Internacionales: INTE-01

El atentado en Moscú disparó las críticas contra la guerra chechena

Los controles se multiplicaron no solamente en el metro sino en todos los sistemas de transporte. FOTO: AGENCIA AFP.. 
Crecen las tareas de prevención para evitar nuevos ataques. El presidente Putin se niega a abrir el diálogo con los separatistas. Oficialmente se confirmó que el número de víctimas fatales asciende a 39.


La masacre terrorista en el metro de la capital de Rusia ha disparado las críticas a la política del Kremlin en Chechenia, a pesar de que el presidente Vladimir Putin se ha negado tajantemente a dialogar con los separatistas.

El pasado viernes, el conflicto de Chechenia volvió a golpear el corazón de Rusia y de nuevo las víctimas fueron civiles a quienes, sin haber pisado nunca ese territorio arrasado por la guerra, se les ocurrió ese día tomar la línea verde del metro de Moscú.

Las autoridades desmintieron versiones de que el ataque suicida haya causado más de un centenar de muertos y confirmaron la cifra inicial de 39 fallecidos, además de 107 heridos que siguen hospitalizados, 31 de ellos en estado grave y muy grave.

El número uno del Kremlin acusó directamente a Aslán Masjádov, el "presidente" de Chechenia deslegitimado por Moscú, quien dirige el ala menos radical de la guerrilla separatista chechena, a pesar de que éste ha condenado el ataque terrorista.

"Desde el exterior se escuchan de nuevo llamamientos a negociar con Masjádov, pero Rusia no negocia con terroristas, los aniquila", dijo el líder ruso tras el atentado, perpetrado sólo cinco semanas antes de los comicios en los que él busca renovar su mandato.

LA ESTRATEGIA OFICIAL


Putin, quien presenta el conflicto checheno como un eslabón del terrorismo internacional, respondió así a los 145 diputados europeos que el pasado lunes apoyaron el plan de paz promovido por Masjádov, que prevé una administración provisional de la ONU en Chechenia.

Ajmed Zakáyev, el representante personal de Masjádov a quien Londres acaba de conceder asilo político, respondió que el terrorismo checheno es fruto de la "política de genocidio contra la población civil, que sólo genera odio, desesperación y terror".

Zakáyev instó al Kremlin a admitir que su política de mano dura en Chechenia "ha fracasado" y propuso "negociaciones directas sin condiciones previas" para resolver el conflicto armado, arrastrado desde hace una década y todavía sin visos de solución.

"Si las negociaciones comienzan, estamos seguros de que podremos tomar la situación bajo control y detener a los más intransigentes y desesperados", dijo en un mensaje difundido por la página web separatista, Chechen-press.

Algunos medios digitales rusos recogieron filtraciones sobre un posible endurecimiento de la postura de Washington hacia la Rusia de Putin, con nuevas críticas a su apuesta en Chechenia por el Ejército y un gobierno local títere de Moscú.

En casa, el Grupo de Helsinki de Moscú denunció que los cada vez más frecuentes atentados en Rusia "son consecuencia del conflicto interno que continúa en Chechenia y que supone un problema político que no tiene solución dentro de la lucha antiterrorista".

"La actividad terrorista es fruto de la negativa de la dirección rusa de aceptar un arreglo político real, con participación de todas las partes interesadas, y de las violaciones masivas de los derechos de la población civil" en Chechenia, declaró la organización.

Según el sociólogo Leonid Sedov, un 60 por ciento de la población rusa apoya el diálogo de paz en Chechenia, contra un 25 de los que apuestan por la fuerza, aunque admitió que cada acto terrorista "dispara en flecha" el número de los partidarios de la guerra. (EFE).