repartieron a los efectores públicos 190 mil comprimidos mensuales, lo que representa un incremento del orden del 26 por ciento.
Con respecto al Diazepam por 10 mg. se demandaron 160 mil comprimidos por mes en el 2002, contra 205 mil comprimidos mensuales en 2003, lo que representa un incremento del 30 por ciento.
Los ansiolíticos e hipnóticos son prescriptos por los profesionales de la salud en casos de ansiedad aguda, ataques de pánico, fobia social, insomnio, síndrome de abstinencia al alcohol, convulsiones, espasmos musculares y espasticidad. En la mayoría de los casos, su utilización no debería exceder las cuatro semanas de utilización, aunque pueden existir casos en que esto no ocurra.
Sus principales efectos adversos son los siguientes: al ser depresores del sistema nervioso central, los síntomas más comunes son somnolencia, fatiga, ataxia (problemas de coordinación) y mareos, los que pueden disminuir con el tiempo o al disminuir la dosis. Con mucha menor frecuencia pueden aparecer confusión, vértigos, depresión, disminución de la memoria, etc.
Respecto de los antidepresivos, se informó que se utilizan principalmente para la depresión mayor, fase depresiva de la depresión bipolar, trastornos ditímicos (depresión neurótica) y ciclotímica, alcoholismo, desórdenes fóbicos, enuresis nocturna (de niños mayores de 6 años), bulimia nerviosa, etc. Entre los efectos adversos más comunes figuran somnolencia, fatiga, insomnio, visión borrosa, hipertensión postural, etc.
Por último, los anticonvulsos se utilizan en casos de epilepsia, estados de disminución del umbral convulsivo, coadyuvante analgésico, y sus efectos adversos son visión borrosa o doble, náuseas y letargia.