Leo Maslíah: sólo para entendidos
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El arte de Maslíah se define por una búsqueda personal, provocativa y desafiante, que insiste en la producción de nuevos sentidos a partir del juego con las palabras y las posibilidades de la lengua, en razón de sus infinitas variables de combinación inexploradas, del usufructo de sus significados diversos por el uso.
Por una laboriosa construcción de relatos diversos (monólogos, cuentos, novelas, letras) define Maslíah su arte. Por una impronta que desgrana historias intentando (y consiguiendo) involucrarse en las hendiduras del lenguaje, en las que pocos se animan a ingresar por impericia o espanto. Pero la resultante no es una solemne clase magistral de semántica o etimología; más bien, con las palabras de uso corriente edifica notables situaciones que por cotidianas no dejan de ser ricas y asombrosas.
Por una original pesquisa se define el arte musical de Maslíah. Por composiciones clásicas o populares sobre las que se asientan sus narraciones, con el absurdo como detonante. Por una estructura circular de música y voz que vuelve sobre el punto de inicio -una y otra vez, o sobre el final-, con algunos pocos cambios o remates que dan entidad y colman de significado toda la interpretación: la carcajada y/o la perplejidad del público actúan como corolarios.
El arte de Maslíah se define por la explotación al máximo de mínimos recursos (piano eléctrico y voz); por el uso, abuso y síntesis de la palabra como arma; por el efecto de la aceleración en la enunciación del relato. Por las diferencias de significados que se plantean por elipsis o acumulación el arte de Maslíah se define.
Maslíah define su arte por un carácter lúdico pero a la vez intelectual, que exige un seguimiento constante y ciertas competencias culturales en los espectadores. El arte de Maslíah se define por el estímulo y la apelación al imaginario colectivo, con sello propio. Es arte definido el arte de Maslíah; el arte de Maslíah es. Maslíah es arte.
Esta es una síntesis de las obras interpretadas por el artista uruguayo, el pasado sábado en el Centro Cultural Provincial. Carla se casa, La voz del medio, Consejos para la vida (una lista de "máximas" con cierto sabor a las leyes de Murphy), Sonata del perro de Mozart, Caperucita roja (con melodía de Bach), Neoliberalismo, Canción de matrimonios, Obertura Mínima (con música de Tchaikovsky), Ut Supra y Puesta de sol a las 6 de la mañana, con Sandra Corizzo en voces y teclados. Además, realizó una serie de adaptaciones libres de El cuervo (E.A. Poe), La Metamorfosis (F. Kafka) y Unicornio Azul (S. Rodríguez). A éstas siguieron Las clases de guitarra de la señorita Cunegunda, Perdón si te molesto con esta sonatina, Juntapuchos y Zanguango, más su versión apócrifa de los horóscopos. Pero hubo tiempo también para otras historias, comerciales de radio, una parodia sobre los críticos de cine, la brillante Agencia de Publicidad y un monólogo sin desperdicio de un psicoanalista falto de escrúpulos.